El Banco Central acentuó en los últimos años su rol como prestamista de última instancia del Tesoro Nacional para cubrir el cuantioso déficit administrativo en las finanzas públicas. Como contraparte, el balance de la entidad va acumulando mes a mes un pasivo de una magnitud tan grande que equivale a un 12% del PBI. Sucede que después de girarle pesos al Gobierno, el Banco Central reabsorbe esa liquidez a través de los títulos de deuda que emite: las Leliq (Letras de Liquidez), Pases pasivos y Nobac (Notas del BCRA).
El stock de pasivos remunerados -para absorber el exceso de pesos-, es decir que se indexan por la tasa de política monetaria, hoy del 75% nominal anual o 107% de tasa efectiva, superó en diciembre los 10 billones de pesos.
Los pasivos remunerados del BCRA representan unos USD 58.343,5 millones al tipo de cambio oficial
Esta montaña de pesos no es inflacionaria en el presente, al quedar retenida dentro del sistema financiero -es el respaldo de los plazos fijos de los ahorristas- pero es una potencial amenaza en caso de que se libere a la plaza, pues representa hoy más de dos Bases Monetarias -el dinero con el que funciona la economía-, ahora en los 4,8 billones de pesos.
Analistas consultados por Infobae coinciden en que la capacidad del sector privado para prestarle pesos al Gobierno puede estar llegando a un límite y miran al Banco Central debilitado por su rol de prestamista a través de recompras de deuda del Tesoro y la esterilización vía Leliq.
Según informó el BCRA, el pasado 15 de diciembre sumaba un stock de deuda de unos $7.894.130 millones en concepto de Leliq; más $2.109.919 millones por Pases pasivos y unos $53.790 millones en Nobac. En total, son $10.057.840 millones que crecieron un 120% en la comparación interanual, principalmente por el pago de intereses, equivalentes a unos USD 58.343,5 millones al tipo de cambio oficial.
A esto se contabiliza otra carga para el BCRA, la emisión monetaria para rescatar deuda en pesos por la salida de agentes privados que no quieren llegar a las elecciones con estos títulos en cartera.
Al observar el stock de Leliq y Pases al asumir la presidencia Alberto Fernández, el 10 de diciembre de 2019, contabilizaban $1.092.660 millones ($1,1 billón), que a un tipo de cambio oficial de $59,96 representaban USD 18.223,1 millones. Es decir que en tres años, esta deuda del BCRA creció en el equivalente de USD 40.100 millones.
Además el Banco Central compra bonos del Tesoro en pesos que descargan los privados para evitar así que se hunda su cotización y escale la tasa de las nuevas colocaciones. Entre junio y julio la intervención en el mercado secundario de deuda fue cerca de $1,4 billones, mientras que según estimaciones de la consultora Facimex, desde mediados de octubre a hoy alcanzó a otros 717.000 millones de pesos. Son USD 12.160 millones -al tipo de cambio oficial- de financiamiento al Tesoro a manos del BCRA por el rescate de bonos en pesos en 2022.
Lo mismo que el déficit primario
En tanto, el déficit primario del Gobierno acumuló un monto comparable al de los pasivos remunerados del BCRA, donde, en definitiva, termina todo el excedente de pesos para cubrir ese rojo de las cuentas públicas.
En 2020, un año fatídico por los alcances de la pandemia del COVID-19, el Sector Público Nacional cerró el ejercicio con un déficit primario -previo al pago de deuda- acumulado en doce meses de $1.749.957 millones, equivalentes a USD 20.797 millones, a un tipo de cambio oficial de $84,145 al cierre de aquel año.
Los desequilibrios monetarios originados por el déficit fiscal terminan acrecentando el pasivo del BCRA
En 2021, el déficit primario informado por el Ministerio de Economía llegó a $1.407.641 millones o unos USD 13.700 millones a un tipo de cambio oficial de $102,75 a fin del año pasado.
Mientras, con datos hasta noviembre último, el 2022 viene con un déficit primario acumulado en once meses informados de $1.453.012,6 millones, que a un dólar oficial de $157,235 un mes atrás sumó el equivalente de USD 9.241 millones.
Así, el déficit fiscal primario acumulado en casi tres años de gestión de Alberto Fernández equivale a unos USD 43.737 millones, una cifra apenas mayor que los USD 40.120 millones de crecimiento de pasivos remunerados en el balance del Central.
Y si se toma el déficit fiscal financiero del sector público nacional -que incluye pagos de deuda, descontados los ingresos extraordinarios correspondientes a los DEG (Derechos Especiales de Giro) aportados por el FMI- el rojo acumulado por la administración nacional escala a USD 63.371 millones en tres años, frente a unos USD 70.500 millones emitidos por el BCRA en concepto de deuda e intereses (Leliq, Pases pasivos y Nobac) -por USD 58.343 millones al tipo de cambio oficial- más la compra de bonos del Tesoro en pesos (USD 12.160 millones).
“Todo el desequilibrio monetario genera una emisión endógena del 12% de la Base Monetaria por mes. Sin embargo, las Leliq están en los bancos y detrás de los bancos están los plazos fijos que no se pueden dolarizar porque hay ‘cepo’. El desequilibrio se puede seguir acumulando sin generar un cimbronazo cambiario y el Gobierno puede administrar la coyuntura sin ir a una implosión”, dijo Federico Furiase, director de Anker Latinoamérica.
Las Leliq están en los bancos y detrás de los bancos están los plazos fijos, que no se pueden dolarizar porque hay cepo (Furiase)
Los expertos de Invecq Consultora Económica apuntaron que “la Base Monetaria ‘amplia’ -incluye los pasivos remunerados del BCRA- a noviembre corría un 6,4% real por detrás de la inflación, un 80% anual versus 92,4% del IPC”, aunque advirtieron que “ciertamente esta dinámica podrá verse agravada por el dólar soja, donde estimamos en nuestro escenario base que implicará una expansión del 10% al 12% de la Base Monetaria de noviembre, posiblemente una liquidez que será esterilizada y se traduzca en un mayor costo cuasifiscal”.
En el mismo sentido, Jorge Vasconcelos, director del IERAL de la Fundación Mediterránea, precisó que “la política monetaria ya no es expansiva como lo fuera hasta mediados de año; las tasas de interés, de fuertemente negativas en el primer semestre han pasado a un andarivel cercano a la neutralidad; mientras que la política fiscal se ha moderado, con el recurso de un gasto público que evoluciona por debajo de la tasa de inflación en la medición interanual. Puede decirse que es una agenda razonable para evitar una espiralización de la inflación”.
La emisión endógena por intereses de Leliq incrementa la deuda del BCRA a mayor velocidad que la inflación
De todos modos, un informe de GMA Capital aportó que “tras el favorable dato del IPC, el Banco Central anunció que por el momento mantendrá sin cambios la tasa de interés. Si bien esto ayudará a seguir conteniendo la inflación y especialmente al dólar financiero, deberá observarse con especial atención la dinámica de los pasivos remunerados y los intereses que genera, ya que ahora estos devengan intereses más rápidamente que la velocidad de la inflación”.
“No importa cuál sea la fuente, la promesa de más pesos en la economía es garantía de que la inflación no va a tener razones para regalarnos nuevas sorpresas a la baja. En este contexto, a pesar del año electoral, es fundamental que prime la prudencia fiscal y monetaria de cara al futuro”, acotaron desde GMA Capital.
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