Pasada la instancia de revisión de las metas del tercer trimestre, el Ministerio de Economía y el staff del Fondo Monetario Internacional ya concentran su esfuerzo en las últimas metas del año, que tendrán como fecha de corte el último día de 2022 y que exigirá un mínimo de acumulación de reservas, un techo al déficit primario y un tope a la emisión monetaria.
El intercambio técnico entre las partes será retomado en 2023, una vez que finalice el receso invernal de Estados Unidos. La agenda entre el Gobierno y el organismo con sede en Washington prevé que la próxima revisión trimestral tenga lugar en marzo, de manera tal que a fines de ese mes las dos partes se analizarán las métricas del cuarto trimestre.
Antes de llegar a esa etapa de revisión, el equipo económico deberá asegurarse de alcanzar los objetivos previstos para la última instancia de 2022, nueve meses después de la puesta en marcha del Extended Fund Facility (EFF) que firmó el Poder Ejecutivo en marzo para devolverle al Fondo Monetario el crédito Stand By rubricado en 2018.
En el equipo económico son optimistas sobre poder alcanzar dentro de menos de diez días las metas de reservas, déficit y emisión monetaria, aunque también están en la mira, en un escalón menor de relevancia para el desarrollo del programa con el Fondo, el stock de pagos atrasados (deuda flotante), piso de recaudación tributaria e intervención del Banco Central en el mercado de dólar futuro.
Habrá otras discusiones que tendrán lugar desde 2023 entre el staff técnico y los funcionarios del Gobierno involucrados en la negociación con el FMI. Una de ellas estará ligada a un tema que puso sobre la agenda el ministro de Economía Sergio Massa en la última reunión con la directora gerente del organismo Kristalina Georgieva, en Indonesia en ocasión de la cumbre del G20.
En un documento, Massa aseguró que “la guerra en Ucrania provocó cambios importantes en la escena económica mundial, lo que generó una incidencia negativa de USD 4.940 millones en la balanza comercial atribuido a un shock generalizado en los precios internacionales del sector agropecuario (soja 9,4%, trigo 33,7% y maíz 17,8%) y en los precios de los combustibles (gas boliviano 114%, GNL 233% y Gasoil 85%)”, menciona.
En paralelo, el Ministerio de Economía cree que hubo un impacto fiscal como consecuencia de la guerra. Al calcular cómo hubiese terminado la cuenta de subsidios en caso de que no hubiese existido el incremento de precios por el conflicto bélico, Economía concluyó que le representó $587.000 millones adicionales.
No está claro, por el momento, cuál podría ser el impacto que ese cálculo oficial pueda tener sobre el desarrollo del programa con el Fondo Monetario. En algunos despachos oficiales se esperanzan en que la discusión pueda devenir en un recálculo de metas trimestrales en 2023 o, en el mejor de los casos, en financiamiento neto adicional por parte del FMI a la Argentina. En el organismo no arriesgan hipótesis tan concluyentes.
Por lo pronto, antes de ese debate, los números que se pondrán sobre la mesa en los próximos días exigirán en mayor o menor medida al equipo económico. El objetivo de acumulación de reservas en el BCRA deberá ser de al menos USD 5.000 millones. El ministro de Economía Sergio Massa planteó la semana pasada que el número neto quedaría a fin de diciembre en los USD 7.000 millones por la aceleración de liquidación del agro por el dólar soja y un swap con China que otorgará una porción para libre disponibilidad.
Por su parte, el techo nominal de déficit que acordaron la Casa Rosada y el Fondo Monetario es de 2,015 billones de pesos (equivalente a 2,5% del PBI), por lo que el margen para ensanchar el rojo fiscal para el último mes del año ronda los $562.000 millones tras el resultado fiscal de noviembre. Las últimas semanas del año suelen venir acompañadas de una aceleración del gasto público, entre el pago de aguinaldos para el sector público y el tramo final de ejecución de obra pública.
La meta de tope a la emisión monetaria para financiar al Tesoro aparece, con los números actuales, con luz verde de cara al cierre del año. Ese techo establecido con el FMI es de $654.000 millones, y hasta fines de noviembre el acumulado era de $620.051 millones, con lo cual todavía habría un margen, leve, de casi $34.000 millones, según estimaciones de la consultora PxQ.
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