Desde que se instrumentó el fideicomiso aceitero, que subsidia el precio del aceite para que llegue a la góndola a un valor accesible para el público, el problema del abastecimiento ha sido recurrente. Por un motivo u otro, las góndolas de este producto han estado tironeadas entre el consumidor final y los comercios, que conseguían en los supermercados el aceite mucho más barato que en los mayoristas. Pero en los próximos días esta situación de faltantes se puede agravar y podría no habrá aceite en las sucursales de las grandes cadenas. ¿El motivo? Venció días atrás el mencionado fideicomiso y las empresas productoras no están entregando aceite a las cadenas desde hace ya más de una semana, a la espera de una promesa oficial que tarda en llegar.
“Tenemos stock para menos de una semana. Las empresas no entregaron nada en lo que va de diciembre”, dijeron fuentes de una importante cadena de supermercados. En otras plantearon un escenario similar, que se mezcla con los problemas de abastecimiento generales que está habiendo con todos los productos del programa Precios Justos, y sobre los cuales el Gobierno ya está advertido.
“Tenemos stock para menos de una semana. Las empresas no entregaron nada en lo que va de diciembre”
Pero el problema del aceite tiene un condimento particular. Hace dos años que rige un fideicomiso que se constituyó en el marco de una escalada internacional de los precios de la soja y el girasol –impulsada por la pandemia– y que se nutre de un aporte de cada exportador aceitero. Mediante este fondo, que tiene un máximo de UDS 190 millones anuales, se subsidia el precio salido de fábrica de los aceites refinados de soja, girasol y sus mezclas en envases de 900 ml y 1,5 litros.
Este fondo se agotó en septiembre –porque el Gobierno no actualizó los precios y por la suba de los valores internacionales que subió los costos– y las empresas exportadoras hicieron un nuevo aporte de USD 50 millones para mostrar, según dijeron a Infobae fuentes del sector, buena voluntad.
Pero este monto también se esfumó y el 10 de diciembre ya no había más dinero para compensar a las fábricas que producen aceite para el mercado interno. Desde ese momento, las empresas dejaron de entregarle producto a los supermercados, ya que “hoy el precio salido de fábrica se ubica 50% por debajo del costo de compra de girasol bruto”, dijeron fuentes del sector aceitero.
Ajustar el valor del aceite de acuerdo a los costos actuales implicaría una suba de entre 50% y 60%, dijo la fuente, y eso no lo permitiría el Gobierno. Por otra parte, el acuerdo de Precios Justos que firmaron las cadenas y proveedores con la Secretaría de Comercio no sólo implica congelamiento de 1.800 precios, sino que también contempla subas máximas de 4% para todo el resto de los productos. Frente a esta situación, que vuelve inviable ajustes mayores, las empresas optaron por frenar las entregas a las cadenas.
En los próximos días esta situación de faltantes se puede agravar y podría no habrá aceite en las sucursales de las grandes cadenas
Según precisaron las fuentes consultadas, el ministro de Economía, Sergio Massa, les prometió a los exportadores nucleados en la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara) que con parte de la recaudación de retenciones del dólar soja 2 financiaría el subsidio hasta marzo, cuando nuevamente comience a regir el fideicomiso privado de USD 190 millones. Es decir que por tres meses sería una especie de fondeo público, según lo que el ministro les había prometido. De los $200.000 millones adicionales que el fisco recaudará por derechos de exportación –por la diferencia de un dólar oficial de $170 al acordado de $230–, debería aportar $6.000 millones, de acuerdo con los cálculos del sector.
Pero por el momento no hay novedades del lado de Economía. El secretario de Comercio, Matías Tombolini, cree que los fondos deben ser aportados por el sector privado, dilata una solución e involucró a Agricultura en el análisis del tema. Pero el secretario del área, Juan José Bahillo, considera que no es un asunto de su incumbencia.
Mientras tanto, las empresas se resisten a seguir entregando aceite cuando no está garantizado el subsidio, y las góndolas quedarán vacías en algunos días, si no hay una pronta solución.
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