Con un menú de títulos diseñado a medida de los inversores, mayormente privados, el ministro de Economía, Sergio Massa logró captar $785.573 millones en el mercado doméstico. El resultado de la licitación prevista para cubrir los últimos vencimientos del año concentró durante semanas la atención del mercado, en alerta por una menor predisposición a financiar al Tesoro reflejada en las últimas operaciones de noviembre. Tal como se esperaba, Economía debió convalidar altas tasas de interés, de 87% y 88.9% nominal anual, que representan 115% y 118% en términos de tasa efectiva anual (TEA) para los bonos más demandados, dos letras de descuento con vencimiento en abril de 2023.
En cuanto a los títulos indexados por CER y los vinculados al dólar que figuraban en el menú, las tasas nominales convalidadas se ubicaron entre 3,52% y 4% anual.
El propio titular del Palacio de Hacienda comunicó los resultados en un hilo Twitter, en el que destacó que no sólo se lograron cubrir los vencimientos por $412.000 millones sino que, además, se obtuvieron fondos adicionales por “más de $360.000 millones”.
Las ofertas, destacó, alcanzaron $1,2 billones de pesos pero gran parte de ellas fueron rechazadas por exigir condiciones “poco convenientes”. De esta manera, Massa se aseguró los fondos necesarios no sólo para renovar la deuda sino también para cerrar las cuentas fiscales del año.
“Se presentaron ofertas por $1.2 billones. Se aceptaron ofertas por $770 mil millones, superando ampliamente los 412 mil millones que se renovaban. El resto se rechazaron por no ser ofertas con tasas convenientes”, posteó el ministro y agregó que “se completó la renovación que vencía. Se amplió el financiamiento al sector público por más de$ 360 mil millones de pesos”. El funcionario destacó que las presentaciones implicaron el nivel de oferta “más grande desde 2020″.
“Estamos cerrando el año cumpliendo el compromiso de financiar el funcionamiento del Tesoro sin la utilización de adelantos transitorios del Banco Central”, cerró el ministro en la red social.
La aclaración de Massa alude a su promesa, a los pocos días de asumir, de que ya no recurriría a nueva asistencia directa del Banco Central para el Tesoro, algo que el mercado empezaba a descontar no sería posible ante lo ajustado que daban las cuentas hasta antes de esta operación. Incluso, según el acuerdo con el Fondo Monetario que fijó límites al auxilio del Banco Central, todavía existía un monto disponible a ser solicitado, de unos $465.000 millones.
Aunque el Tesoro ya no recurrirá a ese financiamiento, el Central le giró ayer de todos unos $200.000 millones, en concepto de compra de DEGs, la moneda del FMI, depositados en su cuenta. Se trata del mismo mecanismo al que ya se había recurrido en mayo, cuando el Ministerio de Economía le vendió al Banco Central los DEGs recibidos por la ampliación de capital del organismo para paliar la pandemia. En ese momento, la operación fue por USD 4.334 millones. De ser necesario, el Tesoro podrá después pedirle prestado al BCRA los DEGs que le vendió y colocarle a cambio una letra instransferible.
El monto que ahora le transfirió el Central no corresponden, tal como dijo Massa, a adelantos transitorios. Sin embargo, tendrán un efecto expansivo y forman parte del colchón para cubrir las necesidades financieras hasta fin de año.

En la licitación, el Tesoro ofreció un menú de títulos ajustado a las necesidades de los distintos inversores, lo que incluyó una letra de descuento para los fondos comunes de inversión a un plazo de apenas 15 días -vence el 30 de dicimbre- y un bono específico para empresas importadoras, con el objetivo de captar sus saldos de liquidez. El bono está atado a la evolución del dólar oficial, lo que brinda a los importadores cobertura ante el riesgo de un salto discreto del tipo de cambio o, incluso, del ritmo devaluatorio vigente que actualmente se encuentra entre 6% y 7% mensual. De todos modos, el interés fue bajo ya que se colocaron apenas USD 83 millones.
La caracterísitica central de las colocaciones fue, nuevamente, el corto plazo ya que el vencimiento más extenso llega al 31 de julio de 2023, con la excepción de un título incluído para los bancos y fondos de inversión que participan del programa de creadores de mercado, con vencimiento en noviembre de 2027. Para ellos se propusieron tres variantes: una letra a descuento con fecha de finalización del 31 de marzo próximo; una letra que ajusta por inflación que vencerá el 21 de abril próximo y una Ledes al 28 de abril.
Para el resto de los inversores se ofrecieron dos bonos atados al tipo de cambio: uno pagará además un 0,30% extra con finalización el 28 de abril y un segundo bono de este tipo hasta el 31 de julio
Los plazos cortos son también una condición sine qua non que exigen los inversores para financiar al Tesoro, ante la incertidumbre financiera que plantea la proximidad de las elecciones a partir de agosto del próximo año.
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