Una de las principales preocupaciones de los argentinos en los últimos años ha sido la carrera entre la inflación y los salarios, pero lo cierto es que no todos juegan en las mismas condiciones. Mientras algunas provincias tienen un sueldo promedio que ya roza los $ 300.000, otras apenas están alcanzando la barrera de los $ 100.000 netos.
En el total de Argentina, el sueldo neto promedio del sector privado registrado era de $ 149.338 en septiembre de este año, según las estadísticas publicadas por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.
No obstante, las diferencias entre las provincias que más ganan y las que peor nivel de ingresos tienen, son muy significativas.
En detalle, el ranking lo lidera Santa Cruz, una provincia que lleva varios años encabezando la lista de mejores ingresos, apalancada por la actividad petrolera. Lo mismo pasa con Chubut y Neuquén, las otras dos provincias que completan el podio de las que mejor pagan.
De todas formas, hay que tener en cuenta que cuando se habla de salarios promedios, no se toma en consideración cuántas personas trabajan en cada sector. Si bien en las provincias mencionadas el petróleo tiene una importante participación en el mercado laboral, también hay miles de trabajadores en esas jurisdicciones que tienen ingresos mucho más bajos y no se ven representados por las cifras oficiales que muestra el Gobierno nacional.
En el otro extremo del ranking se ubican Tucumán, Misiones y Santiago del Estero. En los tres casos, las estadísticas demuestran que los salarios son bajos en sectores con mucha participación en el empleo, como educación, comercio y construcción. A diferencia de las provincias que lideran el ranking, la actividad en el sector de minas y canteras es prácticamente nula y los pocos salarios que se encuentran comprendidos dentro de ese rubro son considerablemente más bajos que el de las provincias netamente petroleras.
Los disparadores de la brecha
El economista José Vargas, director de la consultora Evaluecon, confirmó que las grandes diferencias que se observan en los niveles de ingresos tienen que ver con la composición de la matriz productiva.
Más allá de los recursos propios que tiene cada territorio (como Vaca Muerta en Neuquén), el economista planteó que algunas provincias mejoran y diversifican su matriz acorde a los tiempos y necesidades de cada sector, mientras que otras se muestran mucho más limitadas a la hora de planificar su desarrollo económico.
“También inciden algunos diferimientos impositivos y el acompañamiento del Gobierno a algunos sectores, como ocurrió durante muchos años con la promoción industrial. Asimismo, Vargas destacó que otro factor determinante para entender las brechas salariales interprovinciales es el peso de los sindicatos que actúan en cada economía.
“Algunos sectores, como el petrolero, son más fuertes que otros, y eso contribuye a que las diferencias se vayan agrandando año a año”, apuntó.
Se mostró de acuerdo el economista Carlos Rodríguez, quien aseguró que hay una tendencia general hacia la concentración de los ingresos en determinados sectores. “Los salarios están asociados a la productividad marginal del trabajo. En la medida que la actividad crea más valor, los salarios van subiendo”, indicó.
“Es por eso que las provincias con actividades ligadas a la minería y la exportación son las que tienen mejores ingresos”, apuntó.
Los ganadores y perdedores de los últimos años
Las estadísticas del Ministerio de Trabajo permiten analizar la evolución de los salarios en los últimos cinco años y a simple vista se pueden encontrar diferencias considerables entre provincias. Algunas acumularon ajustes salariales superiores al 650% entre septiembre de 2017 e igual mes de 2022 y otras no alcanzaron el 550%.
La que más ha crecido en términos de ingreso durante ese período es Neuquén, que saltó de $ 31.638 netos a $ 245.379 (676% de ajuste). Para los economistas consultados, esa provincia logró fortalecer el nivel de ingresos del sector privado más que el resto del país gracias a la incidencia de Vaca Muerta, que no solo tracciona los ingresos del sector petrolero en particular, sino que general un “efecto derrame” sobre el resto de la economía neuquina. Salta (648%) y Entre Ríos (647%) completan el podio.
Llamativamente, la provincia con menor ajuste salarial en ese período fue Tierra del Fuego, cuyo sueldo privado registrado promedio pasó de $ 34.155 en 2017 a $ 184.077 en 2022 (439%). Llama la atención el caso de provincias como Córdoba y Mendoza, que pese a tener buena participación en el Producto Interno Bruto, no pudieron seguir el ritmo salarial de otras provincias más chicas.
De todas formas, es necesario aclarar que ninguna provincia logró ganarle la carrera a la inflación, que durante el período analizado avanzó 702%, según las estadísticas publicadas por el Indec.
Más de $ 400 mil de brecha entre sectores
Así como existen diferencias sustanciales en los ingresos de los trabajadores privados de cada provincia, también se pueden encontrar brechas sumamente significativas en la división por sectores.
Tomando en cuenta el salario promedio nacional de cada actividad, se encuentra que el sector que mejor paga es el de “extracción de petróleo crudo y gas natural”, que tiene un sueldo medio de $ 519.598 netos (dato actualizado a septiembre). Bastante por debajo aparece el “transporte aéreo de cargas y de pasajeros” ($ 395.157) y en tercer lugar el “transporte marítimo y fluvial” ($ 392.322).
Es muy diferente la realidad para los sectores peor pagos. Actualmente, en el fondo del ranking aparece el rubro de “hotelería y restaurantes”, que en septiembre pagó un sueldo promedio de $ 77.794 netos en todo el país. Apenas por encima se encuentra la “silvicultura, extracción de madera” ($ 83.162) y la enseñanza ($ 84.728).
En resumen, entre un extremo y otro hay $ 441.804 netos de diferencia, siempre hablando del sector privado registrado.
El economista Carlos Rodríguez destacó que los sectores turismo, gastronomía y hotelería, generan muchos puestos de trabajo, pero también tienen un alto nivel de informalidad, lo que reduce la capacidad de negociación de los sindicatos.
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