¿Quién ganará el Mundial Qatar 2022? Según Arsene Wenger, la selección que tenga los mejores extremos, sean estos delanteros o laterales que desequilibren por los costados y abran el camino del gol para su equipo.
Wenger es desde 2019 director de desarrollo de fútbol de la FIFA, que lo reclutó después de que dejara, tras los 22 años transcurridos de 1996 a 2018, ser el director técnico más exitoso de la historia del Arsenal de Inglaterra, en el que no logró la cantidad de títulos de clubes ingleses de bolsillos más poderosos, como el histórico Manchester United (últimamente venido a menos), el Manchester City, el Chelsea y el Liverpool, pero dejó la impronta de un estilo de juego que trasciende los trofeos ganados y en el que convenció al máximo goleador de la historia del club, el francés Thierry Henry, de que además de ser un velocísimo delantero por las puntas podía ser perfectamente un “striker”, un goleador. A Henry le llevó tiempo entenderlo: lo convencieron Wenger y cómo las redes se hinchaban a medida que seguía sus consejos.
Hoy de 73 años, Wenger nació y se crió en Duttlenheim, un pueblo cercano a Estrasburgo, en la región de Alsacia, históricamente disputada por Alemania y Francia. No descolló como jugador, pero su obsesión por el detalle, su observación del juego, su método de anotarlo todo y sacar enseñanzas de las estadísticas lo convirtieron en uno de los técnicos más respetados del mundo.
A eso contribuyó su formación como economista, graduado de la Universidad de Estrasburgo, sede del Parlamento Europeo. Pero la economía fue para él un método, no una pasión como el fútbol, que mamó desde chico trabajando en el bistró de su padre, al final de la segunda guerra mundial. Todos los clientes se la pasaban hablando de fútbol en el dialecto regional, le contó Wenger al periodista inglés Simon Kuper. Arséne debió aprender francés en la escuela.
Wenger recuerda que su padre peleó para Alemania en el frente ruso y al final de la guerra volvió al pueblo –se lo contó su madre- con apenas 42 kilos de peso. Tras la guerra, Alsacia volvió a ser francesa y en la casa nunca se habló mucho del tema. Desde entonces, fue trabajar y trabajar.
De Gallardo a Riquelme
En Francia fue técnico del Nancy y del Mónaco, equipo del que se alejó tres años antes de que llegara, como jugador, Marcelo Gallardo, que también como DT dejaría su marca en un equipo de iguales colores. El título de las Memorias de Wenger es “Una vida en rojo y blanco”, por el Arsenal, al que en 2006 llevó a la final de la Champions League tras eliminar en semis al entonces sorprendente “submarino amarillo”, el Villarreal español, al que superó gracias a un penal que el arquero, el alemán Jens Lehman, le atajó a Juan Román Riquelme.
En la final, contra el Barcelona, Arsenal quedó con 10 jugadores a poco de iniciado el partido, por expulsión –precisamente- de Lehman, pero aún así se puso en ventaja, aguantó casi hasta el final el vendaval blaugrana (Lionel Messi no pudo jugar ese partido), pero el Barcelona lo dio vuelta y ganó con un discutido gol del camerunés Samuel Eto’o. Fue una de las pocas veces que Wenger se quejó del arbitraje.
Desde la dirección de desarrollo deportivo de la FIFA el exDT francés que mejoró el juego del Arsenal y embelleció el fútbol inglés ya hizo propuestas revolucionarias, como la de limitar el juego de cabeza, por las microlesiones que provoca en los jugadores. Tienen una vida profesional corta y un retiro largo, sería una pena que no puedan disfrutarlo debido a enfermedades neuronales por los miles de cabezazos que dieron en su carrera deportiva, alegó. No propuso eliminarlo en los partidos, pero sí en los entrenamientos y en las divisiones inferiores, para cuidar a los chicos, lo que a la larga derivaría también en un menor juego de cabeza a la hora de la verdad, por menor destreza adquirida.
Los jugadores tienen una vida profesional corta y un retiro largo, sería una pena que no puedan disfrutarlo debido a enfermedades neuronales por los miles de cabezazos que dieron en su carrera deportiva, piensa Wenger
Wenger también sugirió la posibilidad de que en la etapa final de los partidos (no fue preciso al respecto) los jugadores puedan optar por hacer los laterales con los pies, de modo de limitar el juego defensivo de los equipos que revientan la pelota larga y a los costados.
Y como director de desarrollo deportivo de la FIFA en este mundial distribuyó, al cabo de la fase de grupos, un montón de datos, de los que destacó algunas conclusiones:
Más ataques por las bandas
En la primera fase de Qatar 2022, el 58% de los goles se concretaron a partir de ataques por las bandas (30% por la izquierda, ,28 por la derecha), pues la mayoría de los equipos fue muy eficaz en bloquear los ataques desde posiciones más o menos frontales o apenas oblicuas al arco. La cantidad de goles a partir de ataques por las bandas aumentó 83% respecto del mundial de Rusia 2018.
Por eso, cree Wenger, “los equipos con mejores extremos tienen más oportunidades de ganar el Mundial. Los laterales son claves, también, hay que conseguir que estos jugadores aprovechen la banda. Francia está entre ellos. Va a ser peligrosa hasta el final” dijo, mentando a los velocísimos Mbappé y Dembelé. También Inglaterra, claro, podrá hoy atacar por las bandas, con jugadores como Foden y Rashford y la proyección de sus laterales, en uno de los partidos que ha creado más expectativa en lo que va del Mundial.
Menos tiros al arco
Los remates al arco se han ido reduciendo en los últimos mundiales. Los equipos prefieren tener más la pelota y rematar solo desde posiciones con mayores chances de éxito. Los tiros al arco promediaron 14,1 por partido en Sudáfrica 2010, 12,9 en Brasil 2014, 12 en Rusia 2018 y 10,9 en la primera fase de Qatar 2022. Alemania, que al igual que en Rusia 2018 quedó eliminada en primera fase, fue el equipo que más remató al arco; lo hizo en 67 ocasiones. España, un equipo que privilegió claramente la tenencia de pelota, remató al arco solo 38 veces.
Menos goles en tiempo de descuento
Los datos también denuncian una merma de la cantidad de goles en tiempo de descuento –pese a que en Qatar 2022 los alargues han sido generosos- de 21 en Rusia 2018 a 12 en Qatar 2022. Según Wenger, esto tal vez se relaciona con la mayor cantidad de cambios permitidos (antes 3, ahora 5). Esos datos no tienen en cuenta el gol del empate de Países Bajos pasados los 10 minutos de alargue contra la Argentina, en el infartante partido de ayer.
El sistema de cambios
Según Wenger, los cinco cambios son una innovación que llegó para quedarse. “Nadie quiere volver a los tres cambios. Solo quiero recordar que solo hay 3 posibilidades de cambiar 5 jugadores. Ha habido peticiones para que haya más oportunidades de cambio, eso sí. Creo que no vamos a volver a los tres cambios, pero sí añadir más tiempo”.
En los segundos tiempos se juega mejor
Según Wenger, en las primeras partes de los partidos “Ha habido cierto bloqueo táctico, porque (los equipos) se estudian”. En los segundos tiempos en cambio, se vio “un fútbol más libre”.
Arqueros jugadores
Según Wenger, el gran cambio en el fútbol está en los arqueros. “Los guardametas son, cada vez más, jugadores de campo. Se ofrecieron para tener el balón 433 veces en Rusia, por 726 en Qatar. La distribución desde el guardameta es una opción vital para el equipo. En el futuro tenemos que pensar y ver al guardameta como un jugador de campo”, señaló.
Argentina, la selección de menor kilometraje recorrido
En la fase de grupos la selección Argentina fue la que menos kilómetros recorrió (105) y la de EEUU la que más (123). Según Wenger, eso se debe a que la Scaloneta es de los equipos “que recuperan antes el balón”. Probablemente, arriesgó, en las eliminatorias aumentará su kilometraje por partido, debido a la mayor exigencia de sus rivales.
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