La última Encuesta de Indicadores Laborales del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social determinó que tanto la tasa de entrada como la de salida de trabajadores asalariados registrados en el sector privado se mantuvieron en octubre por debajo del promedio histórico de 2,4% y 2,3%, respectivamente respecto de la nómina del mes previo, con 2,2% y 1,9%, sucesivamente.
En el primer caso, el acumulado del año se ubicó en 28,2% del total de ocupados en relación de dependencia fuera de la órbita del Estado, equivalente a poco más de 1,67 millones de personas, en tanto en el segundo fue de 25,7%, representativa de unos 1,52 millones de puestos. De ahí surgió una tasa de rotación de 27% de la nómina, 1,6 millones de trabajadores.
Eso números representan la “movilidad” de los ocupados asalariados en el sector privado al cabo de un año, fenómeno que se vincula a diversos factores, tales como cese de la vida laboral activa; retiro voluntario por cambio de residencia; movimientos migratorios, dentro y fuera del país; como insatisfacciones en el puesto, sea por la actividad o relación con el empleador; y predominantemente la búsqueda de mejores oportunidades en las condiciones de contratación.
La serie de Trabajo de las tasas de entrada, salida y rotación (promedio entre las dos), elaborada a partir de la Encuesta de Indicadores Laborales sobre la base de la nómina registrada por el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) comienza en septiembre 2001 y se actualiza mes a mes, aunque la información de la cantidad de trabajadores asalariados privados registrados data desde enero de 2012.
El ritmo máximo de rotación del empleo registrado se observó entre 2005 y 2007, con un promedio acumulado para esos años de 36% a 39% de la nómina -equivalente a tasas 3% a 4% promedio cada mes- cuando la actividad económica atravesó por un claro período de bonanza impulsado por un “viento de cola” del resto del mundo, en particular de los precios de las materias primas que más exporta la Argentina.
El ritmo máximo de rotación del empleo registrado se observó entre 2005 y 2007, con un rango de 36% a 39% de la nómina, hoy está por debajo de 27 por ciento
De ahí surge que pese a la recuperación que se advierte en el nivel de empleo asalariado formal en el ámbito privado desde mediados de 2021, aún el mercado se mantiene débil, al punto que se acumuló un potencial de crecimiento cercano a un millón de puestos de trabajo, si sólo se compara el total registrado en esa calificación en octubre con el nivel de punto de partida de la serie, en 2012, incrementado a una tasa neta acumulativa por año de 1,25%, que fue la de aumento vegetativo de la población que arrojó el último censo del Indec.
Tras la drástica baja observada desde comienzos de 2020, por las severas limitaciones que impusieron las medidas preventivas de la irrupción del Covid-19, y rápida recuperación el año siguiente, los índices de movilidad en el mercado de trabajo fueron acercándose a los valores históricos, pero no solo aún se mantienen muy por debajo de los máximos comentados, sino que comenzaron a declinar a partir de la medición oficial de septiembre último.
La alta resistencia a crecer el segmento de asalariados registrados en el sector privado, se corresponde con la pérdida de vitalidad de la inversión productiva
Claramente, la alta resistencia a crecer el mercado de trabajo, en particular el segmento de asalariados registrados en el sector privado, se corresponde con la pérdida de vitalidad de la inversión productiva -en particular en máquinas y equipos, e incorporación de la más moderna tecnología, con las restricciones vigentes al pago de importaciones- y el aumento de las regulaciones e intervenciones de la economía propias de políticas populistas, y que amagó con revertirse con el cambio de gobierno a fines de 2015, pero volvió a retomar la senda bajista con la crisis de la deuda en 2018.
Dinámica sectorial del empleo privado
Esas restricciones explican las muy pobres tasas de crecimiento de empleo en las diferentes ramas de actividad, en particular en el caso de la construcción, que se mantiene un 21% por debajo del nivel absoluto del último trimestre de 2001, previo a la crisis de la convertibilidad fija entre el peso y el dólar, según los datos de la Encuesta de Indicadores Laborales de Trabajo.
El promedio general de los asalariados privados creció en los últimos 21 años a un ritmo medio acumulado por año de 1,42%, con extremos de aumento de 2,65% a.a. en las ocupaciones con baja remuneración y menor productividad laboral, como es el de los servicios comunales, sociales y personales; y disminución de 1,12% en la construcción.
En torno al promedio se ubicaron los ocupados en los servicios financieros y a las empresas con 1,41% a.a. y en la industria manufacturera 1,3% a.a.; y por debajo de la media de 1,42% se comportaron las franjas del transporte, almacenaje y comunicaciones 1,16% a.a. y la del comercio, restaurantes y hoteles 1,08% a.a.
El promedio general de los asalariados privados creció en los últimos 21 años a un ritmo medio acumulado por año de 1,42 por ciento
La EIL no releva datos de expectativas en la rama de los productores de servicios de electricidad, gas y agua.
Tasas de nuevos puestos según tamaño de empresas
Por tamaño de empresa, el relevamiento oficial registró escasa dispersión en las tasas de aumento neto del empleo privado asalariado en las últimas dos décadas: 1,5% anual acumulativo en las de 200 y más puestos de trabajo; 1,47% a.a. en las medianas y grandes, entre 50 y 199 empleos en relación de dependencia, y 1,34% a.a. en las pyme con 10 a 49 personas a cargo.
En octubre, la EIL detectó que “las incorporaciones se mantuvieron en el mismo nivel que el mes pasado (2,2%), en tanto las desvinculaciones de personal mostraron una leve reducción (1,9% de la nómina).
Las expectativas netas de las empresas en relación con la contratación de personal para los próximos tres meses (diciembre a febrero) continúan siendo positivas, ubicándose en 3,2%, informó la cartera laboral. Este indicador surge de la diferencia entre la proporción de empresas que esperan aumentar sus dotaciones y aquellas que esperan disminuirla: del 6,1% de las empresas que declaran que harán cambios 4,6% espera incrementarla y 1,5% estima reducirla.
Seguir leyendo: