La City porteña vive en estos días una anomalía que no está falta de antecedentes pero que, sin dudas, no es para nada habitual. Ante un repentino deseo de argentinos que tienen dinero sin declarar en los Estados Unidos por traer esos fondos al país, el costo del “dólar cable” –cómo se llama a las transferencias informales que se hacen desde y hacia ese país– se haya vuelto negativo.
Dicho de otra forma, hoy en el mercado porteño las financieras le pagan a los que quieren enviar dólares al país del norte. Por caso, quien gira USD 100.000, obtiene USD 101.000 en el destino.
El “dólar cable” es una operatoria que consiste en mover dinero entre países –no sólo a EEUU, también a España, Suiza, Panamá o Uruguay– por fuera del sistema bancario y a través de un mecanismo de compensación. Es decir, sin trasladar físicamente a los billetes a traves de una frontera.
Quien envía al exterior normalmente paga un costo, generalmente en torno al 3% aunque ha llegado a subir al 7% en tiempos de salida masiva, a cambio de que una financiera deposite los fondos en una cuenta bancaria extranjera pasando por debajo del radar de los controles de Estado argentino. Si pueden evitar las transferencias internacionales y tener que trasladar el dinero es porque para hacerlo, empresas con operaciones en ambos polos del giro, compensan entre si los montos: si alguien quiere sacar USD 100.000 y otra persona quiere entrar el mismo monto, se calzan esas cifras.
Hoy el cable a los Estados Unidos tiene un costo negativo del 1%, es decir que quien gira llega a destino con más dinero del que puso originalmente
Lo habitual es que la salida tenga un costo mayor que la entrada. Un 2% o un 3% para el que quiere mover fondos desde la Argentina a los Estados Unidos y un 1% a 2% para el que quiere entrar fondos desde ese país. Esto es porque el costo más alto se paga en el lugar del que salen más fondos, y el más barato en el lugar en el que el flujo es de llegada.
Pero desde hace unos 20 días, en la City las financieras que operan dólar cable están buscando quien gire dinero a los Estados Unidos. Tan es así que pagan 1% por el servicio. De nuevo, no cobran: pagan a quien transfiere.
Según operadores del mercado y especialistas, el “costo negativo” en el dólar cable sólo indica una cosa. Y eso es que el flujo hoy por hoy es, mayoritariamente, de entrada. Decenas de tenedores de fondos en los Estados Unidos los están trayendo al país. Se trata de dinero no declarado que tiene por destino “el colchón”, inversiones locales –por ejemplo inmuebles o pagos estacionales como aguinaldos– o menos metafóricamente, la caja de seguridad.
En el mercado, atribuyen el fenómeno al flujo constante de entrada de freelancers que trabajan para el exterior sin salir del país, cobran en moneda extranjera e ingresan los fondos en negro para evitar tener que liquidarlos al tipo de cambio oficial. El flujo es constante porque son ingresos corrientes.
“El canje desde hace dos años esta bastante bajo. Cuando averiguas te van a decir los programadores. Y es verdad. El boom de programadores argentinos fue muy fuerte”, dijo un operador del mercado porteño. “Para mí la salida aflojo y eso abarata cable”, agregó.
Otra explicación la da un contador que, explica, tiene clientes nerviosos por el acuerdo que firmó esta semana el ministro de Economía, Sergio Massa, con el embajador de los Estados Unidos, Marc Stanley, para compartir información tributaria en forma automática. Una vez implementado, aseguran en el Gobierno, el fisco argentino va a tener la capacidad de conocer las tenencias de los argentinos en el sistema financiero estadounidense, sin necesidad de una orden judicial.
“La gente empezó a traer los fondos por el acuerdo, no hay otra explicación”, dijo el contador que prefirió no ser nombrado.
“La gente empezó a traer los fondos por el acuerdo con EEUU, no hay otra explicación”
El miedo de los argentinos con fondos en los Estados Unidos se agudizó en las últimas semanas, luego de que se conociera que la justicia norteamericana puso la lupa sobre dos sociedades que prestan el servicio de transferencias internacionales para dinero no declarado.
Ayer se conoció una orden para incautar USD 2.300 millones de una cuenta a nombre de Delacroix Investment Fund, una firma con sede en las Islas Vírgenes Británicas que se hizo pasar por un fondo de inversión para poder operar en el sistema financiero estadounidense. En octubre, lo mismo había pasado con USD 105.000 a nombre de Partner Capital Investment, con sede en el mismo país.
No son cuentas de individuos sino las de las financieras que prestan el servicio de transferencia internacional. Es una novedad que la justicia estadounidense pose su ojo sobre estos movimientos que, generalmente, deja pasar sin revisar.
El giro de dinero sin declarar a una cuenta de los Estados Unidos no preocupa a las autoridades de ese país, que se contentan con exigir a los bancos pedir origen de los fondos para cerciorarse de que no se trata de lavado de activos. Eese país considera lavado al del dinero que surge de “delitos de sangre” -terrorismo, narcotráfico, etcétera- y no presta atención a la evasión fiscal. Por eso es que los argentinos que abren cuentas allá no tienen mayores problemás. Pero que los fiscales estadounidenses hayan puesto la lupa sobre dos sociedades que sostienen esos movimientos es una noticia que se sigue de cerca en la City.
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