La economía muestra severas resistencias a una baja marcada de la tasa de inflación, tras la aceleración que arrastra desde el comienzo del año, mientras que la actividad económica acusa signos de enfriamiento, al punto que ya algunos analistas advierten sobre el inicio de un nuevo ciclo recesivo, o al menos de estancamiento.
Aún así, los recursos tributarios consolida un largo período de crecimiento en términos reales, apoyado en el cobro de anticipos extraordinarios de Ganancias, aumento de impuestos y adelantos sobre la compra de divisas para ahorro, y más para gastos de viajes, y desde septiembre, con la implementación de un tipo de cambio especial para liquidación de exportaciones del complejo sojero.
Sin embargo, la dinámica expansiva del gasto público, al punto que llevó al Gobierno a ampliar la autorización presupuestaria del corriente año en 12 veces, junto a la reticencia de los inversores privados a renovar la totalidad de los vencimientos de deuda del Tesoro Nacional, ha llevado a acelerar la tasa de expansión de dinero primario por parte del Banco Central.
Frente a ese escenario, Infobae entrevistó a Fernando Marull, socio y director de FMyA, Economista egresado de la UCA (Universidad Católica Argentina), con un Posgrado en la Universidad de Buenos Aires especializado en Macroeconomía y Mercados Financieros, y con un breve paso, desde 2017 hasta 2019, como economista en el Ministerio de Hacienda del Gobierno de la Nación Argentina, para que de su visión sobre la situación presente y sus expectativas para el corto plazo.
— La base monetaria aumenta a un ritmo de 40% al año, y los pasivos remunerados del BCRA se expanden a una tasa de 104% al año, en ambos casos muy lejos del ritmo de inflación actual de 90% y del proyectado 60% en el Presupuesto 2023 ¿Qué lectura hace de esos números?
— Desde que asumió la presidencia de la Nación Alberto Fernández, el déficit fiscal fue muy alto y mayormente financiado con emisión monetaria, lo que generó un exceso de pesos que hoy está en bancos en forma de Leliq. Sumado al cepo cambiario y la falta de perspectiva del dólar oficial, genera que hoy las expectativas de inflación estén desancladas (muchos pesos, y no hay referencias del valor del dólar futuro). Por eso, el mercado espera que la inflación en 2023 sea del 100% y no del 60%, como prevé el Presupuesto.
“El mercado espera que la inflación en 2023 sea del 100% y no del 60%, como prevé el Presupuesto”
— ¿En cuánto afectan o condicionan las expectativas de inflación?
— Hoy las expectativas de inflación son las más altas en 30 años, después de la hiper, basadas en la gran emisión monetaria de los últimos años y la falta de reservas. Sin un plan de Estabilización, van a seguir desancladas las expectativas de devaluación y con eso las de inflación.
— ¿Y sobre las cotizaciones de los tipos de cambio?
— El exceso de pesos y la falta de reservas en el BCRA provocan una expectativa de brecha creciente. Si en 2023 la refinanciación de la deuda en pesos se complica, exigirá al Banco Central una gran emisión de dinero, que producirá una gran tensión sobre el tipo de cambio. Además, de la deuda en pesos, hay presión sobre las reservas, por lo que la chance de endurecer el cepo es alta aun. Por eso, si hay problemas con la deuda en moneda nacional y el Gobierno tiene que endurecer de nuevo el cepo cambiario, aumentara la presión sobre los dólares paralelos.
— ¿Qué opina del dólar soja I y del ahora dólar soja II?
— En septiembre, el ministro de Economía, Sergio Massa, dio un dólar elevado para incentivar la oferta de dólares, y el campo adelantó liquidaciones de exportaciones por USD 8.000 millones. Tuvo un impacto positivo en lo fiscal: subió retenciones, y en lo cambiario: subió USD 5.000 millones de reservas; aunque también tuvo sus costos: exigió una fuerte emisión de pesos. Ante la falta de reservas en los últimos dos meses, Massa ha vuelto a aplicar un dólar soja, con una expectativa más acotada esta vez: USD 3.000 millones del complejo oleaginoso, aunque lo suficiente para cumplir con las metas fiscales y de reservas de diciembre acordadas con el FMI. La cosecha y el dólar soja fueron claves para cumplir con ese objetivo, pero todavía faltan USD 2.000 millones (ver gráfico). Deberían cumplirse.
— ¿Qué factores llevaron a que se enfriara la economía, al punto que al ritmo del tercer trimestre dejaría un arrastre negativo para el año próximo?
— La aceleración inflacionaria, por fuerte emisión de pesos y falta de señales del dólar, y el cepo a las importaciones, generó que Argentina entre en recesión en el cuarto trimestre 2022. Nosotros en FMyA esperamos que en 2023 Argentina esté estancada todo el año, creciendo solo 0,7% -menos que la tasa de aumento de la población-, con una inflación que no bajará de 100 por ciento.
— ¿Tiene margen el Gobierno para revertir ese proceso en el año electoral que se inicia?
— El Gobierno no tiene margen. Por eso, el “Plan Llegar” es tratar de “atar con alambre” la actividad para que no se desencadene otra crisis, cuidando en el camino al frente fiscal, cambiario y monetario.
“El “Plan Llegar” es tratar de “atar con alambre” la actividad para que no se desencadene otra crisis”
— Los tipos de cambio financieros se han “despertado” en las últimas semanas, pero aún se mantienen por debajo de los máximos de julio en términos reales ¿Cómo ve su trayectoria?
— La tendencia del dólar es alcista, y es probable que acerque a nivel del dólar Convertibilidad de $360. El mayor estrés sobre el dólar es que se logre estabilizar la deuda en pesos; de lograrlo, escenario más probable, el dólar podría encontrarse en esos valores de $360 por unidad. De no lograr estabilizar la deuda en moneda nacional las próximas semanas, y no recuperar suficientes reservas en divisas en el Banco Central como lo esperado, suena lógico que la cotización del dólar vaya a los niveles de $430 como durante la salida de Martín Guzmán (en términos reales). Ya en un escenario muy pesimista, y con renuncia de Sergio Massa, suena creíble un dólar paralelo de $500, un valor equivalente al de octubre de 2020, en plena crisis Covid-19, si se lo actualiza por inflación.
— Hay preocupación entre los analistas y también entre los agentes económicos por la “bola de nieve de las Leliq” ¿Qué piensa? ¿Está condenada a explotar o es factible desarmarla antes?
— Por definición, si ajusta el déficit fiscal, el stock de Leliq se “derrite”. Por lo tanto, la “bola de nieve de las Leliq” es un condicionante para 2024, pero con un Plan de Estabilización serio se debería, justamente, estabilizar.
— ¿Una reflexión final?
— Hoy los mayores riesgos locales que tiene la economía son la deuda en pesos, que una sequía golpee la oferta de dólares de 2023 y que un conflicto político rompa el débil equilibrio del oficialismo a pocos meses de las elecciones 2023. La apuesta del ministro Sergio Massa es “Llegar” y que el próximo presidente se ocupe de arreglar los problemas económicos que afectan a la economía argentina.
Fotos: Adrián Escandar
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