Un síntoma de alerta que inquieta al mercado inmobiliario porteño es la cifra de 2.974 escrituras que informó el Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires en su última medición. Después de tres meses consecutivos con más de 3.100 escrituras mensuales registradas en CABA (entre julio y septiembre) no se logró perforar esa cifra y hay preocupación porque se fracturó la tendencia positiva en el décimo mes del año. Pese a la caída, la cifra resultó un 15,5% superior a igual mes de octubre de 2021.
Expertos argumentaron varias razones sobre porqué cayó la cantidad de operaciones de compra venta y lo que puede ocurrir en el tramo final del calendario que históricamente es el más productivo.
Mariano García Malbrán, presidente de Cámara de Empresas de Servicios Inmobiliarios (Camesi), dijo a Infobae que “en octubre hubo una baja de la cantidad de compraventas inmobiliarias registradas porque en este momento, en el que los precios son realmente de conveniencia, hay muchos interesados que son inversores que compran para alquilar y en unos años vender. Para ellos apareció una inversión rentable que es colocar depósitos en pesos en plazos fijos, ya que el dólar se ha mantenido estable desde la llegada del nuevo ministro de economía y viene un año electoral en el que es esperable que el billete norteamericano no tenga grandes subas que arrastren precios. Gran parte de estos inversores acumulan pesos para esperar el momento oportuno de comprar nuevamente dólares y ahí sí volver a la inversión inmobiliaria”.
“Gran parte de estos inversores acumulan pesos para esperar el momento oportuno de comprar nuevamente dólares y ahí sí volver a la inversión inmobiliaria” (García Malbrán)
Muchas personas con dólares en mano siguen esperando obtener mayores “ventajas” en los precios aunque los vendedores no convaliden bajas tan pronunciadas sobre el precio de publicación. En especial por las propiedades ofrecidas este año con cotizaciones sinceradas.
Jorge Mastromauro, inmobiliario de la zona de Saavedra y Villa Pueyrredón, dijo a Infobae que “se venía con expectativas pero en un segmento que viene castigado cualquier situación desventajosa hay que analizarla minuciosamente. Creo que hay gente especulando y destina ahorros en otras inversiones como la compra de autos o viajes al exterior ahora que se puede viajar libremente como antes de la pandemia, y seguramente más adelante decidirán su apuesta en el ámbito inmobiliario”.
Según el empresario, para el bimestre final del año se espera una recuperación en las ventas que superaría las cifras de los mismos meses del año pasado, aunque el Mundial de Fútbol no ayuda: “Tiene un pequeña influencia negativa en las ventas, que distrae la atención de un país con pasión por el fútbol, pero no es motivo suficiente para que quien esté buscando comprar un inmueble no lo haga, simplemente puede dilatar la decisión por unos días. Me parece que diciembre y la primera semana de enero serán de mucha actividad en el sector”.
Con cepo cambiario es difícil
Durante los 10 meses de 2022 se hicieron 26.131 escrituras. “El deseo es que en el último bimestre se dé un mayor movimiento como suele pasar todos los años pero hay que estar atento a todas las variables”, dijo Jorge De Bártolo, titular del Colegio de Escribanos porteños.
Desde el segmento también argumentan que mientras siga el cepo cambiario y se complique acceder al dólar muchos ahorristas que los tienen “en el colchón” no querrán movilizarlos, así pasó en 2014 cuando también hubo fuertes restricciones en la compra de billetes norteamericanos.
“De alguna forma los números de las escrituras mejoraron algo pero será vital encontrar algún mecanismo que permita dinamizar la compra de viviendas. En Buenos Aires hay casi 8.000 matriculados quiere decir que son pocos los que venden una propiedad por mes. Todo es muy difícil y eso que hay un mercado de oportunidad con viviendas que descendieron entre un 35% y 38% desde 2019 a la fecha”, amplió Mastromauro.
Participación del Estado
Especialistas también sostienen que para observar una mejora del sector hace falta una reactivación del crédito hipotecarios con tasas de interés beneficiosas para acceso a la primera vivienda, una mejora de las condiciones macroeconómicas que generen estabilidad monetaria y que el dólar se mantenga estable e impulsen incentivos fiscales para quienes invierten en desarrollos inmobiliarios, tal como la Ley de Blanqueo de capitales actualmente en vigencia (para la compra de inmuebles en construcción y que permitirá adquirir inmuebles usados recién en 2023).
“En nuestro país hay un déficit habitacional enorme y debería ser política de Estado solucionarlo con acciones de fondo tendientes a facilitar el acceso a la vivienda para más de 10 millones de argentinos, por lo menos”, concluyó García Malbrán.
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