El Gobierno anunció este lunes que los combustibles integrarán el programa de Precios Justos, con aumentos estimados durante cuatro meses con aumentos limitados al 4%, en los primeros tres meses y del 3,8% en el último mes. Aunque no fue confirmado si ese porcentaje se aplicará de la misma forma a todos los combustibles, si se calculan esas subas mensuales, el precio de la nafta super en la ciudad de Buenos Aires pasará de los $145 actuales por litro a casi 170 pesos.
De acuerdo a los precios actuales en los surtidores de YPF de la ciudad de Buenos Aires. El litro de nafta super, si se cumple con ese esquema de aumentos previsto, pasará de $145,10 a $151 en diciembre; $157 en enero; $163 en febrero y cerca de $170 en marzo.
De esta forma, si se toma como referencia un Fiat Cronos –uno de los modelos más vendidos de la Argentina– llenar el tanque que tiene una capacidad de 48 litros con nafta super pasará de los $6.964 actuales a $7.248 en diciembre y unos $8.100 en marzo.
En el caso de la nafta premium, el litro pasará de $177,70 a $184,80 en diciembre; $192,20 en enero; $200 en febrero y cerca de $207 en marzo.
Para el diesel, que actualmente se vende a $155,90 el litro, por los aumentos escalonados, el precio alcanzará $162 en diciembre; $168,60 en enero; $175,30 en febrero y $182 en marzo. Por último, el diesel premium pasará de $212,40 a $220,90 en diciembre; $230 en enero; $239 en febrero y $242,70 en marzo.
En el caso de una Toyota Hilux, llenar su tanque de 80 litros con diésel de mayor calidad pasará de los $16.992 a $17.671 en diciembre y a los más de $19.400 en marzo de 2023.
El ministro de Economía, Sergio Massa, junto a la secretaria de Energía, Flavia Royon, y el secretario de Comercio, Matías Tombolini, anunciaron un acuerdo de precios para el sector. “Vamos a tener diciembre, enero, febrero y marzo con un sendero de aumentos predefinido: 4% en diciembre; 4% en enero; 4% en febrero y 3,8% en marzo, con el objetivo de seguir construyendo un camino en el cual todos los sectores contribuyan a bajar significativamente la inflación que es el principal drama de la Argentina”, indicaron desde el ministerio de Economía.
“Es un acuerdo en el cual, además, el Estado se compromete a poner en garantía el acceso a divisas para las empresas, sobre todo para el abastecimiento de lubricantes, a reducir temporalmente impuestos en la importación de combustibles a los efectos de garantizar abastecimiento para los sectores del agro, sobre todo durante los meses de enero y febrero, son los más importantes”, dijeron. Participaron del acuerdo las empresas YPF, Raizen (de la cadena Shell), Trafigura (de la cadena Puma) y Axion.
“Los estacioneros, las 5.000 estaciones de servicio con 65.000 puestos de trabajo, no han sido invitados a la mesa de precios. Las estaciones evidentemente no son las que marcan los precios. La incidencia que tiene la actualización del precio de los combustibles en los productos de la canasta básica es la siguiente, cada 10% de aumento en los precios de los combustibles en la canasta tiene una incidencia de 0,4%”, detalló Gabriel Bornoroni, presidente de Cecha (Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina).
“Hace cuatro años que los precios de los combustibles aumentan menos que la inflación. En 2019 fue 43%; en 2020, 25%; en 2021, 34%; en 2022, un 60%. Todos porcentajes que han sido menores que la inflación. A los combustibles no hace falta controlarlos. El Gobierno nacional controla YPF y luego YPF controla el precio final de todo el país porque tiene posición dominante”, aseguró el presidente de Cecha.
El pasado 3 de noviembre, la petrolera YPF -y luego sus competidoras- aplicaron un incremento de 6% en los precios de las naftas y el gasoil. “Luego de este ajuste continuaremos monitoreando la evolución de las variables que inciden en la formación de precios, teniendo siempre en consideración las particularidades del contexto macroeconómico del país y la realidad internacional”, indicaron en ese momento.
En esta oportunidad el ajuste de precios en CABA fue de 5,9% en naftas y 7,9% en gasoil, levemente más alto que el ajuste promedio país, con el objetivo de reducir las brechas de precios entre CABA y el interior del país, en particular con las provincias del NOA, que subieron 1 punto porcentual menos que CABA.
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