Mucho se habló del “dólar Qatar”, para encarecer el costo en pesos de los dólares que los argentinos gastarán en viajes, estadía y otros costos por el tiempo que pasen en el emirato árabe, atraídos por el espectáculo del Mundial de Fútbol 2022.
Además, ya antes de que comenzara a rodar la pelota, los primeros adelantados en Doha, la capital qatarí, y en otros lugares del emirato, descubrieron que en las casas de cambio no aceptaban, al igual que en algunos lugares de la Argentina, los dólares “cara chica”, esto es, aquellos de cien emitidos entre 1914 y 1996 en los que se ve la figura de Benjamin Franklin enmarcado en un óvalo y más pequeño que la imagen de emisiones posteriores, de dólares con un Franklin “cara grande”, que se emitieron hasta 2013. El colmo del preciosismo es el reclamo de dólares “azules”.
La resolución 5272, por la que el BCRA instrumentó el dólar Qatar, agregando un recargo tributario del 25%, que sumados a los ya existentes del 45 y el 30% termina duplicando el tipo de cambio oficial. El límite de USD 300 al mes sin ese recargo (y por individuo, no por tarjeta o cuenta) complicaba aún más la excursión mundialista, más teniendo en cuenta que esos 300 dólares no eran una “franquicia”: si alguien gastaba 301 dólares de “dólar Qatar”, el recargo del 25% se aplicaría sobre el total, no sobre el dólar excedente.
La solución
La solución -impensada, inesperada, al punto que tardó algún tiempo en descubrirse- es que los argentinos se presenten en las casas de cambio qataríes con pesos y con ellos compren riales, la moneda local.
El periodista Germán Sasso lo dijo por Twitter: “En las casas de cambio no solo es más difícil que te acepten dólares que pesos, sino que al ciudadano argentino le conviene cambiar moneda nacional y guardar los dólares”.
De hecho, una factura de compra de riales qataríes por parte de un argentino con pesos que llegó a manos de Infobae y cuya imagen se adjunta, preservando los datos de identificación personal, muestran una operación de compra de 6.869 riales qataríes a cambio de 321.000 pesos argentinos. Esto es, la casa de cambio cotizó el rial a 42,73 pesos argentinos (o, al revés, el peso argentino a 2,41 centavos de rial qatarí). Se necesitan aproximadamente 3,70 riales para comprar un dólar, con lo que la operación equivale a reconocer un tipo de cambio de 173 pesos argentinos por dólar de EEUU.
En otras palabras, las casas de cambio qataríes (o por lo menos Almana Exchange W.LL, donde se realizó esta operación), reconocen el tipo de cambio oficial de la Argentina, tal vez para ahorrarse el embrollo de tasas y tipos de cambio que aplica la Argentina.
Así que la solución es sencilla: si va a Qatar, lleve pesos argentinos, como si fuera una moneda fuerte.
El problema, claro, es que dado el costo de vida en Qatar, se hace necesario llevar una valija o bolso aparte para poder guardar pesos suficientes. Y haberse animado a llevarlos pensando que serían aceptados en el emirato.
Por otra parte, pese a los varios amagues y la decisión final de instrumentar el “dólar Qatar”, lo cierto es que la medida nunca fue del todo operativa, ni siquiera del lado argentino, ya que las empresas procesadoras de pagos no tienen aún la forma de aplicar el recargo adicional del 25% por persona en vez de por tarjeta, para saber si se excedieron del cupo mensual de $ 300 al que “solo” se le aplican el 40 y el 35% de anticipos impositivos. Para eso necesitan información que la AFIP todavía no les suministró.
Así las cosas, el “dólar Qatar” es hasta ahora un amague, que muchos argentinos se comieron antes de comenzar el Mundial.
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