Sergio Massa eligió un evento lleno de empresarios para anunciar que lanzará un nuevo blanqueo de capitales. Enmarcó la iniciativa dentro del “acuerdo intergubernamental”, o IGA según las siglas en inglés, que alcanzaría con el gobierno norteamericano en “los próximos días”, según él mismo se ocupó de aclarar.
El ministro de Economía fue el único orador del encuentro organizado por el Cicyp (Consejo Interamericano de Comercio y Producción). En el largo discurso se comprometió a cumplir el acuerdo con el FMI y criticó a los que piden una devaluación. Pero la gran novedad estuvo vinculada con el acuerdo de intercambio de información tributaria con Estados Unidos y el lanzamiento de un nuevo blanqueo, que según él mismo explicó sería a través de una ley que debe ser aprobada por el Congreso.
Massa se refirió al convenio que está a punto de cerrar con el Tesoro y el organismo recaudador norteamericano (el IRS) como intercambio de información “automática” de personas y beneficiarios finales de sociedades con Estados Unidos.
Hizo explícitamente alusión al blanqueo que llevó adelante Macri, que consiguió arriba de USD 110.000 millones. “Lo mejor que podemos hacer ahora es sacar una buena ley, promover que esos argentinos que eludieron el blanqueo del 2017, eludieron a las autoridades fiscales de la Argentina”.
El ministro de Economía no dio mayores precisiones sobre un futuro blanqueo. Sólo que elevaría un proyecto de ley ante el Congreso. Pero primero será clave conocer en qué consistirá realmente el intercambio de información tributaria que se firmará con los Estados Unidos
Según su explicación, quienes no se incorporaron al blanqueo provocaron que aumente la presión tributaria sobre aquellos que sí pagan impuestos. Por lo tanto, el objetivo es que “se formalicen, blanqueen, traigan sus dólares y ayuden a construir valor para el futuro de la Argentina”.
No hubo aclaración alguna respecto a la eventual multa sobre los ahorros blanqueados que debería enfrentar el contribuyente. Tampoco si sería o no obligatorio ingresar los fondos al país. El anterior blanqueo permitió que las cuentas permanezcan en el exterior.
En este caso, la “amenaza” para los inversores que poseen cuentas en los Estados Unidos es que ahora ese país estaría dispuesto a informar sobre las tenencias de los argentinos en ese mercado.
Sin embargo, aún está por verse el alcance que tendrá el acuerdo, a partir de cuándo se pondrá en marcha y si realmente implica un intercambio de información “inmediato” entre ambos países. No está claro, por ejemplo, si el convenio tendrá características de “reciprocidad”.
Surgen en este punto muchos interrogantes. ¿Sería exitoso un nuevo blanqueo en pleno año electoral? Macri lanzó el suyo a los seis meses de llegar al Gobierno, obteniendo en 2016 una respuesta inédita. Claramente no es el mismo escenario, teniendo en cuenta además la incertidumbre preelectoral.
Otra de las dudas es si realmente Estados Unidos tendrá ganas de darle esta mano al actual Gobierno, con el que no tuvo una relación estrecha ni mucho menos en los últimos años. ¿Estará dispuesto el Tesoro americano a darle este envión a Massa casi de la noche a la mañana?
El antecedente del blanqueo realizado por Macri no juega ahora precisamente a favor. La experiencia fue decididamente negativa para los que blanquearon: lo hicieron con un impuesto a los Bienes Personales de 0,25% anual, que se fue llevando progresivamente a niveles superiores al 1,5% anual (llega a 2,25% en caso de cuentas del exterior).
Pero además este mismo gobierno kirchnerista es el que cobró en medio de la pandemia el impuesto a las “grandes fortunas”. Muchos contribuyentes presentaron amparos por considerarlo una “doble imposición”, porque es similar a Bienes Personales. ¿Cuántos estarían dispuestos realmente a blanquear con este antecedente?
Es cierto que aquel blanqueo de Macri tuvo la “pata floja” de no contar con el intercambio de información con Estados Unidos. Eso implicó que muchos contribuyentes simplemente optaran por mudarse de países como Suiza al mercado americano para quedar lejos de las garras de la AFIP. Ahora la intención de Massa es cerrar ese círculo.
“Aquel que eludió será castigado y servirá como ejemplo para adelante. Agrandando la cantidad de contribuyentes y pescando a aquellos que eluden sus responsabilidades, tenemos la oportunidad de bajar la presión tributaria, que es otro de los grandes desafíos”, cerró el ministro de Economía ante la mirada de los principales empresarios del país.
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