El dólar administrado por el Banco Central avanzó en octubre más rápido que la inflación por primera vez en casi dos años, justo en el mes en que la suba mensual de precios marcó un repunte tras dos meses de tendencia de desaceleración. Por eso, una idea que ronda en el equipo económico es “enfriar” ese ritmo de depreciación para no alimentar más la fuerte inercia que arrastran los precios.
El crawling peg (ritmo de devaluación) de octubre fue de 6,5% por lo que estuvo por encima de la inflación de ese mes, que fue de 6,3%, algo que según fuentes de mercado no sucedía desde hace poco menos de dos años, en febrero de 2021. El Banco Central hace un equilibrio fino entre actualizar la divisa mayorista con un paso que no la deje una situación de atraso, pero también busca evitar que sea un combustible adicional para una inflación que tiene un componente inercial marcado y que no baja del 6% mensual desde julio.
Según explicaron desde un despacho oficial ante la consulta de Infobae, una idea que ronda en el equipo económico es “enfriar” el ritmo en el que se devalúa el dólar oficial, que es el que actúa como referencia para el comercio exterior, por ejemplo. En lo que va de noviembre, de acuerdo a datos del Banco Central, la depreciación del mayorista avanzó en un 3,9%, en un mes en que la inflación prevista por el mercado estará nuevamente por encima del 6 por ciento.
De todas formas, aseguran en el equipo económico, no consideran que poner un freno en el ritmo de depreciación pueda implicar algún riesgo de atraso cambiario. “Las exportaciones industriales vienen aumentando a ritmo de 20%, así que muy atrasado no debe estar el dólar”, mencionaron desde un despacho.
La cuestión del atraso en términos reales del tipo de cambio es una preocupación, además, para el Fondo Monetario Internacional. A lo largo del año, en distintas visitas técnicas, el staff del FMI planteó ante los funcionarios argentinos que el Central debería hacer avanzar el dólar de manera más marcada para sostener su valor real, aseguran fuentes oficiales. De todas formas, más allá del reclamo en las charlas informales, comentan, el organismo comprendió que el contexto de aceleración inflacionaria le impedía a la Casa Rosada hacer acelerar esa variable.
En el Ministerio de Economía niegan que esté en el menú de opciones un reajuste devaluatorio con un salto en el tipo de cambio, sino que defienden la pauta de actualización que plantearon en el Presupuesto 2023, que estima un dólar mayorista que sube en línea con la expectativa inflacionaria. Para el mercado, las presiones devaluatorias van en aumento en la medida en que no pueda el Banco Central consolidar un sendero de acumulación marcada de divisas.
Esta semana el tipo de cambio inició con una leve suba del dólar blue hasta los $307, tras dos semanas de incremento más pronunciado. El dólar Bolsa, por su lado, volvía a subir este martes hasta los $317,71 según la sociedad de bolsa Rava, mientras que el dólar “contado con liqui” corregía levemente y bajaba hasta $331.
En el Gobierno eligieron una serie de razones para explicar la última trepada de los tipos de cambio paralelos. Algunas de esas tesis tienen que ver con razones típicamente macroeconómicas que empujan hacia arriba al tipo de cambio, y otras incluso de índole de expectativas y operativas sobre las necesidades financieras de empresas en la última parte del año.
Una lectura posible es que el despegue de los dólares paralelos financieros respondía más bien a la recuperación de cierto terreno perdido en términos nominales en los últimos meses: a mediados de julio el CCL llegó a cotizar $325, un precio apenas superior al de este martes, con la diferencia de que transcurrieron cuatro meses con altísima inflación. De esta manera, sostienen en el equipo económico, el efecto no sería tan inesperado porque el mercado estaría así arbitrando un “atraso” nominal que ahora busca recuperar.
Otra explicación tiene que ver con la cantidad de pesos que quedaron “sueltos” en el mercado tras la puesta en marcha del esquema diferencial de dólar soja, que al pagarle a los productores un tipo de cambio más alto de $200, hubo una brecha de valor -en comparación con el dólar que reciben de manera habitual en el sector- que tuvo que cubrir el Banco Central con emisión monetaria, que se estima que fue cercano al billón de pesos.
Una tercera explicación, extendida entre los analistas del mercado, es que para los inversores ya sería insuficiente el nivel de tasa de interés que establecieron la Secretaría de Finanzas en sus licitaciones de deuda del Tesoro y, por su lado, el Banco Central con su tasa de referencia, que dejaría de hacer atractivos a los plazos fijos.
Con todo, desde Gobierno aguardan la puesta en marcha de una de las últimas medidas en el plano cambiario que, creen, achatará la brecha entre el dólar oficial y el paralelo: el nuevo dólar diferencial para el turismo receptivo. Según estiman en el equipo económico, debería reportar un ritmo de oferta de dólar MEP de entre USD 250 y 300 millones por mes, lo que empujaría hacia abajo la cotización del dólar Bolsa.
Seguir leyendo: