El Gobierno reiteró su reclamo por los elevados sobrecargos que cobra el FMI

El organismo multilateral percibe una tasa de 6,66% anual por los créditos que otorga y un 3% corresponde a sobrecargos. “Como prestamista de última instancia debería tener tasas más bajas”, argumentaron desde el Palacio de Hacienda

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Alberto Fernández y Sergio Massa junto a Kristalina Georgieva, en su reciente reunión en Indonesia
Alberto Fernández y Sergio Massa junto a Kristalina Georgieva, en su reciente reunión en Indonesia

En la declaración final de la cumbre G20 que se llevó a cabo la semana pasada en la ciudad de Bali, Indonesia, los líderes de los países miembros solicitaron la revisión de la política de sobrecargos del Fondo Monetario Internacional (FMI), en una postura que avaló el planteo que el Gobierno argentino vino realizando en los últimos meses en distintos foros, en sus negociaciones bilaterales con el organismo de crédito y en concordancia con la iniciativa planteada por la Argentina en la cumbre de Roma en octubre de 2021.

Fuentes del Palacio de Hacienda enfatizaron el habitual reclamo en contra de los sobrecargos que cobra el FMI, dado que en abril de este año la administración de Alberto Fernández acordó con la entidad multilateral una flexibilización de los pagos del crédito stand by que fue desembolsado en 2018 y 2019 por unos USD 45.000 millones y que convirtió a la Argentina en el principal deudor del Fondo.

El FMI cobra una tasa del 6,66% anual, de la cual un 3% corresponde a sobrecargos; el BID cobra un 5,16%

Desde Economía precisaron a Infobae que la tasa que percibe el FMI alcanza el 6,66% anual en dólares, producto de una Tasa básica (1%) más una Tasa de Referencia de 2,6% correspondiente a los Países que forman la canasta de los DEG (Derechos Especiales de Giro) más sobrecargos por otro 3 por ciento.

En este sentido, enfatizaron que el BID cobra un 5,16%, producto de una Tasa de referencia de 4,08%, a lo que se añade un Margen de Fondeo (+0,18%) y un Margen del BID (+0,9%).

Los funcionarios consideran que hay un “agravante conceptual porque el sobrecargo del FMI se aplica sobre un monto exorbitante, mientras que se supone que es un prestamista de última instancia y como tal debería estar más abajo dicha tasa”.

Otra paradoja es que cuando se impusieron los sobrecargos, la decisión refería que era para “incentivar a los países a graduarse del FMI y salir al mercado. Pero con estas tasas y estos mercados el efecto es el inverso, de perpetuación -de la deuda- porque los países tienen menos o más difícil acceso a los mercados y mayor carga que pagar al Fondo. Entonces le tienen que pedir al Fondo para pagarle al Fondo”, explicaron desde el Palacio de Hacienda.

Un reiterado reclamo del Gobierno

“En este G20 logramos que se mantenga el mismo reclamo que habíamos logrado en el G20 de Roma: que se revisen los sobrecargos que los países más endeudados están pagando; son tasas muy altas que no tienen ninguna explicación lógica. Lo hablamos con Kristalina (Georgieva) y ella planteó que está dispuesta a llevar el tema al Directorio. Hay que dar pelea para tratar que el tema salga”, dijo Alberto Fernández en declaraciones desde Bali.

El ministro de economía Sergio Massa también destacó el diálogo mantenido con el Fondo y con otros líderes del mundo, que permitió sostener como una demanda común la baja de sobretasas que se aplica sobre países deudores y que le significan a la Argentina un costo aproximado de USD 1100 millones anuales. “Esto, además, es importante para los sectores productivos de la Argentina porque le permite acceder al flujo de dólares para los que son insumos y bienes intermedios importados”, sostuvo el titular del Palacio de Hacienda.

Incluso el ex ministro de Economía Martín Guzmán coincidió en el cuestionamiento a los sobrecargos que aplica el organismo de crédito a los deudores. “La política de sobrecargos del FMI es una política sin sentido por donde se la mire. Es regresiva y aumenta la inestabilidad global”, definió durante su participación en un panel de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York en octubre pasado.

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