La calificadora de riesgo Standard & Poor’s afirmó la nota en moneda extranjera de ‘CCC+’ de Argentina, pero bajó la calificación en moneda local a ‘CCC-’, con perspectiva negativa.
Según informó en un comunicado, “la Argentina realizó
la semana pasada un canje ofreciendo los mismos bonos duales (dólar o vinculados a la inflación) que en el canje de deuda de agosto de 2022 (que vence en junio a septiembre de 2023) para reducir los vencimientos denominados en pesos durante el resto de 2022. Esto el intercambio de deuda sigue a una subasta programada regularmente a principios de esa semana con plazos más cortos”.
Inestabilidad macro
“A pesar del financiamiento oficial externo adicional, que refleja el progreso bajo su programa con el FMI, la inestabilidad macroeconómica y un panorama político polarizado están exacerbando las vulnerabilidades para las colocaciones de deuda local, especialmente dada la magnitud del vencimiento de la deuda a medida que se acercan las primarias de 2023 (PASO) y las elecciones nacionales”, advirtió S&P.
Por este motivo, bajó la calificación crediticia de largo plazo en moneda local de Argentina a CCC- de CCC+ para reflejar “mayores vulnerabilidades durante los próximos seis meses dada la concentración en el perfil de deuda en pesos”. A la vez, afirmaron la “calificación en moneda extranjera de largo plazo de ‘CCC+’”.
“La perspectiva negativa de todas las calificaciones a largo plazo refleja los desafíos económicos y el desacuerdo persistente sobre la política dentro de la coalición gobernante y la oposición que pesa sobre las condiciones financieras en los mercados locales”.
“La perspectiva negativa refleja mayores riesgos para contener desequilibrios económicos pronunciados, ya que falta menos de un año para las elecciones primarias y nacionales de 2023. Los mercados de capital globales están cerrados a Argentina, mientras que el pequeño tamaño del mercado local limita la gestión de la deuda junto con las grandes amortizaciones denominadas en pesos” señaló S&P.
“El desacuerdo político dentro de la coalición de gobierno y las luchas internas entre la oposición están socavando la posibilidad de colocar la deuda local en horizontes más largos. Estos factores están efectivamente acortando los plazos a los que se coloca la deuda en el mercado local”, afirmaron.
Por este motivo, advirtieron “podríamos bajar las calificaciones durante los próximos seis a 12 meses debido a una política negativa inesperada o a acontecimientos políticos que socaven el acceso ya limitado al financiamiento del mercado local o de fuentes oficiales”. “Retrasos significativos en la ejecución bajo el Servicio Ampliado del Fondo (EFF) complicarían el acceso al financiamiento del FMI, y potencialmente de otras instituciones multilaterales de crédito”, aclaró.
“Este escenario probablemente dañaría aún más la confianza de los inversionistas locales y dificultaría el acceso a los mercados de deuda denominados en pesos. También podría exacerbar la necesidad de recurrir al financiamiento del banco central en medio de una dinámica inflacionaria desafiante y conducir a una rebaja”, indicaron.
“La mayor presión en los mercados financieros locales, incluida la base de depósitos del sistema bancario, o las dificultades en la gestión de la deuda del banco central (LELIQ), también podrían conducir a una rebaja”.
Además, “más canjes de deuda en este bajo nivel de calificación aumentarían la probabilidad de que clasifiquemos un canje como en dificultades, ya que tales desarrollos típicamente indicarían un mayor riesgo de un incumplimiento convencional si los acreedores no participan en el canje”.
En cambio, aclaró, podrían “subir las calificaciones durante los próximos seis a 12 meses siguientes si hay un historial de ejecución exitosa con el FMI” y claridad sobre cómo la política, después de las elecciones, aliviará los desafíos financieros en el mercado local y proporcionará una hoja de ruta para corregir los principales desequilibrios macroeconómicos estructurales de Argentina”.
“También podríamos subir las calificaciones si hay una recuperación económica más pronunciada que respalde resultados fiscales más sólidos que eliminen la presión sobre las necesidades de financiamiento del gobierno”.
Cambios drásticos
S&P enfatizó que “una larga historia de inestabilidad macroeconómica y cambios drásticos en las políticas económicas sustentan la baja credibilidad y previsibilidad de las instituciones gubernamentales de Argentina”.
“Los acontecimientos políticos y financieros que rodearon la asunción del cargo del ministro de Economía y Finanzas, Sergio Massa, en agosto, destacan las debilidades en la solvencia de Argentina”.
“Estos incluyen condiciones frágiles del mercado financiero local y desacuerdo político y de políticas en todo el espectro político. La tensión entre las facciones de la coalición gobernante socavó la capacidad de los políticos para estabilizar la confianza del mercado en junio y julio y provocó la salida de dos ministros de Economía en un mes”.
“El nuevo equipo económico supervisó una exitosa revisión de la EFF con el FMI, desembolsos adicionales de las IMF y un nuevo perfil de la deuda oficial con el Club de París. Las autoridades económicas también reiteraron el compromiso y la intención del gobierno de promover políticas destinadas a cumplir los objetivos clave de la EFF”.
Sin embargo, “quedan dudas sobre si la administración puede diseñar una reducción material en el déficit fiscal, especialmente en 2023, así como cumplir con los objetivos de financiamiento del banco central”.
“Esto requiere la contención del gasto, incluida la reducción de los subsidios energéticos políticamente sensibles, cuya implementación total ya se ha pospuesto. Además, persisten las preocupaciones sobre la viabilidad de reforzar las reservas internacionales a medida que las importaciones de bienes y servicios son sólidas”.
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