El presidente de Techint, Paolo Rocca, consideró que la Argentina “no es Venezuela, ni Cuba ni Nicaragua”, por lo cual estimó que “en algún momento” la economía local se va a normalizar. “Esta es una enorme oportunidad para adquirir tecnología e integrarnos al mundo”, sostuvo el empresario, que participó en un Congreso de la Fundación Observatorio Pyme, que se realizó este martes en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.
“En materia de energía, tenemos en Vaca Muerta la capacidad de desarrollar una industria del gas que fortalecería a toda la cadena de suministros de energía regional, una oportunidad extraordinaria para impulsar el trabajo de empresas pequeñas, medianas y grandes. Lo que podemos hacer allí es de extrema relevancia para la cadena de valor”, señaló.
Paolo Rocca habló del “cambio mundial” tras la pandemia. “El cambio mundial es traumático. Hay un cambio en el equilibrio político sustancial. El principal actor de este proceso de transformación es China, que representa el 28% de la producción industrial global. Esto lleva a un proceso de primarización de nuestra economía”, enfatizó.
“Nadie sabe que va a pasar en cinco o diez años. Es difícil tener previsibilidad”, añadió. Además, sostuvo que China “va fortaleciendo la organización autoritaria de Gobierno. En este mundo bipolar no hay buenos y malos, pero sí distintas maneras de ver la libertad, la democracia y los derechos individuales”.
El directivo ser refirió al cambio de equilibrio geopolítico. “Estamos frente a un cambio sustancial del equilibrio geopolítico. En los 90s, con el final de la Guerra Fría y la caída del Muro, el equilibrio geopolítico cambió radicalmente, la visión de que un mundo unipolar con el liderazgo fuerte de Estados Unidos abriría un ciclo de globalización sin conflicto, en el que la integración comercial y la cooperación política llevaría a una alineación de valores internacionales. Fue un tiempo de mucha esperanza, creíamos que íbamos a una visión integrada en la que el mundo podría finalmente abordar problemas como la pobreza o la transición energética”, dijo.
Entonces, Rocca se refirió al desafio que plantea China. “Todo esto se va cayendo. Porque el principal actor de este proceso de globalización es China, con increíbles niveles de productividad y tasas de crecimiento y penetración en los sistemas de producción industriales del mundo. Esto tiene un gran impacto en las sociedades occidentales y en las clases medias de todo el mundo”, agregó.
En América Latina, según explicó, esto derivó en procesos de desindustrialización y reprimarización de las economías. “Esta situacion va minando lo construído en los años posteriores al fin de la Guerra Fría. Por supuesto, en aquel entonces hubo conflictos, pero se trató de conflictos que no ponían en cuestionamiento el equilibrio geopolítico mundial”, remarcó.
“También es importante la ambición territorial china, que asocia su crecimiento económico con un crecimiento hegemónico, aumentando las tensiones territoriales con sus vecinos, en el Mar de la China meridional, el cambio del régimen en Hong Kong. Las tensiones crecen y el proceso de alineación de valores que se creía posible en los años 90 no ocurre. China promueve una visión mucho más autoritaria”, señaló.
De acuerdo a Rocca, en este nuevo mundo bipolar, no hay buenos y malos. Pero si diferentes formas de entender la democracia y los derechos individuales. “Los valores son muy importantes. La visión de la tercera vía y el no alineamiento tiene sus límites, porque lo que antes era una competencia hoy es una confrontación entre dos potencias hegemónicas”, indicó.
En otro tramo de la charla, se refirió al conflicto entre Rusia y Ucrania: “es una ruptura de las reglas de juego sin antecedentes en los últimos 30 años. No es un conflicto entre Estados, sino una invasión de un país a otra nación independiente”, definió.
“Sorprende las consecuencias sobre las cadenas de valor. La cadena de valor de la energía se interrumpió totalmente, al igual que la alimentaria”, dijo.
“El fin de este equilibrio geopolítico abre caminos hacia un nuevo orden muy distinto, que debemos enfrentar como empresas. ¿Cuál va a ser la posición de las grandes empresas de la región frente a la confrontación entre Estados Unidos y China? Creo que América Latina tiene que aprovechar las oportunidades para rediseñar y dar solidez a las cadenas de valor”, concluyó.
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