Un equipo del FMI en la Argentina busca cerrar la revisión del tercer trimestre para girarle al país USD 5.900 millones antes de fin de año

Parte del staff del Fondo mantiene reuniones con funcionarios del Ministerio de Economía. El nivel de pagos atrasados y la acumulación de reservas en la última parte del año, las cifras en la mira

El ministro Sergio Massa en su última visita al FMI en septiembre

Un equipo técnico del Fondo Monetario Internacional comenzó una serie de reuniones en las últimas horas con funcionarios argentinos con un doble objetivo: cerrar la revisión de las metas del acuerdo del tercer trimestre y anticipar los primeros números que tendrán como fecha de cierre a fin de año. Hay, en el horizonte, un último desembolso de Navidad de casi USD 5.800 millones.

Con perfil bajo, un grupo de técnicos del staff del FMI arribaron a Buenos Aires la semana pasada para afinar el lápiz y cerrar cuentas que habían quedado pendientes de la última sesión del directorio del organismo, en septiembre, que había aprobado un giro de dólares por los objetivos cumplidos de fines de junio, pero que también había proyectado algunos números preliminares del tercer trimestre.

Se trata de un seguimiento con rezago que hace el equipo del Fondo Monetario sobre las cuentas argentinas sobre tres aspectos centrales (acumulación de reservas como el item más crítico, la reducción de déficit primario y el límite a la emisión monetaria para financiar al Tesoro) y otras metas paralelas pero que también son parte del acuerdo, como la deuda flotante (pagos atrasados), mínimos de recaudación y de gasto social y un tope a la intervención del Banco Central sobre el dólar futuro.

“Vino un grupo de técnicos para seguir los números de la tercera revisión que incluye el cuarto trimestre los números del 30 de septiembre y los de fin de año que van bien. Habrá reuniones de manera virtual y presencial, pero no es una misión”, aseguraron fuentes oficiales. La misión propiamente dicha, con carácter oficial, sería más cerca de diciembre. El FMI no realizó comentarios ante una solicitud de Infobae.

Massa en su última reunión con Gita Gopinath, funcionaria clave del FMI

La tarea de revisión de metas que el directorio realizó a principios de octubre contempló todos los datos que tuvieron como fecha de corte el último día de junio y que el Gobierno cumplió parcialmente, ya que el objetivo de acopio de divisas quedó corto en poco menos de USD 300 millones.

El Poder Ejecutivo no necesitó pedir un waiver sobre esa meta por un detalle operativo: como el directorio sesionó luego del 30 de septiembre -fecha de terminación del tercer trimestre- el número de reservas que fue tomado en consideración fue el de ese momento -no el de fines de junio- y como en esa instancia el Banco Central había sobrecumplido el objetivo por más de USD 1.000 millones por el ingreso de divisas del dólar soja, la última foto de reservas arrojaba un saldo favorable.

Otra meta, de las que son de segundo orden, que la Casa Rosada no pudo cumplir en la segunda revisión de objetivos fue el del piso de recaudación tributaria, aunque por un margen mínimo: fue a fines de junio de $5,169 billones cuando el mínimo previsto en el acuerdo era de $5,179 billones, es decir, por apenas $10.000 millones.

Pero los números que están sobre la mesa en esta ronda nueva de negociaciones son los más recientes. Como el número de reservas ya fue revisado por el directorio, hay una serie de cifras de las cuentas públicas a las que el staff presta especial atención.

Uno será el del camino de reducción del déficit primario. La hoja de ruta acordada con el Fondo Monetario tenía como número máximo de rojo fiscal sin contar intereses de deuda de $1,156 billones. Esta meta habría sido cumplida por el Ministerio de Economía, ya que los números fiscales oficiales de la Secretaría de Hacienda mostraron que a fines de septiembre esa variable fue de $1,096 billones.

El FMI y el Gobierno ya miran los últimos números del año

Según el monitor de metas con el FMI que lleva adelante la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, el dólar soja fue una de las razones que explicaron ese sobrecumplimiento. “El esquema transitorio de dólar soja permitió aumentar exponencialmente la recaudación (con derechos de exportación -retenciones- que crecieron al 222% real anual en septiembre). De todos modos, dicho esquema estuvo vigente transitoriamente sólo por septiembre”, alertaron.

La meta que aparece como más cómoda hasta fin de año para el BCRA es la del límite de asistencia monetaria al Tesoro, que incluso el Ministerio de Economía propuso recortar más de lo previsto, desde 1% del PBI hasta 0,8 por ciento. Si bien el esquema de dólar soja implicó un aumento en la emisión monetaria, al no haber sido pra financiar al Tesoro, el FMI no lo toma en consideración.

“La operación (dólar soja) resultó expansiva en $1,1 billones. Si bien esto no se computa para la medición de la meta de emisión monetaria, puesto que no se destinó a financiar al Tesoro, sí tiene impactos en la cantidad de dinero que circula y, por tanto, en los precios. Es de esta forma que el dinero emitido que no sea demandado por el público se sumará al stock de pasivos remunerados del BCRA (Leliq), por los que hoy se paga una tasa del 107% efectiva anual”, comentó la Facultad de Económicas de la UBA.

Deuda flotante

Con más presión aparece también la meta de deuda flotante. El nivel de pagos atrasados que acumula la administración nacional, de acuerdo a los datos de la Tesorería General, en septiembre la deuda flotante fue de $841.000 millones, contra los $713.000 millones de agosto y $717.000 millones de julio. En el acuerdo el tope establecido para el tercer trimestre es de $654.000 millones.

No es posible, de todas formas, hacer una lectura lineal sobre la distancia entre los $841.000 millones que mostró la Tesorería y los $654.000 millones de techo acordado ya que la primera cifra incluye a toda el sector público nacional, no solo a la administración central, y además tiene en consideración algunos elementos que engrosan ese número.

El último informe del staff del organismo se refirió a lo grave que llegó a ser en determinado momento del año la acumulación de deuda flotante (que el FMI llama “atrasos internos”) y cómo entre julio y agosto el Ministerio de Economía había acelerado la cancelación de esos pasivos. Para el FMI, parte del cumplimiento de la meta fiscal de fines de junio estuvo apoyada en ese incremento de pagos atrasados.

En ese sentido, el FMI calculó que a fines de junio, tal como había anticipado Infobae, la deuda flotante había ascendido hasta unos $800.000 millones y que desde ese momento hasta mediados de septiembre ese número cayó hasta unos $530.000 millones, más en línea con el techo para este ítem previsto en el acuerdo, que a fines de septiembre fue de $612.000 millones.

Mirando hacia la última parte del año, el equipo técnico del Fondo Monetario también pone su mirada sobre las principales variables que influirán en el acuerdo. Sobre la cuestión de las resevas, el ministro Massa aseguró recientemente que el Banco Central terminaría el año con unos USD 6.000 millones de reservas netas acumuladas, en línea con los USD 5.800 millones previstos en el programa.

Si bien el dólar soja implicó un fuerte ingreso de divisas a las arcas internacionales, su efecto se resintió en octubre y lo que va de noviembre. Durante octubre el Banco Central debió vender casi USD 500 millones en el mercado y en las primeras dos semanas de este mes ya aceleró hasta USD 763 millones.

Sobre el gasto público y la meta fiscal, un informe de Analytica estimó que “en octubre, el gasto primario real, sin estacionalidad, fue $25.000 millones (7,8%) inferior a septiembre, y $358.200 millones (20,3%) inferior al de un año atrás. En el acumulado, la variación interanual fue negativa por primera vez, evidenciando una clara dinámica de contracción fiscal. La caída interanual fue generalizada, destacándose el 26,4% en los subsidios económicos por su peso en el gasto total”, consideró esa consultora.

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