Sin la presencia del presidente Alberto Fernández, que canceló su presencia por su gira internacional, la Unión Industrial Argentina terminó este jueves por la tarde su convención anual en la que el tema central fuera del escenario fue la falta de dólares para insumos, pero que tuvo como eje de discusión, más allá de la coyuntura, las oportunidades para el país en el contexto global y que cerró con un llamado general al diálogo entre todos los espacios políticos.
“No hay pensamiento único, hay vocación de convivencia y de un puente para una Argentina desarrollada e inclusiva. Como parte de una dirigencia que quiere ser protagonista de un mejor futuro para todos los argentinos, tenemos que trabajar entre todos. Con metas y objetivos concretos. Con una visión de largo plazo que vaya más allá de los sectores que representamos”, dijo en su último discurso Daniel Funes de Rioja, presidente de la UIA, antes del cierre de la 28° Conferencia Industrial.
En ese último panel participaron también Kelly Olmos, ministra de Trabajo, y el secretario general de la CGT Héctor Daer. La funcionaria aseguró que “la clave es construir un proyecto común de desarrollo en el que cada uno de los sectores tenga capacidad de realización”. Por su parte, Daer mencionó que “necesariamente tenemos que encontrar el mediano y el largo plazo de un país que se desarrolle. Un desarrollo de valor agregado, de ciencia aplicada, tecnología e inclusión social”.
Sobre el final, el presidente del Instituto de Diálogo Interreligioso Guillermo Marcó se preguntó: “¿Por qué no pueden dialogar los políticos? Reciben un sueldo para dialogar. Bendito sea Dios que tenemos democracia. Amemos la Argentina ¿Quién va a salvar la Argentina? Ningún capital de afuera, la van a salvar ustedes, los empresarios, los sindicalistas, los políticos. La salvación no viene de afuera”. La frase de Marcó fue la que cosechó la mayor cantidad de aplausos de la platea fabril a lo largo de la jornada.
“¿Quién va a poner la plata? Los argentinos. Cuando vean que tiene algo que no atente contra el trabajo, el capital, cosas mínimas que podamos acordar, entre todos los partidos”, cerró Marcó.
Por último, para terminar la jornada, Funes de Rioja citó algunas de las frases que el ex presidente español Felipe González dijo ante empresarios esta semana en un encuentro con las principales cámaras. “Somos líderes, cada uno en su espacio. Eso implica una responsabilidad. La Moncloa y los consensos fueron la base del progreso y del desarrollo español. Y nosotros hablamos de todas esas cosas”, dijo el abogado laboralista.
“Eso me anima a decir hay que buscar esos acuerdos, consagrarlos y materializarlos. Argentina tiene que tener resuelto su proyecto compartido, antes de eso tienen que tomar decisiones estratégicas. El que llegue tarde a la estación verá que el autobús se fue”, continuó Funes de Rioja.
“Tenemos oportunidades por delante. ¿Vamos a mirar en común hacia adelante? Los grandes acuerdos nacionales sostenidos en el tiempo generan siempre resultados positivos. Otros países lo han hecho y deberíamos reflejarnos en ellos. No perdieron ni su convicción ni su ímpetu. Esta conferencia tiene por fin pensar la transformación. No es solo de máquinas y procesos productivos sino el espíritu y voluntad que le pongamos. Podemos hacerlo. Esta mesa y este esfuerzo de juntarnos nos empuja para hacerlo”, concluyó.
Más temprano, el ministro de Economía Sergio Massa había dado un discurso en el que ratificó las metas pactadas con el FMI y en el que defendió las medidas para administrar las reservas y autorizar las importaciones.
“El orden fiscal era el camino que teníamos que recorrer. El Gobierno tenía a partir de un DNU un objetivo de la meta de 2,5% y había que reconducir el gasto con lo que eso implica. Vamos a cerrar el año cumpliendo la meta de reservas, del 2,5% del déficit fiscal junto con el fortalecimiento de reservas con instrumentos como organismos multilaterales y el acuerdo con el sector agroexportador”, detalló.
“Sobre el tema de reservas que sobrevuela el salón, vimos que se necesitaba cambiar las SIMIs. Faltaba tener un sistema con trazabilidad. Hoy el sistema está monitoreado por todos los sectores que intervienen y porque cuando mirábamos en términos de demanda hasta fin de año aparecían pedidos por 39 mil millones de dólares. Todos saben que es un número demasiado alto”, mencionó el jefe del Palacio de Hacienda.
Ante la repregunta del moderador del panel Miguel Rodríguez, vicepresidente de la UIA sobre los extensos plazos que el sistema habilita el giro de dólares para la importación, Massa defendió el sistema nuevo de autorización. “Con el SIRA lo que hicimos es separar la paja del trigo y que no paguen justos por pecadores. Tomamos la decisión para las pymes de bajar de 180 a 60 días, cambiar el régimen de anticipo y establecer 50 mil dólares de manera automática, los que trabajan con necesidad de recambio de máquinas tengan la mayor rapidez posible”, dijo.
Además, anticipó que el Gobierno nacional trabaja con el Banco Nación para generar una línea de crédito para financiar importaciones a empresas. “La mayoría de los bancos argentinos en el extranjero son corresponsalías, salvo en Nueva York y Madrid que son bancos. Estamos estudiando un mecanismo de financiamiento para los que no tengan acceso a mercado de financiamiento. Es decir, colateralizar garantías para financiar desde EEUU y España para los que necesitan importar desde esos países con instrumentos que ya tiene el Estado argentino”, completó.
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