La desaceleración del nivel de actividad económica continúa en el cuarto trimestre del año, marca la recaudación de impuestos asociados al mercado interno, un indicador “desestacionalizado” del Ieral de la Fundación Mediterránea, que en octubre cayó 1,9% en términos reales (descontada la inflación) respecto de septiembre.
“Los datos anticipan que la economía está “devolviendo” una fracción significativa de la recuperación experimentada en el primer semestre”, dice un informe del economista Maximiliano Gutiérrez.
Además, si bien en la medición interanual la economía sigue en terreno positivo, la extrapolación al Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE, que elabora el Indec) de la recaudación de estos impuestos muestra una suba de 3,4 % en setiembre y 3,7%, en octubre, 3,3 puntos porcentuales por debajo del promedio enero-agosto.
No se trata solo de observaciones del Ieral, cuyo informe recuerda también que el Índice General de Actividad (IGA) que elabora y publicado la consultora OJF, de Orlando Ferreres, muestra un crecimiento acumulado hasta septiembre del 5,6%, pero el índice desestacionalizado mostró una contracción mensual de 0,4% respecto a agosto. Así, el tercer trimestre habría cerrado con una merma de 0,1% respecto del segundo.
¿Agotado?
Son resultados que tienden a confirmar “el agotamiento del ciclo de recuperación del nivel de actividad del escenario pos-covid”, aunque en un andarivel superior a los registros de 2021, dice el informe.
“Las limitaciones de la economía argentina para lograr un sendero de crecimiento sostenido tienen que ver con un ciclo local cada vez más volátil. Ante la falta de un plan de estabilización, cada intento de expansión fiscal y monetaria contiene las semillas de su propio ajuste, sea por la aceleración inflacionaria que licúa la demanda agregada, sea por la falta de capacidad de financiamiento de las importaciones necesarias para lubricar la oferta de bienes y servicios”, escribió Gutiérrez.
Sin el primer anticipo extra de ganancias por parte de empresas (que alcanzó los $74.159 millones), la recaudación total hubiese caído un 1.8% en términos reales
También Nadin Argañaraz, titular del Instituto Argentina de Análisis Fiscal (Iaraf) señaló que el aumento real interanual de la recaudación tributaria en octubre, de 2,1%, se debió a una “anomalía”.
“Sin el primer anticipo extra de ganancias por parte de empresas (que alcanzó los $74.159 millones), la recaudación total hubiese caído un 1.8% en términos reales”, subrayó. Es cierto que la recaudación del IVA, con un crecimiento real del 11%, reflejó buenos niveles de consumo, pero también que los aportes y contribuciones, entre la suba del empleo registrado y los vaivenes salariales, tuvieron un aumento real casi invisible, del 0.4 por ciento.
La cola del “dólar soja”
Además, hilando aún más fino, Gutiérrez señalo que el crecimiento real del 2,7% de la recaudación en octubre estuvo 4,4 puntos por debajo de la variación del período enero-septiembre. Además, si bien el “dólar soja” permitió un fortísimo aumento de la recaucación por retenciones a la exportación en septiembre, en octubre empezó a mostrar su contracara, con una caída real del 38 por ciento. Otro factor que empujó la recaudación fue que la retención por compras de dólar-ahorro había pasado del 35 al 45% a mediados de julio y deprimió las operaciones en agosto. De hecho, también la recaudación del impuesto PAIS (que se cobra sobras las compras del dólar ahorro) también aumentó en octubre, nada menos que 38,3%, pero también está por debajo de la variación promedio enero-septiembre.
El aparente final de juego de la recuperación de actividad y recaudación se ve más claramente en la recaudación asociada a impuestos internos y a los combustibles, que en términos reales cayeron 6,2% y 38,8% interaual, respectivamente. También el impuesto al cheque retrocedió 0,7%, rompiendo una serie de 4 meses seguidos de ganarle a la inflación.
La recaudación impositiva, subraya el informe del Ieral, anticipa un enfriamiento de la actividad, porque si bien en septiembre la inflación quebró el piso del 7% mensual de los meses previos, fue en parte por la “ayuda” que sitnificó la postergación del aumento de las facturas eléctricas y de gas, debido al inicio de la “segmentación”, que, además, será seguido por un aumento de las tarifas en sí.
Inflación y poder adquisitivo
Por otra parte, el pequeño retroceso de la tasa de inflación en septiembre no da para el festejo; en definitiva la inflación pasó de un promedio de 3,3% en el cuarto trimestre 2021 a 6,8% en el tercer trimestre 2022, lo que no puede sino limar el poder adquisitivo de la demanda. A lo que se suma que el endurecimiento del cepo cambiario e importador afectando el normal flujo de importaciones de insumos y partes y da otro golpe a la producción
Todas esas dinámicas son capturadas, dice Gutiérrez, por el índice desestacionalizado de recaudación de impuestos mercado-internistas del Ieral y su caída del 1,9% en octubre. Ocurre, explica, que la economía está “devolviendo” una fracción significativa de la recuperación del primer semestre.
Los primeros 10 meses del 2022 registran todavía un incremento de la recaudación interna de 2,9% respecto al promedio 2021, pero al extrapolar el comportamiento de la recaudación mercado.internista en función de la trayectoria del EMAE (de lo cual aún no hay datos para septiembre y octubre) se tiene que habría crecido 5,2% en enero-octubre, en buena medida gracias al “arrastre estadístico” que le dejó el 2021 al 2022.
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