El plan “ganar tiempo” de Sergio Massa encontró los obstáculos más grandes para llegar con reservas de libre disponibilidad a marzo.
A pesar de devaluaciones encubiertas, como autorizar a importar a las empresas con dólares propios, la demanda de dólares diaria es más alta a la esperada por la falta de eficacia de la medida que prohíbe reponer los dólares que se utilizan para el comercio exterior.
Por eso cada día se deben cambiar las reglas del juego. La realidad indica que las reservas se evaporan, además de las ventas a importadores, por las deudas a pagar y la inestabilidad del yuan que afecta al 48% de las reservas.
De esta manera, ayer vendió USD 83 millones en la plaza mayorista y las reservas cayeron 96 millones a 38.648 millones por un leve tropiezo del yuan que, al igual que las seis principales monedas del mundo, cedieron ante el súper dólar que salió fortalecido tras la suba de 0,75 puntos de la tasa de interés de los Estados Unidos.
El cuarto aumento consecutivo de las tasas norteamericanas es un movimiento que marca la gravedad del problema inflacionario norteamericano. Desde los ‘80, cuando Paul Volcker presidía la Reserva Federal que elevó las tasas a 18% anual, no se veía algo así.
Lo más inquietante es que Jerome Powell, el titular de la Reserva Federal, dio a entender que seguiría con esta política hasta que se vean los efectos. La tasa ahora está en el rango de 3,75-4% anual y los indicadores marcan una futura recesión porque la economía no dejó de crecer.
La Argentina padecerá este movimiento en el valor futuro de sus bonos, la caída de sus exportaciones y la suba del dólar. Si bien ayer a pesar de la baja de los títulos locales, el riesgo país cedió 14 unidades (-0,5%) a 2.569 puntos básicos, esto se debió a la baja de los precios de los bonos del Tesoro que hicieron subir las tasas a 10 años a 4,05 por ciento. Los bonos norteamericanos a 2 años pagan 4,59 por ciento. Cuando la diferencia de tasas es favorable a los bonos más cortos, los inversores ven riesgos de recesión que se trasladarán al mundo.
Los activos de riesgo serán los más castigados. El derrumbe de las Bolsas neoyorquinas, donde la mayor caída la soportó el Nasdaq de las acciones de tecnología con 2,7%, se trasladó a la plaza local. Los negocios bajaron 20% a $1.754 millones y el S&P Merval, el índice de las acciones líderes, perdió 2,41% en pesos y 2,3% en dólares.
Los tenedores de acciones del Banco Galicia que el día anterior ostentaron la mayor alza, perdieron lo ganado porque el papel bajó 3,46%. Loma Negra cedió 3,45% y Pampa Energía, 3,05%.
Los ADR’s -certificados de tenencias de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- negociaron un volumen más elevado de $5.421 millones, pero las pantallas mostraron a casi todos los papeles en rojo.
Los dólares alternativos, ante la caída de 1,6% de los bonos AL30D y GD30D, que se utilizan para operarlos, tuvieron leves retrocesos. El MEP perdió $1,67 (-0,6%) y cerró a 291,17 pesos. El contado con liquidación bajó 29 centavos (-0,1%) a 303,38 pesos. El libre subió $1 y terminó en 291 pesos.
Este dólar va a ser el que más va a padecer la falta de oferta de los turistas, porque el Gobierno les ofrece liquidar en su país los dólares que consumen con la tarjeta al valor del MEP, que es casi similar, pero les da la seguridad de evitar los riesgos de operar con desconocidos, de trasladarse con fuertes cantidades de efectivo por las ciudades y conseguir mejor precio porque la brecha en el MEP comprador y vendedor es más reducida. Por esta medida, la Argentina puede ahorrar reducir el déficit mensual en alrededor de USD 500 millones mensuales.
En tanto, para los bonos en pesos el gran problema del Gobierno por la deuda del Tesoro, fueron sostenidos por compras del Banco Central. El derrumbe de los títulos, particularmente el de los atados a la inflación (CER), se vio en los Duales que protegen contra devaluación e inflación que, por segunda rueda consecutiva bajaron más de 1%. En los primeros dos días del mes están casi 3% abajo.
El mercado sigue dolarizándose, aunque no se reflejen en las cotizaciones. Los inversores están en modo cautela, como lo está el planeta y los bonos del Tesoro en moneda local no son ese refugio.
Lo que se aguarda es una nueva suba de la tasa de interés porque la inflación de octubre viene elevada y cerca de 7%.
Por eso las consultoras están cambiando las recomendaciones a sus clientes.
“Con un entorno caldeado por la anticipación del escenario electoral, el mercado vuelve a mirar con atención los abultados vencimientos del gobierno ante la cuestionable demanda por bonos con vencimientos posteriores a las elecciones”, señaló Paula Gándara, CIO de Adcap Asset Management.
“Cada licitación parece una prueba de fuego. El mercado se encuentra a la espera del canje que anunció el Gobierno para la semana próxima, y está a la expectativa de que mejore el perfil de vencimientos para los próximos meses”, agregó.
Por eso la recomendación es cubrirse con tasas de interés y un porcentaje reducido con bonos que defienden la inversión de la inflación y la devaluación.
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