La Argentina puede beneficiarse de la transición hacia un mundo bajo en carbono y lograr un crecimiento económico más sólido mediante la transformación de los sectores energéticos y agrícolas, según el Informe sobre Clima y Desarrollo (CCDR, por sus siglas en inglés) que presentó este jueves el Grupo Banco Mundial.
El estudio reveló que la expansión de las inversiones en los sectores de agua, agricultura y energía son una prioridad para reducir la vulnerabilidad del país al cambio climático y potenciar el crecimiento económico. El PBI anual podría aumentar un 2,7 por ciento para 2030 si se realizan inversiones en infraestructura hídrica.
Si Argentina no toma acciones para reducir las emisiones del sector agropecuario, el 4% de sus exportaciones podría verse afectado por las regulaciones climáticas de otros países
El informe también recomendó la implementación de técnicas para reducir la deforestación e impulsar la competitividad agrícola del país. Si Argentina no toma acciones para reducir las emisiones del sector agropecuario, el 4% de sus exportaciones podría verse afectado por las regulaciones climáticas de otros países, lo que perjudicaría principalmente a los productores que no implementan prácticas sostenibles.
“Argentina está comprometida en aumentar sus compromisos climáticos y en liderar la transición hacia una economía baja en carbono. Al hacerlo, puede aumentar significativamente su crecimiento económico y el bienestar de su gente”, afirmó Jordan Schwartz, director del Banco Mundial para Argentina, Paraguay y Uruguay. “El Banco Mundial apoya los esfuerzos de Argentina por profundizar su conocimiento del impacto del riesgo climático, mejorar la resiliencia de los más vulnerables e identificar oportunidades para la descarbonización”.
El informe analiza los impactos que la Argentina ya está sufriendo por el cambio climático, principalmente las pérdidas provocadas por sequías e inundaciones. Para 2050 se podría perder hasta un 4% del PBI debido a sequías. Además, las inundaciones provocan pérdidas anuales de hasta USD 1.400 millones en activos y de unos USD 4.000 millones en pérdidas de bienestar.
“Incorporar la visión climática en el diseño de políticas de desarrollo es urgente para poder minimizar el impacto, reducir pérdidas y estar preparado para un futuro carbono-neutral”, estimó Julie Rozenberg, economista senior y co-autora del informe.
El PBI anual podría aumentar un 2,7% para 2030 si se realizan inversiones en infraestructura hídrica para evitar escenarios de escasez de agua y dificultades en el acceso
Por otra parte, el PBI anual podría aumentar un 2,7% para 2030 si se realizan inversiones en infraestructura hídrica para evitar escenarios de escasez de agua y dificultades en el acceso.
En línea con el compromiso de alcanzar un desarrollo neutral en carbono en el 2050, desde 2010 la Argentina logró comenzar a reducir sus emisiones, principalmente a través de una baja en la deforestación. El informe presenta una posible hoja de ruta en la que el país podría disminuir un 16% las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) al 2030 y un 64% al 2050, tomando como línea de base el año 2018.
La búsqueda de la descarbonización en la agricultura, la ganadería y el cambio en el uso del suelo es clave, ya que representaron el 39% de las emisiones de GEI en 2018. Según el informe, las prácticas agrícolas climáticamente inteligentes para los suelos, la ganadería y las cadenas de valor son opciones para reducir las emisiones y aumentar la captura de carbono en el sector agroalimentario de Argentina.
El sector energético, liderado por combustibles fósiles, contribuye con el 37% de las emisiones de GEI, por lo que será importante continuar desarrollando el gran potencial para las energías renovables e invertir en eficiencia energética. Por otro lado, el litio argentino podría cubrir casi el 20% de la demanda global en 2030 y convertir al país en un actor relevante en la transición energética. Esto significaría también importantes beneficios económicos, sobre todo para las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca, en el norte de Argentina.
Incluir al transporte en la estrategia de descarbonización es otra área clave de acción propuesta. Reformas en la eficiencia de las actividades logísticas junto a la adopción de tecnologías con bajas emisiones en carbono (como los biocombustibles, el hidrógeno verde y la electromovilidad) podrían ayudar en este sentido. Adicionalmente, la electromovilidad podría crear 21.000 nuevos empleos en los sectores de baterías y vehículos.
“El sector privado argentino está llamado a jugar un papel decisivo en la transición hacia una economía baja en carbono y resiliente al cambio climático a través de inversiones que permitan innovar en agricultura climáticamente inteligente, las energías renovables y el hidrógeno verde, el desarrollo de la cadena de valor del litio y el desarrollo de mecanismos de financiación verdes, como los bonos y los préstamos vinculados a la sostenibilidad”, dijo David Tinel, gerente regional para el Cono Sur de la Corporación Financiera Internacional (IFC).
Los informes sobre el clima y el desarrollo de los países del Grupo Banco Mundial son estudios de diagnóstico básicos creados recientemente en los que se integran las consideraciones referidas al cambio climático y al desarrollo. el objetivo es ayudar a los países a priorizar las medidas que tengan mayor impacto en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y en la adaptación, al tiempo que cumplen con los objetivos de desarrollo más amplios.
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