El Gobierno pondrá en marcha esta semana un mecanismo para acelerar la formalización de los gastos de turismo de visitantes del extranjero en el país y por el cual buscará sumar USD 1.100 millones a las reservas del Banco Central y, si eso sucediera, achicar la brecha cambiaria como consecuencia.
Se trata del nuevo dólar turista para extranjeros, que funcionará para cualquier gasto que un visitante no residente realice con una tarjeta de débito y crédito emitidos por una entidad financiera del exterior. A grandes rasgos, le reconocerá al turista el doble de pesos que en la actualidad.
Es decir, mientras con la regulación actual cuando un turista pasa su tarjeta, por ejemplo, para pagar la cuenta de un restaurante, sus dólares valen unos $155 por unidad (según el Banco Nación hoy), a partir del viernes, cuando entre en vigencia la nueva medida, necesitará menos divisas para pagar esa cuenta ya que ese dólar tendrá un valor equivalente al MEP, que este miércoles cotizaba 291 pesos.
Ese tipo de cambio diferencial surgirá por una ventana que habilitará el Banco Central a las empresas procesadoras de pagos con tarjeta para que la obligación de liquidar las divisas que les ingresen a los 5 días de recibidos, por ejemplo, por esa operación de ese turista extranjero mencionada antes, podrán hacerlo a un precio de dólar Bolsa en lugar del tipo de cambio oficial.
De esta forma, el Gobierno trató de evitar algunas de las razones por las cuales dos iniciativas similares que ya había intentado el Poder Ejecutivo para acelerar esa formalización de los pagos de turistas extranjeros habían fracasado. Con este nuevo esquema, así, ni el visitante ni el comercio ni los operadores turísticos locales deberán hacer trámites o ir a una caja de un banco a cambiar sus divisas por pesos.
Según la lectura más macroeconómica que hicieron este miércoles desde el equipo económico, la cuestión del ingreso de divisas de turistas extranjeros al mercado formal de cambios representó un problema real para la escasez de divisas que experimenta el Banco Central. De acuerdo a estimaciones oficiales, solo el 15% de los gastos de turistas con tarjeta fueron formales, mientras el resto se realizó en efectivo y pasó por fuera de los canales del sistema financiero.
No se trata de montos menores. De acuerdo a cálculos de funcionarios del equipo económico, en el último año se estima que hubo unos USD 2.500 millones de gasto de turismo receptivo, pero que solo USD 375 millones terminaron por alimentar las reservas de la autoridad monetaria.
El esquema funcionará para cualquier gasto que un visitante no residente realice con una tarjeta de débito y crédito emitidos por una entidad financiera del exterior
Por eso mismo, desde el Gobierno estiman cuántos serían los dólares “potenciales” que podrían ingresar al Banco Central. En la autoridad central creen el turismo receptivo podría, si esta medida funcionara como estiman, representar un ingreso de entre USD 200 y USD 250 millones mensuales, mientras en la actualidad ese promedio es de USD 30 millones.
En el equipo económico, de todas formas, son optimistas para lo que resta del año y arriesgan que podrían entrar unos USD 1.100 millones, una cifra considerable para la frágil situación de reservas. De todas formas, se trataría de un refuerzo en las reservas brutas. Eso se explica en que la forma en que sumará divisas el Banco Central es de manera indirecta por la vía de la contabilización de depósitos en moneda extranjera.
Si bien los turistas y los comercios no tendrán que realizar ninguna operación especial en el marco de este dólar nuevo para el turismo receptivo, el Gobierno ya le avisó a las empresas del sector que para el caso de las operadoras turísticas, tendrán que cumplir el acuerdo de precios que el Ministerio de Turismo alcanzó con cámaras sectoriales a fines de agosto, cuando se anunció el nuevo Previaje 3. “Si detectamos un CUIT que viola este acuerdo de precios, pierde el beneficio”, advirtieron desde el Ministerio de Economía.
Otras consecuencias laterales a esta medida, en caso de ser exitosa, que esperan en el Palacio de Hacienda tienen que ver con una mayor recaudación de impuestos por una formalización mayor de la actividad y, una que consideran central, una presión a la baja de la brecha cambiaria, por haber una oferta mayor en el mercado de dólar Bolsa que descomprima la demanda.
“Para lo que representa el turismo receptivo en la Argentina, puede ser un salto importante (con la medida). No tanto para los casos de turistas de países limítrofes sino de otros países, porque el tipo de cambio en sí y tener que andar con billetes les genera un desincentivo para venir al país”, consideró una fuente oficial.
Un detalle que en el equipo económico descartan: que el Fondo Monetario Internacional pueda elevar una queja por tratarse de un tipo de cambio diferencial, algo que según su estatuto el organismo no permite como herramienta en el marco de acuerdos financieros, un reclamo que apareció en la última revisión por el mecanismo de dólar soja, que reconoció un valor distinto para un sector particular.
Eso, aseguran, tiene que ver con que no se trata de un esquema diferencial, sino de una habilitación para liquidar en el mercado MEP en lugar de hacerlo en en oficial. “Forma parte del terreno de las sutilezas”, concedió un funcionario consultado al respecto.
En una reunión esta tarde en el Ministerio de Economía se terminaron de ajustar los últimos detalles del esquema que comenzará el viernes. De ese encuentro participaron Andrés Deya (Faevyt), Roberto Amengual (AHT), Daniel Prieto (Ahrcc), Gustavo Hani (CAT), Horacio Repucci (CAT), Geraldine Oniszczuk, de la Unidad Gabinete de Asesores, el presidente del Banco Central Miguel Pesce, el ministro de Turismo y Deportes Matías Lammens, el vicepresidente del Banco Central Lisandro Cleri y Sergio Massa.
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