Desde Madrid - Frente al duro escenario económico global generado tras la invasión rusa a Ucrania, la inflación es el principal adversario a vencer y las herramientas para ello son la prudencia fiscal y monetaria, según explicó Ana Botín, presidenta de Banco Santander, en un encuentro con periodistas de América Latina del que participó Infobae. Sobre la Argentina, dijo tener gran confianza en su pontencial pese a la elevada inflación y señaló que hace falta “desregular la economía en general” para facilitar la llegada de inversiones y el crecimiento.
“Nuestro enemigo numero 1, número 2 y número 3 es la inflación. Es difícil y tiene consecuencias, no es gratis. Pero el precio a pagar es mucho peor si no paramos la inflación a tiempo. Los más vulnerables y las empresas más débiles son las que más lo sufren”, afirmó Botín.
La banquera dijo tener ”una visión positiva” sobre la Argentina: “Es un país con enorme potencial económico y recursos humanos de gran calidad, una posición de activos externos al día de hoy superavitaria y un acuerdo con el FMI”.
“La economía argentina presenta desafíos, eso es claro, y la elevada inflación es uno de ellos. Lo que importa es el gran potencial económico”, agregó.
“Sin crecimiento no hay inclusión ni políticas sociales. Ese crecimiento depende de que los gobiernos tengan políticas fiscales y presupuestos lo más ortodoxos y coherentes posibles” (Ana Botín)
Asimismo, señaló que en el país “hay que desregular la economía en general, hay que permitir que haya inversiones para poder crecer después. No es solo bajar la inflación. En la Argentina hay una gran oportunidad y los bancos están preparados para eso”.
También señaló que existe una oportunidad en el acuerdo Unión Europea - Mercosur: “Sé bien que es un tema sensible para ambas partes pero sería muy positivo. Entre todos deberíamos intentar generar oportunidades en la oferta. Ojala se reactive.”
La presidenta a nivel global de Banco Santander se refirió a la situación argentina en un encuentro con periodistas de América Latina realizado en la “Ciudad Financiera” de la empresa, un enorme predio de 200 hectáreas ubicado en Boadilla del Monte, a 20 kilómetros del centro de Madrid. Allí funciona la conducción central de la entidad española.
La Argentina y el FMI
Consultada acerca de la relevancia del cumplimiento del acuerdo de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional para la promoción de inversiones, Botín señaló que, “siempre es bueno que los acuerdos se cumplan, como principio básico”. Puntualizó que el acuerdo “es muy importante para generar confianza”.
“Sin crecimiento no hay inclusión ni políticas sociales. Ese crecimiento depende de que los gobiernos tengan políticas fiscales y presupuestos lo más ortodoxos y coherentes posibles. Hay que trabajar en esa dirección. En la Argentina y en todos los países hemos colaborado con los gobiernos para apoyar esos acuerdos”, agregó Botín.
Al respecto, el CEO de Santander Argentina, Alejandro Butti, añadió que “el acuerdo con el FMI no incluye pautas muy duras pero si nos marca un sendero en temas de inflación, reservas y crecimiento. Vemos que el gobierno está comprometido en ese sentido.”
Botín añadió que la economía argentina es “eminentemente transaccional” dado su bajo nivel de crédito versus PBI, inferior al 10 por ciento: “Si mejoran las cosas, ahí hay un potencial muy grande de desarrollo para el país”.
En ese plano de la actividad, recordó que la entidad en la Argentina avanzó con el negocio de la adquirencia, a través de GetNet, acaba de lanzar Openbank, su banco digital que ya tiene medio millón de clientes.
La lección aprendida
A la hora de analizar las diferencias entre el impacto de la actual crisis económica sobre la región y el de otras anteriores, Botín puso el acento en que la región estuvo mejor preparada que en ocasiones anteriores y que muchos países latinoamericanos -entre los que no citó a la Argentina- ya “habían hecho los deberes” con políticas monetarias y fiscales prudentes.
El gran mensaje de la crisis actual “es que en las últimas dos décadas la gestión de la macroeconomía ha mejorado y los tipos de cambio fijo se abandonaron”. También citó “la independencia de los bancos centrales, la inversión extranjera y las reservas” como indicadores de esa mejora en América Latina.
Señaló que la región está en “una posición relativa muchísimo mejor” que la de otras crisis. Lo ejemplificó con su expectativa de que para 2023 “Brasil y México crezcan más que Estados Unidos con una inflación menor o igual que la de Alemania”.
Botín se detuvo en el caso de Brasil, cuya política monetaria “ha estado 8 o 10 meses por delante de la de Estados Unidos o incluso Europa”. Mencionó a Roberto Campos Neto, el titular del Banco Central de ese país y ex directivo de Santander, quien subió las tasas del 4% a casi el 14%. Como resultado de eso, consideró, “Brasil es el único país grande del mundo que tuvo 3 meses consecutivos de baja de la inflación y algo aún más importante: el real es de las pocas monedas que se apreció frente al dólar un 5% este año”.
“Lo que está consiguiendo la mayoría de los países en América Latina es que con políticas monetarias y fiscales prudentes se consigue no importar más inflación. Eso es la base para crecer de manera sostenible”, agregó.
“Los tiempos de volatilidad para nosotros son normales, estamos acostumbrados a ellos. Y eso es algo que nos distingue de los competidores, esa resiliencia que tiene Latinoamérica como región y nosotros como banco”, agregó Botín.
También pronosticó que la economía mundial sufrirá una baja en el nivel de actividad que no se vio en décadas. Y señaló que antes de la pandemia en el mundo predominaron las políticas monetarias demasiado laxas, “algo que tampoco era sostenible”. Anticipó que “el ajuste va a ser difícil” y que la suba de tasas que “deberán liderar los gobiernos” en algunos casos será una “normalización”, ya que las tasas negativas que hubo durante varios años en Europa no podían seguir.
El foco puesto por Botín en América Latina se explica en la relevancia de la región para el banco español. Un 40% de los negocios de Santander provienen de América Latina; de esa porción, la Argentina aporta solo un 2%. La actividad de Santander discriminada por países pone a Brasil al tope del ranking, seguido por Inglaterra y Estados Unidos. El mercado español recién se ubica en el cuarto lugar, seguido de México, otro latinoamericano.
“Vemos el vaso medio lleno. América Latina saldrá más fortalecida de esta crisis”, concluyó Botín.
En la región, Santander tiene 90 millones de clientes sobre un total de 159 a nivel global. El proceso de expansión en América Latina a través de la inversión en bancos locales iniciado a mediados de los años ‘90 le permitió desarrollarse en la Argentina, Brasil, Colombia, México y Perú, al tiempo que dio un nuevo impulso a negocios ya existentes en Chile, Puerto Rico y Uruguay
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