En dólares, pesos o cripto: crean una app para los que tienen que cobrar trabajos desde el exterior

Dos argentinos lanzaron una plataforma de pagos focalizada en los trabajadores de la economía del conocimiento que necesitan cobrar honorarios desde el exterior

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La cuenta de Ping no
La cuenta de Ping no tiene costos de apertura o mantenimiento pero cada conversión a criptomonedas tiene una comisión que oscila en el 0,5% Foto: EFE

Las dificultades para cobrar honorarios e incluso salarios mensuales para aquellos que realizan trabajos remotos para otros países están presentes en muchos lugares y en la Argentina se acrecientan por el entramado de controles cambiarios. Quien recibe una transferencia a una cuenta en dólares desde el exterior está obligado a pasarla a pesos según el tipo de cambio oficial. Por ello, muchos desarrolladores, diseñadores y otros profesionales free-lance se ven obligados a dejar su dinero en el exterior o hacer malabares entre distintas plataformas para poder gastarlo en la Argentina.

Dos emprendedores argentinos basados en Miami, Mary Saracco y Pablo Orlando, crearon una app a la que definen como “el banco global de los trabajadores de la economía del conocimiento”. La plataforma se llama Ping, funciona desde hace tres meses en México, Brasil, Chile y Colombia, y ya puede usarse en la Argentina, donde el principal objetivo de quienes prestan servicios al exterior es obtener un tipo de cambio conveniente mediante un cobro en una única operación.

¿Cómo funciona? Hace falta descargar la app de Bing en la que se abre una cuenta en dólares radicada en el exterior para recibir el cobro en esa moneda. En la plataforma, esos dólares pueden ser transformados en criptomonedas y luego convertidos a pesos para ser transferidos a una cuenta en pesos de un banco argentino, a un tipo de cambio similar al del “contado con liqui”, cercano a los 300 pesos y bien lejos de los $161 del dólar oficial. También pueden girarse los fondos como criptomonedas a cualquier plataforma que las acepte.

Sus creadores definen la plataforma como “el banco global de los trabajadores de la economía del conocimiento”

La cuenta no tiene costos de apertura o mantenimiento pero cada conversión a criptomonedas tiene una comisión que oscila en el 0,5%. También dispone de una tarjeta de débito internacional Visa con la que se puede gastar directamente en dólares. Por tratarse de una tarjeta radicada en el exterior, gastar en la Argentina con ella no sería conveniente ya que también se aplicaría un tipo de cambio desfavorable, tal como le sucede a los turistas extranjeros que visitan el país.

“No estamos ante una plataforma de pagos sino ante un servicio realmente integral que permite ahorrar tiempo, reducir costos y obtener una eficiencia superior. Ping ofrece una plataforma que recibe y procesa depósitos en dólares, transferencias internacionales, monedas locales y criptomonedas/monedas estables para manejar pagos transfronterizos globales de manera inmediata, eficiente, con tarifas bajas y con una experiencia positiva para los trabajadores globales”, explicaron los fundadores, ambos economistas.

Mary Saracco, fundadora de Ping
Mary Saracco, fundadora de Ping junto a Pablo Orlando

Saracco y Orlando dan un dato insólito pero que grafica lo que puede ser el movimiento de dinero para quienes cobran trabajos de países lejanos: en 2022, todavía lleva más tiempo hacer una transferencia Swift desde la Argentina hacia Japón que volar en persona a Tokio para entregar el efectivo.

Explicaron que los trabajadores remotos usan “una combinación complicada de soluciones para acceder a sus salarios que generalmente involucra de dos a tres plataformas, como intercambios de criptomonedas, aplicaciones de pago (como Payoneer o Paypal) y cuentas bancarias. “Todas esas opciones son costosas, lentas y no están diseñadas específicamente para recibir fondos que luego deben convertirse a monedas locales”, señalaron.

Lanzada al mercado este mismo año, Ping recibió una fuerte inyección de capital de 15 millones de dólares de importantes fondos de inversión de Sillicon Valley. Contó con el respaldo de Y Combinator, la aceleradora de empresas tecnológicas más prestigiosa del mundo, desde la que han surgido algunos unicornios como Airbnb, Dropbox, Rappi y Twitch.

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