El Gobierno continuará en los próximos días embarcado en una discusión que ya asomó en los principales despachos del Poder Ejecutivo y que alcanzó a las figuras políticas más importantes del Frente de Todos pero que aún no tiene definición: qué formato y qué alcance tendrán las próximas medidas salariales que tomará la Casa Rosada para evitar que en los últimos meses del año se acentúe la pérdida de poder de compra de los ingresos.
Las alarmas se encendieron tras el dato de variación de salarios que informó este lunes el Indec: los ingresos perdieron contra el ritmo inflacionario en agosto y en el último año ya acumulan 4 puntos porcentuales por debajo de la suba de precios, con un segmento particular del mercado laboral principalmente afectado: los trabajadores no registrados.
La idea de materializar una medida que tenga alcance profundo en el variopinto paisaje de empleados asalariados y personas sin ingresos forma parte de las deliberaciones del oficialismo desde hace meses. Un primer paso en ese sentido fue la puesta en marcha del bono de 45 mil pesos para cerca de un millón de personas que no tienen ningún tipo de asistencia del Estado, a cobrar en noviembre y diciembre. Será financiado con parte de lo recaudado por las retenciones que pagó la liquidación récord de soja durante la vigencia del dólar diferencial.
Si bien se especulaba con una reunión próxima entre Massa y Olmos, fuentes de ambas carteras descartaron un encuentro inminente
Pero a la hora de analizar una medida de ingresos para los trabajadores del sector privado son varias las aristas que miran en el equipo económico pero también en las terminales políticas principales de la coalición oficialista. Este lunes el ministro de Economía Sergio Massa reconoció que el tema fue hablado con el presidente Alberto Fernández, con la vicepresidenta Cristina Kirchner y, últimamente, con la ministra de Trabajo Kelly Olmos. Si bien se especulaba con una reunión próxima entre los dos ministros, fuentes de ambas carteras descartaron un encuentro inminente para tomar una determinación final.
Según analizan cerca de Massa, las paritarias puede actuar como mecanismo de protección de ese sector del mercado laboral, pero apuntan a otro segmento como los estatales que no dependen de la administración nacional. “Sí a algún municipio le subo los sueldos, le arruino las cuentas. También hay municipios que tienen varios miles de millones en plazo fijo y que le pagan muy mal a sus empleados”, aseguró.
Las dos opciones que aparecieron sobre la mesa -una suma fija por única vez o un bono que luego quede incorporado al salario como anticipo de negociaciones paritarias futuras- siguen en la consideración del equipo económico. Massa prometió una decisión inminente, mientras algunos datos sobre la evolución del poder de compra urgen al Gobierno a actuar con rapidez.
El ministro de Economía se mantiene en contacto con gremios, que favorecen la dinámica de que las negociaciones paritarias establezcan la referencia de incremento de precios y desestiman la suma fija como método para recuperar el salario ya que, aseguran, tiene un impacto menor en el nivel de salarios. Los empresarios, por su parte, aseguran que las pequeñas y medianas empresas tendrían problemas para afrontar un gasto salarial extra antes de fin de año.
Un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), mencionó con los datos del Indec que “en agosto los salarios del sector privado registrado subieron 8,1% y superaron a la inflación (7,0 por ciento). Lo contrario sucedió con los salarios del sector público (4,2%) y con los salarios privados no registrados (5,4%)”, explicó.
“En términos interanuales, la inflación fue del 78,5 por ciento. Si se considera la variación interanual real de los salarios, se aprecia caída del sector público (-1,2%), caída del sector privado registrado (-1,1%) y caída del sector privado no registrado (-8,5%)”, midió Iaraf.
En una mirada más amplia, ese centro de estudios consideró que “la elevada inflación de los últimos 56 meses (año 2018 hasta ahora) ha generado una gran pérdida real de los ingresos de los trabajadores argentinos: los trabajadores privados formales perdieron el equivalente a 7,5 sueldos, los públicos a 9,4 sueldos y los informales a 12,2 sueldos (un año de ingresos)”, estimaron.
“Esto significa que si bien los trabajadores privados formales cobraron 56 sueldos, respecto a 2017 fue equivalente a cobrar 48 sueldos. En el caso de los públicos fue como cobrar 47 sueldos mensuales de 2017. Y, por último, en el caso de los trabajadores informales, fue equivalente a 44 sueldos de 2017″, calculó Iaraf.
Massa admitió este lunes que desde 2017 los salarios perdieron 23 puntos de poder de compra, y que de ese total 19 corresponden a los años de mandato de Mauricio Macri y otros 4 al impacto económico que tuvo la pandemia en los ingresos. Revertir ese proceso de caída, reconoció el jefe del Palacio de Hacienda, era el punto central del “contrato electoral” del Frente de Todos en 2019.
Por su parte, la consultora LCG aseguró que por tercer mes consecutivo los trabajadores experimentaron una pérdida en su poder adquisitivo. “El nivel general de salarios presentó a agosto una caída real del 3,6% contra diciembre de 2021. La misma se explica por pérdida del poder adquisitivo en todos los sectores, liderada principalmente por una caída 11,3% real en el sector privado no registrado, seguida por el descenso del 3,4% real que tuvo el sector público. Los trabajadores registrados del sector privado tuvieron una pérdida de poder adquisitivo de ‘tan solo’ un 1% real”, midió LCG.
“La caída del poder adquisitivo en el nivel general de salarios continúa profundizándose mes a mes, acumulando en julio un recorte del 24,4% respecto a noviembre 2017, último techo. No sorpresivamente los más afectados fueron los trabajadores informales con una caída acumulada del 39%, 18,2 puntos porcentuales por encima de la observada por los trabajadores registrados (20,7%)”, continuó la consultora.
Por último, proyectó que “con un piso de inflación proyectada del 100% anual a diciembre, es difícil plantear un escenario donde los salarios ganen la carrera contra los precios (hasta el momento, la mayor parte de las paritarias fijó un aumento promedio del 75% anual). En este sentido, esperamos que en el promedio anual los salarios del sector formal caigan en torno al 1,5% real, consistente con un mayor deterioro hacia fin de año, orbitando valores del -9% real medido entre diciembre y diciembre”.
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