Aunque como todo nuevo sistema atraviesa aún un período de adaptación y conocimiento por parte de las empresas, el nuevo sistema de control de importaciones implementado por el Gobierno ya recibió apoyos del sector empresario.
El llamado Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), empezó a regir el 17 de octubre en reemplazo de las anteriormente conocidas SIMIs (por Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones) y si bien dejó de implicar el giro automático una vez aprobado el procedimiento, tiene sus ventajas.
El SIRA no sólo tiene como objetivo obtener de manera anticipada la información necesaria para generar previsibilidad y trazabilidad en las operaciones, sino que identifica, de forma previa, aquellas operaciones que no guardan relación con la capacidad económica y financiera del importado
“La diferencia entre la SIMI y la SIRA es que la SIMI era el giro automático. Ahora con SIRA, el giro va a estar sujeto a evaluación, primero; lo que se trata es de tener una mejor visibilidad de las divisas”, dijo Romina Parquet, CEO y fundador de CIMC Delfin Group.
El SIRA no sólo tiene como objetivo obtener de manera anticipada la información necesaria para generar previsibilidad y trazabilidad en las operaciones, sino que identifica, de forma previa, aquellas operaciones que no guardan relación con la capacidad económica y financiera del importador. Para muchos CEOs y representantes de empresas multinacionales esto representa una mejora respecto del sistema anterior, porque facilita el intercambio de información y monitoreo entre los diversos organismos externos que intervienen en las importaciones.
Correcto
“Es correcto porque, lamentablemente, hubo un abuso de muchos importadores e incluso de empresas de logística y transporte internacional, sobre el mal uso de los giros al exterior”, dijo Parquet.
El nuevo sistema, además del análisis de la Capacidad Económica y Financiera del Importador, incluye un “Perfil de Riesgo Aduanero y Fiscal”, en función de los antecedentes del importador en materia de sobrefacturación de importaciones, uso abusivo de cautelares o presentación de falsas Declaraciones Juradas, y acorta a 60 días el plazo máximo de espera para la acreditación de dólares para el pago de importaciones en el caso de Pymes y Entidades Civiles, aunque mantiene el plazo máximo de 180 días de acreditación de divisas para el resto de los operadores y operaciones.
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Bajo el nuevo sistema el trámite se inicia con la presentación de una declaración jurada ante la AFIP que -dependiendo de la posición arancelaria del producto a importar- exige una LA (Licencia automática) o LNA (Licencia No automática). El trámite se realiza a través del Kit MALVINA del organismo recaudador. A diferencia del anterior, el nuevo sistema incluye cuenta única, fecha de giro del dinero y control y monitoreo del saldo en tiempo real, todas prestaciones que no tenía el sistema anterior.
Cómo empezó
Solo en el primer día del nuevo sistema se iniciaron 4.900 trámites de importación por un monto estimado en USD 580 millones y se informó que 1.986 compañías realizaron al menos una solicitud.
Algunos expedientes del viejo sistema SIMI estaban ya aprobados y “convivirán” temporalmente con el Sistema Importador de la República Argentina (SIRA). Con el esquema renovado que elaboraron AFIP, Aduana, el Banco Central y la Secretaría de Comercio, el Gobierno dará mayor certidumbre al importador a cambio de un control más cercano sobre los trámites y los criterios de habilitación de divisas.
“Me parece perfecto porque, multinacionales como nosotros, que hacemos todo bien, después nos vemos perjudicados por estas cuestiones, en ese sentido se están haciendo las cosas bien”, concluyó Parquet.
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