El próximo 8 de noviembre California, el Estado más grande de los EEUU, elegirá su próximo gobernador. Y es altamente probable que reelija al actual, el demócrata Gavin Newsom, que en las encuestas lleva cómoda ventaja sobre su principal contendiente, el republicano Brian Dahle.
Es una elección estadual, pero si se la juzgara por el tamaño del PBI, es tan o más importante que la elección del presidente de Alemania, la economía más grande de la Unión Europea, a la que se apresta a sobrepasar.
Un artículo de Matthew Winkler, editor emérito de Bloomberg, destacó las causas del inminente sorpasso, término que los italianos usaron cuando en la década del ochenta Italia superó, por algunos años, el PBI del Reino Unido.
Winkler contrasta la realidad actual con una tapa de la revista Time de 1994, sobre las calamidades que afectaban al Estado y forzaban a los californianos a revisar sus sueños, a la vista de un declinante destino.
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Pero “el sueño californiano está vivo”, dijo Newsom, el gobernador número 40 en la historia del Estado. Su economía ya escolta, o lo hará pronto, a las de EEUU, China y Japón, y ha probado una gran resiliencia tanto durante la pandemia como ahora, durante el aumento de la inflación.
Menos habitantes, más PBI
En los últimos años, la economía californiana, con sus 40 millones de habitantes, superó el tamaño de las de Brasil (215 millones), Francia (65 millones), Gran Bretaña (67 milones) y la India (más de 1.400 millones). Aunque los datos oficiales sobre su economía no se publicarán hasta 2023, las estimaciones –dice Winkler- sugieren que ya habría alcanzado a la alemana, al punto que una de ellas precisa que ya la sobrepasa por USD 72.000 millones. Aunque se descuenten los poco más de 4 billones (millones de millones) de dólares del PBI de California EEUU (cuyo PBI no-californiano se reduce entonces a poco más de 21 billones) sigue aventajando al PBI chino, de aproximadamete 18 billones.
Por cierto, la fortaleza del dólar y la debilidad del euro influyen en la nueva realidad. Pero la fortaleza de California es también evidente en otros datos, como el hecho de que cuenta en su territorio con 379 empresas cuya capitalización de mercado supera los USD 1.000 millones, más del doble de las 155 que superan esa marca en Alemania.
En los últimos 3 años los ingresos y las valuaciones de las empresas californianas aumentaron 147% y 117% respectivamente, contra 41 y 34% de sus pares alemanas, según datos de Blooomberg. Además, los pronósticos económicos señalan que la economía alemana se contraería en 2023.
Sin gas y con viento en contra
Alemania, al igual que muchos otros países de la Unión Europea, sufre una intensa presión económica derivada del recorte de la provisión de gas de Rusia y el fuerte encarecimiento del precio de la energía, que amenaza con sacar de la cancha a buena parte de la industria continental.
Una brutal manifestación de ese fenómeno fue el anuncio, el miércoles pasado de BASF, uno de los gigantes de la industria química alemana y europea, de que reducirá de modo permanente sus operaciones en Europa a causa de la triple carga que suponen el lento crecimiento, el aumento del precio de la energía y las regulaciones de la UE.
“Estas difíciles condiciones marco en Europa ponen en peligro la competitividad internacional de los productores europeos y nos obligan a adaptar nuestras estructuras de costes lo antes posible y también de forma permanente”, explicó el director general de la empresa, Martin Brudermüller.
En los primeros nueve meses de 2022 el costo del gas natural en los centros europeos de BASF aumentaron en casi USD 2.200 millones, forzándola a una fuerte reducción de costos, al tiempo que avanza en la construcción de un complejo químico de más de USD 10.000 millones en Zhanjiang, al sur de China, que funcionará totalmente con energía renovable. Una apuesta a los mercados asiáticos para reducir la dependencia de Europa que, a su vez, aumentaría la dependencia alemana de China como socio comercial.
Renovación con renovables
Pero California no solo crece más que Alemania y Europa, sino también más que el resto de EEUU y el resto del mundo, en buena medida gracias a la vitalidad de la industria de las energías renovables. Winkler cita al respecto que la capitalización de este sector de la economía californiana aumentó un abrumador 731% en los últimos 3 años, Entre ellas se destacan Enphase Energy, una compañía de energía solar y de soluciones de almacenamiento energético cuyo valor de mercado aumentó 916% durante ese período, contra el 410% en que lo hizo la de PNE AG, similar compañía alemana, pero de energía eólica.
California es también muy fuerte en las industrias de hardware, medios y software, cuyas ventas crecieron 63, 95 y 115% respectivamente en los últimos 3 años, empujando las valuaciones sectoriales entre 54 y 184%, según el caso.
El “estado dorado” es sede de colosos como Alphabet (la matriz de Google), Apple y Visa, que en los últimos años aumentaron 10% su dotación de personal, mientras que en Alemania, que cuenta con grandes empresas como SAP, Deutsche Telekom y Siemens, el empleo se contrajo 2 por ciento. California alberga también la sede central de Twitter, la empresa recientemente adquirida por Elon Musk, la persona más rica del mundo, en San Francisco.
San Francisco es un caso particular, una ciudad en ocasiones señalada como caso extremo de disfuncionalidad y declinación, pero que explica 78% de la capitalización de todas las compañías californianas que cotizan en Bolsa, contra el 70% que explicaba hace 5 años.
Winkler cita a London Breed, la primera alcalde negra en la historia de San Francisco, elegida en 2018, quien dijo que el secreto de porque la gente quiere vivir y hacer negocios en California es porque allí hay “talento”. Mucha de la gente que hace años se había ido, dijo Breed, está volviendo porque no quiso quedarse en lugares donde no hay comunidad y cultura. “y eso es lo que San Francisco pone sobre la mesa”.
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