El Banco Central terminó su intervención del día en el mercado de cambios con un saldo a favor marginal de solo un millón de dólares, en una plaza con un monto operado en el segmento de contado (spot) de 206,9 millones de dólares.
El lunes, las compras de reservas de la entidad habían alcanzado los USD 3 millones, mientras que el balance de la semana anterior habías sido por un total de USD 4 millones, magros montos en un contexto de plena vigencia del nuevo Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), que sustituye al Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI), para un seguimiento más estricto de la demanda de divisas por parte de empresas.
El BCRA contabiliza en octubre un saldo neto vendedor en la plaza mayorista de USD 288 millones, después de haber tenido compras netas por USD 4.966 millones en septiembre por las liquidaciones de “dólar soja” con un tipo de cambio diferenciado de 200 pesos.
Asimismo, la entidad monetaria afronta un 2022 con compras netas por USD 4.729 millones, un monto que representa el 71,2% del saldo neto a favor en el mismo lapso del año pasado, de unos USD 6.642 millones al 25 de octubre de 2021.
En tanto, las reservas internacionales brutas del BCRA disminuyeron USD 66 millones el lunes y finalizaron en 39.664 millones de dólares.
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Los expertos de Consultatio Plus apuntaron que “desde una perspectiva de corto plazo, la acumulación de reservas que permitió la implementación del dólar soja alejó la posibilidad de una devaluación brusca. Con mayores reservas netas y un esquema de control de importaciones más estricto implementado a través del SIRA, el Gobierno ganó muchos grados de libertad en el control de la situación cambiaria. Así, tanto por razones electorales como estructurales, la posibilidad de un salto cambiario en los próximos meses es muy baja hoy”.
Según informó el Gobierno hace una semana, a través del nuevo esquema dispuesto por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) en conjunto con la Secretaría de Comercio, “se buscará dar un mayor ordenamiento y trazabilidad completa a las operaciones y evitar casos de sobrefacturación, uso abusivo de cautelares y otros mecanismos irregulares”.
A la hora de la declaración, la AFIP analizará la situación del sujeto -incluyendo si cuenta con incumplimientos o irregularidades formales- y su perfil de riesgo, contemplando, entre otros elementos, si el importador realizó operaciones de sobrefacturación, subfacturación o “prácticas abusivas” con la interposición de cautelares. Del mismo modo, se analizará su capacidad económica financiera.
“Las menores importaciones afectarán directamente en el nivel de actividad. La balanza de pagos sigue reflejando la necesidad de una devaluación que genere competitividad en términos reales”, señaló Lucas Yatche, Head of Strategy and Investments de Liebre Capital, con “perspectivas de que el Gobierno mantenga la estrategia de evitar una devaluación”.
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