El lanzamiento del plan Ahora 30 para la compra de televisores, celulares, acondicionadores de aire, heladeras y lavarropas puede ser una buena oportunidad para muchos consumidores de conseguir financiamiento barato a la hora de renovar electrodomésticos. Pero a la vez los obliga a poner el ojo en un dato: cuál es el límite de compra que ofrece su tarjeta de crédito.
Si bien las tasas del plan están reguladas por el Gobierno, cada banco puede fijar el límite que sus clientes tiene para comprar con su tarjeta de crédito según su decisión comercial. De esa forma, pone mayores o menores límites de compra y de financiación en base a los ingresos de su cliente, su nivel de endeudamiento e, incluso, su historial de consumos con la tarjeta.
Muchos bancos no han ampliado los límites para comprar con tarjeta al mismo ritmo en que se ha incrementado la inflación. Por eso, quien tiene hoy el mismo límite para comprar con la tarjeta que hace un año tuvo, en términos reales, una reducción de ese monto del 80 por ciento
¿Qué debe saber el consumidor? Lo primero es tener en claro cuál es el límite de su tarjeta para compras (en un pago) y para financiación (en cuotas). En este último caso, el límite estará reducido por todas aquellas compras en cuotas pendientes de cancelación. El monto debe aparecer informado con claridad en el resumen de la tarjeta y se puede pedir su ampliación al banco a través de cualquier canal de atención. El banco puede modificarlo o no según su decisión.
¿Cuál es el margen de crédito disponible que hay que tener en la tarjeta para comprar con Ahora 30? Hace falta tener la totalidad del precio financiado del producto o, en términos más sencillos, el valor de la cuota multiplicado por 30. Siguiendo un ejemplo publicado hoy en la web de Fravega: un smart TV de 55″ Admiral tiene un precio de lista de $99.999 y con el plan del Gobierno se puede pagar en 30 cuotas fijas de $6.661,62 cada una. El precio final es de $199.848,60. El comprador deberá tener ese monto disponible en el cupo de su tarjeta para poder comprar con Ahora 30. Y a medida que pague las cuotas, ese crédito “ocupado” por la compra del televisor se irá reduciendo mes a mes y volverá a estar disponible.
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Un problema de fondo es que muchos bancos no han ampliado los límites para comprar con tarjeta al mismo ritmo en que se ha incrementado la inflación. Por eso, quien tiene hoy el mismo límite para comprar con la tarjeta que hace un año tuvo, en términos reales, una reducción de ese monto del 80 por ciento.
Los planes “Ahora” son la principal causa de esa actitud de los bancos de “congelar” el límite para las tarjetas ya que sencillamente no son un buen negocio. Esta nueva etapa de Ahora 30 tiene una tasa nominal anual (TNA) del 48%, que se transforma en una tasa efectiva (TEA) cercana al 67%, lo que para el banco implica tener que prestar a una tasa mucho menor que la de los plazos fijos (75% y 107%). No obstante, cabe recordar que para saber cuánto le va a costar financiar su compra, lo que el consumidor debe mirar es el Costo Financiero Total (CFT), que incluye otros rubros y, en el ejemplo citado, puede acercarse al 90%.
“No podemos financiar a una tasa menor que la que tiene el costo del dinero. Por eso hay muchos bancos que en lugar de negarse a adherir a los planes ‘Ahora’, prefieren no subirle los límites al cliente. De esa manera, reducen la pérdida”, se sinceró el ejecutivo de un banco de primera línea. No obstante, advirtió que los bancos suben los límites en el caso de los clientes de buen poder adquisitivo, que tienen cuenta-sueldo con montos importantes. Solo en ese caso, prefieren financiar sin ganar dinero a cambio de fidelizar a un cliente que es rentable por otras vías.
Atado a este punto, hay otro aspecto del esquema de tasas de interés que el consumidor no puede soslayar. Si bien siempre las tasas para refinanciar los pagos con tarjeta de crédito han sido elevadas, las sucesivas alzas del costo del dinero que el Banco Central dispuso en los últimos meses las han dejado en un nivel “estratosférico”, según explicó el economista Santiago Manoukian, de Ecolatina.
“Lo que se recomienda es no hacer el ‘pago mínimo’. Patear el pago hacia adelante a la hora del vencimiento de la tarjeta puede ser atractivo, pero las tasas que se cobran son muy altas. El efecto bola de nieve que puede generar eso es muy riesgoso”, señaló el economista a Radio Urbana.
“Para aquel que quiera renovar la heladera de su casa, el plan Ahora 30 es una buena oportunidad porque la tasa que va a pagar es menor que la inflación que se espera para los próximos 12 meses. Financieramente es conveniente, lo que no quita que hay que analizar la estructura de gastos de cada persona, sobre todo en el caso de que ya haya otros pagos en cuotas sin saldar”, agregó.
El plan Ahora 30, además, obliga al comprador a “contemplar un gasto durante 30 meses, algo a que los argentinos no estamos acostumbrados, ya que todo el financiamiento suele ser a plazos más cortos”.
Según el Indice Prisma, que releva el movimiento de los medio de pago en la Argentina, en el segundo trimestre el 50% de las compras hechas con planes Ahora no superó los 6 meses de plazo, lo que revela el sesgo de no meterse en cuotas durante mucho tiempo.
Por último, otro dato clave para el consumidor es tratar de advertir si el precio al contado del producto a comprar está acorde al mercado o si fue aumentado en forma reciente antes de ser incluido en Ahora 30. La estrategia es clásica de todos los planes de consumo subsidiado o de precios controlados. Aún cumpliendo con el plan de financiamiento establecido por el Gobierno, el precio del electrodoméstico pudo ser aumentado antes de llegar a la vidriera o al carrito de compras de la web, lo que por supuesto lo hace menos conveniente.
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