Era de esperarse que el volumen de exportaciones se contrajera en este mes de octubre, pasado el récord de liquidaciones por el “dólar soja” y en una etapa del año que se caracteriza por un menor ingreso de divisas por los canales comerciales. Por ese motivo, el Gobierno dispuso a partir del lunes pasado la puesta en vigencia del nuevo Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), que sustituyó al Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI).
A través del nuevo esquema dispuesto por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) en conjunto con la Secretaría de Comercio, se buscará dar un mayor ordenamiento y trazabilidad completa a las operaciones y evitar casos de sobrefacturación, uso abusivo de cautelares y otros mecanismos irregulares que, en los hechos también implica ajustar aún más la disponiblidad de divisas para importaciones.
Como resultado, se observó a un Banco Central que consiguió comprar divisas en el mercado de cambios en forma discreta, aunque luego de efectuar ventas por USD 45 millones el viernes, terminó con un saldo neto a favor de solo 4 millones de dólares. La entidad contabiliza en octubre un saldo neto vendedor de USD 292 millones en el extremo opuesto de las compras netas por USD 4.966 de septiembre por las liquidaciones de “dólar soja”.
“Hay que seguir de cerca la dinámica de compras del Banco Central y si comienza a perder reservas. Es importante entender el shock que la sequía que va a generar, sobre todo para lo que es la cosecha de trigo. Las ventas del Banco Central después del dólar soja fueron de 50 a 60 millones de dólares. Eso manifiesta que sigue habiendo un riesgo de atraso del tipo de cambio real y brecha cambiaria probablemente con la instauración de este nuevo sistema de control de importaciones”, evaluó Federico Furiase, director de Anker Latinoamérica.
“En un escenario donde no se apuesta como escenario base un salto discreto del tipo de cambio oficial y donde se apuesta a una desaceleración gradual de la inflación desde el 7,5% hacia la zona de 5% o 6% mensual, obviamente sigue estando el riesgo de que en este puente hacia la cosecha del 2023 en marzo y abril tengamos algún evento cambiario”, dijo Furiase.
El dólar mayorista terminó el viernes a $153,79, con una ganancia semanal de 2,15 pesos (+1,4%) debajo de los $2,44 de aumento registrado en la semana anterior. La brecha cambiaria con el dólar libre, que avanzó un peso, a $291 para la venta, quedó en el 89,2 por ciento.
Pasada la tensión de la semana pasada, con la irrupción del dólar “turismo” o “Qatar” que se sostuvo como el más caro de todos (a $320,60 en promedio), las cotizaciones bursátiles recortaron posiciones y restaron unos ocho pesos desde el viernes 13, con un “contado con liquidación” a $304,45 y un dólar MEP a 292,36 pesos.
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Los analistas de Consultatio Plus afirmaron que “la preocupación por un eventual salto cambiario pasó a un segundo lugar a partir del éxito que cosechó el dólar soja y la implementación del sistema SIRA de control de importaciones. Con ese elemento más controlado, la preocupación se centra hoy en la dinámica de la deuda en pesos, donde esta semana empezaron a verse más claramente signos de fatiga”.
“La narrativa de mercado es relativamente complaciente en este punto: anticipa que la situación podría volver a tensarse en el verano, momento en el cual los vencimientos aumentan sensiblemente y que la experiencia de la intervención del BCRA en junio debería servir como referencia para evitar una disrupción tan aguda como que se registró en dicho mes”, agregaron desde Consultatio Plus.
Los indicadores de Wall Street tuvieron una semana de franca recuperación, con un alza de 5% para el tecnológico Nasdaq, y de más de 3% en el Dow Jones de Industriales. Esa tendencia benefició a los activos argentinos con un mejor entorno, menos propenso a la aversión al riesgo.
El S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires avanzó 1,2% en pesos, que se amplió a 4% en dólares por el descenso del dólar “contado con liquidación” implícito en los precios de los ADR en Wall Street.
El mejor desempeño también se dio en los bonos soberanos. Los Globales ganaron también un 2,7% en promedio en Wall Street, después de haber sondeado un piso de precios el martes, con un riesgo país que recortó más de 150 puntos básicos, a 2.682 unidades, para quedar debajo de los 2.700 puntos por primera vez desde el 28 de septiembre pasado.
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“Dado que el precio de los bonos está casi en mínimos y que el contado con liquidación luce relativamente barato en relación con la cantidad de pesos de la economía –siguiendo el M3 privado–, vemos con buenos ojos incluir una pequeña porción de Globales para el excedente de pesos de largo plazo. Incluso ante un escenario muy negativo, al menos el bono soberano en dólares con legislación extranjera permite mantener un ‘claim’ en un juzgado en el exterior, lo cual es una cualidad que el resto de los instrumentos en pesos soberanos no posee”, afirmaron los analistas de Portfolio Personal Inversiones.
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