El Ministerio de Economía prolongará algunos días más de lo previsto las negociaciones con el Club de París, que aseguran que están avanzadas, y el ministro Sergio Massa finalmente podría viajar a la capital francesa para dar las puntadas finales de un acuerdo de reestructuración con ese consorcio de países acreedores durante noviembre.
El jefe del Palacio de Hacienda había asegurado tras la reunión en Washington la semana pasada con el titular de ese organismo acreedor Emmanuel Moulin -también secretario del Tesoro francés- que la posibilidad de un consenso técnico para modificar las condiciones de pago de la deuda pendiente con el Club de París estaba cerca de ser alcanzado.
Incluso se arriesgó una fecha preliminar para que Massa viajara a París para rubricar ese acuerdo, entre el 27 y 28 de octubre. De todas formas, las negociaciones técnicas continuarán en los próximos días y cerca del ministro de Economía aseguraron a Infobae que el viaje será pospuesto por lo menos a la primera semana de noviembre.
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Massa busca cerrar la negociación y reestructurar la deuda con el Club de París como tercer paso en el proceso de rediscusión de los pasivos en moneda extranjera que realizó el Gobierno de Alberto Fernández entre los bonistas privados en primera instancia y luego el Fondo Monetario Internacional.
Más de la mitad de la deuda argentina al Club de París está concentrada en dos países: Alemania (37%) y Japón (22%). Más atrás le siguen Holanda (casi 8%), España (6,68%), Italia (6,29%) y Estados Unidos (6,28 por ciento).
Se trata de un saldo pendiente de renegociación por unos USD 2.000 millones que el Estado argentino acumuló en los últimos años y que no fue pagado bajo el acuerdo que había firmado el entonces ministro Axel Kicillof en 2014. El gobierno de Alberto Fernández interrumpió los pagos a ese consorcio de naciones acreedoras y llamó a una reestructuración.
En 2014 el Gobierno de Cristina Kirchner firmó un acuerdo firmado que implicó la devolución de USD 9.690 millones en un plazo de cinco años, hasta mayo de 2019. De total, cerca de USD 5.000 millones fue el capital adeudado mientras que el resto (unos USD 4.700 millones) estuvo integrado por intereses de esos pasivos y por punitorios acumulados a lo largo de los años.
La letra chica firmada con el Club de París preveía, de todas formas, una ventana de dos años más para cancelar esos saldos pendientes de pago, aunque con un costo adicional considerable. El interés a la que se actualizó ese monto pasó a ser del 9% anual, el doble de la tasa que tenía hasta 2019.
Actualmente, el Club de París está integrado por Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Irlanda, Israel, Italia, Japón, Corea del Sur, Holanda, Noruega, Rusia, España, Suecia, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos, que representan aproximadamente un 60% del PBI mundial.
Antes de renunciar al Palacio de Hacienda, Martín Guzmán aseguraba haber avanzado en un entendimiento técnico con ese organismo con sede en la capital francesa para conseguir nuevos plazos y una nueva tasa de interés más baja que el 9% anual que sigue vigente. Massa también aseguró que buscaría un pacto para repagar esos USD 2.000 millones pero que esperaría un apoyo del Fondo Monetario para avanzar.
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Hubo varias referencias en este sentido en el último informe de staff que publicó el organismo luego de la discusión en el directorio de la revisión de metas de junio y de septiembre. “Se necesitan esfuerzos continuos de buena fe, de todas las partes, para asegurar una reestructuración exitosa de la deuda del Club de París. Garantizar que los socios internacionales cumplan con los compromisos de financiación también es fundamental para respaldar los objetivos clave del programa”, mencionó la directora gerente Kristalina Georgieva.
En un escrito adjunto de Sergio Chodos dentro del staff report conocido el viernes, el funcionario aseguró: “Nuestras autoridades han retomado las negociaciones con el Club de París y nuestro objetivo es llegar a un acuerdo en los próximos meses, con base en un cronograma de pago que sea consistente con nuestra capacidad de pago y sostenibilidad de la deuda”.
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