Sin lugar a dudas uno de los momentos más terroríficos de viajar en avión es cuando se atraviesa una zona de turbulencias, en esos momentos parece que el avión no está bajo el control de los pilotos, sino que son las ráfagas de viento las que decidirán el destino de la aeronave.
Esta sensación deben haber vivido los pasajeros del vuelo AR 1133 de Aerolíneas Argentinas, cuando sufrieron “severas turbulencias” ingresando al continente americano por las costas de Brasil, con destino final en el aeropuerto de Ezeiza.
En dicho vuelo, 12 personas resultaron heridas debido a las turbulencias y, sin bien ninguna de las lesiones fue de gravedad, tres de los heridos debieron ser trasladados al hospital: una mujer con un traumatismo de pierna sin fractura, un hombre con una herida cortante en la cabeza y una tercera persona de la cual no se conocieron detalles.
En este marco, es normal plantearse la pregunta sobre la peligrosidad de las turbulencias y sí son realmente un riesgo para la integridad de la aeronave y de los pasajeros.
Según un ex piloto de Aerolíneas Argentinas consultado por este medio, “ningún comandante teme a las turbulencias ya que por sí solas no pueden dañar al avión, mucho menos derribarlo”.
El ex comandante explicó que el único peligro es que los pasajeros o los tripulantes sufran daños debido a los violentos movimientos de la aeronave, tal como sucedió en el vuelo 1133 de Aerolíneas Argentinas. “Quienes más riesgo corren son las azafatas y sobrecargos, ya que hay veces que no pueden sentarse y asegurarse a tiempo, pero los pasajeros, siempre y cuando lleven sus cinturones de seguridad, no corren grandes riesgos”, explicó.
Este punto es importante ya que podría explicar porqué hubo 3 heridos que debieron trasladarse a centros de salud en el vuelo de la compañía aérea de bandera; en un comunicado de la empresa, sostuvieron que “se encontraban encendidos los carteles indicadores de cinturón de seguridad y se había realizado el anuncio correspondiente. Los pasajeros que resultaron más comprometidos y que son los que debieron ser trasladados, no tenían puesto el cinturón de seguridad al momento de la turbulencia”.
Por otra parte y tal como explicó el ex piloto, dijeron que la aeronave, un Airbus A330, no sufrió “ningún daño significativo a su estructura”, pese a haberse tratado de una “turbulencia severa”, la más grave en la escala de esta clase de fenómenos, por encima de las “leves” y “moderadas”.
“Ningún comandante teme a las turbulencias ya que por sí solas no pueden dañar al avión, mucho menos derribarlo”
De todas formas no se discute lo desagradable que puede ser sufrir una turbulencia severa en pleno vuelo, sin dudas es un momento que nadie quiere vivir y que, de hacerlo, puede producir el más profundo terror, pero según los expertos de la industria, siempre y cuando se lleve el cinturón de seguridad propiamente abrochado, sobre todo si los carteles luminosos así lo indican, no habría nada que temer, más allá de un posible golpe o lastimadura leve.
¿Qué son las turbulencias?
La palabra turbulencia deriva del latín turbulentĭa y hace referencia a la condición de aquello que es tubrulento (desordenado o agitado). Un avión, puede decirse que, sufre una turbulencia cuando se mueve de forma violenta debido a las modificaciones de velocidad y dirección de las corrientes de aire. Cuando las partículas de aire se desordenan aparecen perturbaciones, normalmente, en forma de molinos.
Las turbulencias son producidas por diferentes situaciones meteorológicas. La causa más común son las formaciones de nubes (en términos más exactos: las nubes de desarrollo vertical), las tormentas y las corrientes de aire en cadenas montañosas o en zonas de corrientes de chorro (jet stream). La cizalladura es otro de los fenómenos meteorológicos que pueden afectar al vuelo y se trata de una variación bastante brusca de la intensidad y dirección del viento.
Otro tipo sacudón que se puede experimentar durante el vuelo son las turbulencias generadas directamente por el propio avión. Ocurren cuando grandes masas de aire chocan contra los extremos de las alas del avión. En todos los casos, los pilotos realizan ensayos y simulaciones para controlar cualquier situación que se presente.
Tipos de turbulencias
Existen tres tipos de turbulencias que son claramente identificables:
Turbulencia leve: Es un pequeño movimiento del avión casi impredecible que nos permitiría incluso estar de pie en el avión sin movernos.
Turbulencia moderada: Es un movimiento predecible y no nos permitiría estar de pie en el avión, podríamos sufrir una caída.
Turbulencia severa: Es la más grave de las tres, y el avión se movería de tal manera que sentiríamos la sensación de estar pegados al sillón, o de que ‘volaríamos’ hacia arriba despegándonos del asiento.
Consejos para afrontar las turbulencias
Estos consejos están especialmente dirigidos a aquellas personas que sufren de miedo a volar, más allá de lo que puedan indicar los expertos o que se les de la certeza de que una turbulencia no puede afectar a la seguridad del avión, las dudas que genera viajar en un tubo de metal a miles de metros de altura a veces no se puede racionalizar.
Por ello, aquí una serie de consejos para que quienes sufran de este miedo puedan minimizar la ansiedad y viajar con la menor cantidad de alteraciones posibles.
1. Elegir el asiento
No se trtata de un consejo de seguridad, pero sí de comodidad. Las butacas ubicadas en el centro del fuselaje y sobre las alas son donde menos se sienten las turbulencias, en cambio, las ubicaciones cercanas a la cola de la aeronave es donde más se notan. Por ello, el consejo para quienes sufran de miedo a volar es que, si tienen la posibilidad, elijan dichos asientos para viajar más tranquilos. De todas formas, si se entra en zona de “turbulencias severas”, no hay lugar del avión que asegure no sentir los violentos movimientos. Y, por otra parte, si se está ubicado en las zonas donde los movimientos de la aeronave son más perceptibles no se está corriendo un riesgo mayor.
2. Utilizar el cinturón de seguridad
Esto es básico, hay que usar el cinturón de seguridad del avión siempre que el cartel luminoso lo indique. Y también siempre que sea posible usarlo, es decir todo el tiempo en que se permanece sentado. Según una estimación que compartió Computerhoy, en los Estados Unidos cerca de 60 personas por año sufren lesiones a causa de las turbulencias, mientras que el 66% de los lesionados son sobrecargos y azafatas, el resto se trata de pasajeros que no llevaban sus cinturones de seguridad.
3. Hidratarse, respirar y distraerse
Estos son tres factores clave, la hidratación siempre es aconsejable cuando se emprende un vuelo ya que el aire presurizado de las aeronaves reseca el cuerpo más rápido que en condiciones “normales”; respirar calmadamente es clave para bajar las pulsaciones del cuerpo y la mente; y por último se aconseja distraerse, ya sea con un libro, una película, música u otra cosa, para que la cabeza esté entretenida en vez de imaginando escenarios terroríficos.
Seguir leyendo: