El índice de inflación de septiembre fue un poco más bajo de lo que esperaban en algunos despachos oficiales, lo que tendrá dos efectos simultáneos, entre el Banco Central y el Ministerio de Economía: por un lado, pondrá un freno en el camino de suba de tasas que encaró en los últimos meses por la aceleración de precios y, por otro, volverá a ofrecer a los inversores títulos públicos atados a la inflación.
El diagnóstico que hacen miembros de la autoridad monetaria es que el último reajuste que hicieron de las tasas de referencia de la economía ya quedó en línea con las expectativas de inflación del mercado, que se ven reflejados por ejemplo en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM). En su última entrega los participantes de esa encuesta estimaron más de 100% de aumento de precios para fin de año.
El Gobierno pondrá un freno en el camino de suba de tasas y volverá a ofrecer a los inversores títulos públicos atados a la inflación
La tasa de política monetaria quedó tras el último movimiento decidido por el directorio en 75% nominal anual, lo que representa en definitiva una tasa efectiva superior al 100 por ciento. Por esa razón, consideraron desde la entidad, este jueves no habrá en consideración una nueva suba de tasas y pondrán así un freno a la serie de aumentos en el interés de los pesos que venía enlazando el BCRA. “El IPC resultó más bajo de lo esperado, por lo que no hay necesidad de un reajuste”, mencionó un miembro del directorio ante la consulta de Infobae. Otros colegas coincidieron con esa apreciación.
La cuestión de las tasas de interés cobró especial relevancia en los últimos meses no solo por la aceleración de precios sino también porque el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional está construido bajo el supuesto de que habrá tasas reales positivas a lo largo del programa para desalentar la dolarización, aumentar la demanda de pesos e incrementar reservas.
Desde que Massa llegó al Ministerio de Economía la tasa de política monetaria del Banco Central avanzó 23 puntos porcentuales, desde 52% nominal anual hasta el 75% actual. El gran salto tuvo lugar en los primeros días de agosto, cuando pasó desde 60% hasta 69,5% ante los datos de inflación que se avizoraban.
“Se necesita una aplicación más consistente y resuelta del marco mejorado de política monetaria y cambiaria para generar tasas de interés reales positivas y sostenidas, respaldar una moderación gradual de la inflación, aumentar la demanda de activos en pesos y reducir la dependencia del financiamiento del Banco Central”, consideró el equipo técnico del Fondo en su último informe.
La tasa de política monetaria quedó tras el último movimiento decidido por el directorio en 75% nominal anual, lo que representa en definitiva una tasa efectiva superior al 100 por ciento
“Las tasas de interés reales positivas y sostenidas no solo alentarán la demanda de activos en pesos, sino que también permitirán que el crawling peg (tasa de depreciación del peso) se mueva en línea con la inflación o por encima de ella, mejorando así la competitividad externa y apoyando la acumulación de reservas”, apuntó el staff.
El Ministerio de Economía, por su parte, también dio su visión en ese intercambio entre el equipo técnico del organismo y el Gobierno nacional, sobre el camino de tasas de interés que buscará desandar. “Estamos listos para adaptar la política en función de la evolución de la inflación subyacente, las medidas prospectivas de inflación y la dinámica de las reservas internacionales, asegurando que las tasas reales de política se mantengan firmemente en territorio positivo, para protegerse contra nuevos choques inflacionarios y mantener bajo control el déficit cuasi fiscal”, afirmaron.
“La entrega de tasas de política reales positivas y la continuación del precio de los valores del Tesoro en línea con estas tasas de política también ayudarán a reforzar la demanda de depósitos en pesos y las tenencias de títulos públicos y privados nacionales”, continuó el equipo económico.
Finanzas vuelve a buscar pesos al mercado
Otra pata del capítulo de las tasas de interés está marcado por el programa de financiamiento que lleva adelante la Secretaría de Finanzas ante el mercado local. Este miércoles volverá a realizar una licitación de deuda en pesos con distintos instrumentos para captar pesos de los inversores y financiar el déficit.
Como objetivo inicial, el Ministerio de Economía deberá cubrir unos $130.000 millones de vencimientos de un bono atado a la inflación que vencerá este viernes. Hacia fin de mes deberá afrontar una suma similar de una letra a descuento. El bajo nivel de obligaciones financieras se explica por el canje realizado por Finanzas en agosto.
El Gobierno volverá a ofrecer al mercado bonos atados a la inflación en la próxima licitación de deuda, que tendrá lugar este miércoles y en la que Finanzas buscará cubrir $130.000 millones
Es una operación, además, que podría repetir para los vencimientos de noviembre y diciembre. Como comparación, si no hiciera una conversión de activos de esa naturaleza, en noviembre debería cubrir Finanzas obligaciones de pago por más de $800.000 millones.
Según anticipó la secretaría que encabeza Eduardo Setti, en la licitación que tendrá lugar este miércoles habrá algunas variantes para elegir por parte de los inversores. Los Fondos Comunes de Inversión (FCI) tendrán a disposición una Leliq con vencimiento corto, al 9 de noviembre próximo. Mientras que bancos y fondos de inversión que participan del programa de Creadores de Mercado podrán escoger entre una letra del Tesoro que vence a fines de febrero y un bono indexado (CER) con finalización el 19 de mayo del año que viene.
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