El Ministerio de Economía continuó en las primeras dos semanas de octubre el camino de ajuste en el gasto público que le permite ganar margen para viabilizar el pago del bono extraordinario entre noviembre y diciembre y, al mismo tiempo, no alejarse en la última parte del año de la meta de reducción del déficit primario que acordó con el Fondo Monetario Internacional.
Un informe de la consultora Analytica midió, con datos oficiales, cuál es el ritmo de gasto de la primera mitad del mes, con información más anticipada que el informe de las cuentas públicas que elabora la Secretaría de Hacienda, que esta semana dará a conocer los números de septiembre.
En ese estudio, Analytica estimó que “en la segunda semana de octubre, el gasto primario real cayó 19,5% respecto de igual semana de septiembre, y 24,3% de un año atrás”.
“Todas las partidas muestran el ajuste respecto a igual período de octubre de 2021. Sin embargo, se destacó el aumento en el gasto de obra pública de 24,1% respecto a un mes atrás, principalmente debido a las transferencias realizadas a IEASA para las obras en energía”, calculó la consultora.
Según sus números, dentro de ese 24,3% general de recorte real del gasto en lo que va de octubre algunos rubros se destacan especialmente. Entre ellos están los subsidios económicos, que retrocedieron a ritmo de 58,6%, Asignaciones Familiares y la AUH con 55,3%, Bienes y servicios (-43,4%) y Transferencias a provincias (-23,4 por ciento).
El Ministerio de Economía que encabeza Sergio Massa comenzó desde agosto una etapa de corrección fiscal sobre lo que, consideraban, era una fuerte expansión de las erogaciones que había propiciado el ex ministro Martín Guzmán durante el primer semestre del año, antes de su salida del Palacio de Hacienda. Fue, además, una tendencia que el Fondo Monetario alertó en uno de sus informes técnicos de seguimiento del acuerdo.
El organismo, en ese sentido, alentó una reducción en términos reales del gasto para que el Gobierno allane el terreno al cumplimiento de la meta de déficit primario, equivalente al 2,5% del Producto Bruto Interno. Massa se comprometió ante los funcionarios del Fondo a cumplir ese objetivo sin desviarse, y para eso echó mano a algunas medidas, como la puesta en marcha de la segmentación de tarifas con tope de consumo, el adelanto de Ganancias, el tope de fondeo presupuestario a todas las áreas del Estado y el congelamiento de ingresos de nuevos empleados al sector público.
Analytica estimó que “en la segunda semana de octubre, el gasto primario real cayó 19,5% respecto de igual semana de septiembre, y 24,3% de un año atrás”
“Estimamos al comienzo de la gestión de Massa cuando anunció esas medidas que representaban el 40% del recorte necesario para alcanzar la meta con el FMI. Hoy está a mitad de camino, queda un 50% por cumplir con un mes muy complejo como diciembre en que tradicionalmente las cuentas se desordenan por el pago de aguinaldos y cierre de presupuestos y eso complica la posibilidad de recortar”, dijo a Infobae Ricardo Delgado, director de Analytica.
“Todavía hay espacio para que lo logre, pero los efectos iniciales en un contexto de incendio financiero, ahora los recortes a provincias a obra pública, si continúan, se van a hacer más difíciles en términos políticos. Y el bono va a ser fondeado por el aumento en la recaudación de retenciones del dólar soja”, aseguró.
En ese sentido, si bien se trató de una medida que apuntó principalmente a alimentar las escasas reservas, también tuvo un correlato fiscal fue el dólar soja. Además del refuerzo de divisas para las arcas del Banco Central, la liquidación récord de esa oleaginosa generó una recaudación adicional de derechos de exportación, que el Poder Ejecutivo se comprometió a utilizar para el financiamiento de las medidas sociales de emergencia y a un programa para pequeños productores.
De acuerdo a estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario tras la finalización del dólar soja a fines de septiembre, por la vía de las retenciones el fisco percibió en septiembre unos $443.000 millones, de los cuales $123.000 millones corresponden al diferencial de tipo de cambio que el Gobierno habilitó para los productores sojeros. Hay una medida que el equipo económico, adrede de esa cuestión, todavía no tomó.
“Hoy está a mitad de camino, queda un 50% del ajuste por cumplir con un mes muy complejo como diciembre en que tradicionalmente las cuentas se desordenan por el pago de aguinaldos y cierre de presupuestos y eso complica la posibilidad de recortar” (Delgado)
Según reconocieron ante Infobae fuentes del Palacio de Hacienda, aún no quedó reglamentado cuánto del total recaudado por retenciones adicionales por el dólar soja será destinado al bono extraordinario que se pagaría entre noviembre y diciembre y cuánto para los pequeños productores, una atribución que quedó a discreción del Ministerio de Economía en el decreto que estableció la vigencia del dólar soja.
Otro frente fiscal que debe atender el Gobierno hasta fin de año será el de la deuda flotante, un tema que cobró especial relevancia en los últimos meses porque el Fondo Monetario Internacional comenzó a llamar la atención sobre esta cuestión: la magnitud de los pagos atrasados del Estado nacional forma parte del conjunto de metas cuantificables con el FMI, aunque con un nivel de relevancia menor en comparación con déficit primario, reservas o emisión monetaria.
El último informe del staff del organismo se refirió a lo grave que llegó a ser en determinado momento del año la acumulación de deuda flotante (que el FMI llama “atrasos internos”) y cómo en los últimos dos meses el Ministerio de Economía comenzó a acelerar la cancelación de esos pasivos. Para el FMI, parte del cumplimiento de la meta fiscal de fines de junio estuvo apoyada en ese incremento de pagos atrasados.
“El cumplimiento de las metas fiscales tuvo lugar en un contexto de aumento de los atrasos internos (especialmente en el sector energético) en las últimas semanas de junio. Los esfuerzos recientes para endurecer los controles presupuestarios y reducir los atrasos en los gastos están teniendo un efecto con los niveles de atrasos disminuyeron hasta mediados de septiembre, lo que apunta hacia el cumplimiento de la meta de déficit de caja fiscal primario para fines de septiembre y el techo de atrasos internos”, consideró el staff del Fondo.
En ese sentido, el FMI calculó que a fines de junio, tal como había anticipado Infobae, la deuda flotante había ascendido hasta unos $800.000 millones y que desde ese momento hasta mediados de septiembre ese número cayó hasta unos $530.000 millones, más en línea con el techo para este ítem previsto en el acuerdo, que a fines de septiembre fue de $612.000 millones.
Algunas consultoras estiman que, a pesar de las medidas fiscales, el Gobierno no terminará el año con un resultado de déficit primario en línea con la meta con el FMI sino que se excederá. Así lo estimó Equilibra, que cree que con un rojo primario equivalente al 1,2% del PBI en el último trimestre, el camino fiscal terminaría a fin de año con un 2,8% del PBI de rojo primario, unos 0,3 puntos por encima de lo pactado con el Fondo.
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