En medio de la escalada inflacionaria que azota a la Argentina, reapareció el ex ministro de Economía de los gobiernos de Carlos Menem y Fernando De la Rúa, Domingo Cavallo. El mentor de la ley de convertibilidad propuso aplicar políticas económicas similares a las establecidas en la década del ‘90 y habló sobre que sucedería con el peso en este escenario.
El economista analizó que “desde el 2011 hasta la actualidad estamos en estanflación”, y sostuvo que “lo lógico para salir de una situación como esta” sería avanzar hacia “el bimonetarismo”: “Volver al sistema de la convertibilidad”. Al respecto, explicó que “el dólar se podría utilizar como moneda para todo tipo de transacciones y el peso tendrá que verse cómo se hace para que pueda competir con el dólar y no desaparezca”. En este marco cuestionó que “no puede haber un mercado único y libre que no sea único ni libre” y manifestó que siguiendo sus recetas, será el mercado el que “va a decidir el valor del dólar”.
En diálogo con Todo Noticias (TN) también opinó sobre la gestión del actual ministro de Economía. Declaró que si bien “Sergio Massa puede evitar que este proceso termine en caos”, se encuentra “en un Gobierno que no tiene un enfoque adecuado de cómo se organiza la economía y no tiene una cohesión entre ellos como para respaldar un buen programa económico”.
Para Cavallo, “la economía está muy mal organizada desde el 2002 en adelante”. “En el 2001 estaba bien organizada y enfrentamos una crisis financiera que no se puede resolver agravando mas los problemas como fue la pesificación. Había que terminar una reestructuración ordenada de la deuda que estaba en marcha”, agregó.
Recordando aquellos años, criticó el rol del radicalismo en el Gobierno de la Alianza: “En la mente de una gran parte de la UCR, que no apoyaba a De La Rúa, quería que terminara mal la década de los 90, aunque terminara mal el gobierno de De la Rúa”.
“No había que salir de la convertibilidad. Había un grupo de grandes empresas endeudadas en dólares que añoraban los procesos de licuación de pasivos, hacer desaparecer las deudas, que pasaban en las épocas de alta inflación. (Raúl) Alfonsín y (Eduardo) Duhalde no se dieron cuenta que fueron un instrumento de los que querían destruir el sistema monetario para sacarse las deudas. Fueron engañados por falta de inteligencia de ellos, por (José Ignacio) De Mendiguren y por empresarios de la UIA. Las empresas tenían miedo que una devaluación afectara sus balances y tenían que buscar la forma en la que no se produjera esa devaluación”.
Luego se refirió a la salida de la crisis de 2001 y cuestionó que se haya empezado con “una narrativa del neoliberalismo” en la que “todo había estado mal”, que “el kirchnerismo adoptó como oficial y la enseña en las universidades donde no hay buenos profesores”. También apuntó a “dirigentes que hoy están en Juntos por el Cambio que boicotearon a De la Rúa” y mencionó a Elisa Carrió: “Alimentó en 2001 la desorganización financiera”.
Cavallo que formó parte del gobierno de Menem, dijo que el fallecido ex presidente “no hizo peronismo, lo actualizó”; y que en la gestión actual “son retrógrados”. Comparando con las políticas implementadas por Juan Domingo Perón, sostuvo que “hoy es anacrónico” y citó como ejemplo que “el esquema de sustitución de importaciones es del pasado” y “ningún país progresa porque se aísla del mundo”. En ese sentido propuso que “a la larga abriría toda la economía”. Pero para ello hay que “reformar el sector público y cambiar el sistema impositivo”.
“Ahora tenemos perdidas de empresas del Estado que en los ‘90 no tuvimos porque reestatizaron un montón de empresas y las manejan muy mal”, criticó. Y consideró que “una de las cosas que primero hay que hacer” es “volver a privatizar para que no haya ni un dolar que se gaste en financiar perdida de empresas del “Estado”. “Eso lo tiene que hacer el sector privado: desde Aerolíneas Argentinas, AySA, el Correo... un montón de empresas que pierden un montón de dinero”, agregó.
“En los ‘90 no se pagaban subsidios y sin embargo la gente podía pagar bien el precio de los servicios y la economía funcionaba muy bien. Ahora gran cantidad de subsidios muy mal enfocados aumentan el gasto público de una manera salvaje”, concluyó su comparación.
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