Si la pausa del fin de semana largo no hubiera existido, ayer el Banco Central hubiera asistido a un enorme derrumbe de las reservas. Pero como hoy estarán los USD 3.800 millones del FMI que fueron acreditados en las cuentas argentinas el viernes pasado, las reservas mejorarán y la caída quedará sepultada por el aluvión de dólares.
La Argentina puede tener una mala rueda al igual que los demás países de la región. El mundo padeció el viernes y el lunes estrepitosas caídas de bonos y acciones.
Lo que más afecta a la Argentina es que el yuan rompió la línea de resistencia de 7,15 por dólar y entre viernes y lunes acumuló una devaluación de 1% que tendrá una incidencia de alrededor de USD 180 millones en las reservas que están integradas en poco más de 50% por swaps chinos.
A esto debe sumarse el derrumbe de 3% del oro en las 2 últimas ruedas y que el dólar haya alcanzado su máximo nivel desde 2000 frente a las 6 principales monedas del mundo.
Pero el dato clave que marca el ritmo del mundo se conocerá el jueves: el índice de inflación de setiembre de los Estados Unidos que, para los analistas económicos no viene con buenos augurios y alentará otra suba de las tasas norteamericanas de 0,75% que las llevará a 4% anual.
Los bonos del Tesoro norteamericano se acomodaron a esta relación y el rendimiento ayer llegó a 3,88%.
Las empresas argentinas que cotizan en Wall Street cayeron hasta 4,5% en el inicio de la semana. El feriado en Estados Unidos por el día de Colón no frenó las operaciones con acciones, aunque si cerró el mercado de bonos.
El riesgo país de la Argentina con la baja de los bonos en el exterior superó los 2.800 puntos básicos. Todos los bonos de la región cayeron. El EEM, el ETF que mide el comportamiento de los títulos de países emergentes, perdió ayer 1,5%.
Brasil fue quien mejor sobrellevó el temporal. La Bolsa de San pablo bajó 0,37% y el real siguió sin cambios frente al super dólar.
Por otro lado, comienza la última semana del actual régimen de importaciones. El lunes de la próxima semana cambia todo el esquema. Desparecen las SIMI, habrá control absoluto de importaciones. También desaparecen las licencias automáticas y cambian las ventanillas de trámites.
Los importadores no saben a que atenerse y temen quedarse sin stock para hacer frente a esta etapa. “Hoy el que no tiene stock no vende”, decía un fabricante textil que es uno de los sectores más afectado por las nuevas medidas.
Las buenas noticias vinieron por el lado del agro. La soja tuvo una leve alza de 0,66%, el trigo aumentó nada menos que 6,96% y maíz, 2,41%. La mala noticia es que la sequía ha arruinado la cosecha de trigo.
Las novedades de la invasión rusa han impulsado la suba de estos commoditties. En la plaza local, si bien el mercado de la soja está parado sobre USD 315 por tonelada en el mercado a término volúmenes reducidos se pagan a entre USD 385 y 390. El mercado terminó arbitrando esa diferencia y la soja se está pagando a $60 mil. Algún beneficio dejó el dólar soja.
En el maíz los negocios están más complicados porque no hay vendedores y los que quieren conseguirlo deben pagar valores por encima de la pizarra. A los ganaderos se les estás poniendo muy difícil usarlo como alimento.
Hoy comienza una semana clave porque se conocerá el anuncio del índice de inflación de setiembre y una probable suba de la tasa de política monetaria, que está en 75% anual, a entre 77 y 80 por ciento.
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