Septiembre “negro” para los mercados: la aversión al riesgo en Wall Street castigó a la deuda argentina

Los índices de Nueva York se hundieron 10%, los bonos Globales de Argentina se desplomaron 16% y el riesgo país superó los 2.800 puntos. A su vez, los ingresos por “dólar soja” estabilizaron al mercado cambiario y el BCRA efectuó compras récord

La incertidumbre por el futuro económico golpeó a acciones y bonos.

Los índices de Wall Street redondearon un septiembre “negro” para las inversiones, con un retroceso de 10,3% para el índice tecnológico Nasdaq, y 9,3% negativo para el Dow Jones de Industriales. La confirmación de un agresivo sendero de alza de tasas en los EEUU para abatir la inflación atentó contra la inversión financiera, ante la firme probabilidad de una recesión económica en el corto plazo.

El regreso del “súper dólar”, en su precio más elevado en 20 años contra las principales monedas del mundo, fue otra de las caras de la visión que tomaron los agentes de mercado, en medio de ese balance de riesgos derivado de las crecientes preocupaciones sobre la economía a nivel global, que empujaba a los agentes a preferir el dólar estadounidense.

Los activos más perjudicados por la aversión al riesgo fueron los emergentes y, entre ellos, los títulos públicos de la Argentina. Los bonos Globales -en dólares con ley extranjera- negociados en Wall Street cayeron 16% en promedio a lo largo de septiembre, con un riesgo país de JP Morgan que saltó más de 400 puntos en el mes, para posicionarse otra vez en el altísimo nivel de los 2.800 puntos básicos.

En el mismo sentido, la fuerte caída de precios de los bonos del Tesoro de EEUU, cuyas tasas de retorno rozaron el 4% anual por primera vez desde abril de 2010, potenciaron el atractivo de estos activos considerados seguros y lastraron aun más los papeles de deuda emergentes.

“La resiliencia inflacionaria y la convalidación de una política monetaria más restrictiva por parte de los bancos centrales dejó casi nulos rastros de valor en los precios de los activos”, explicaron los expertos de Balanz Capital. Y añadieron: “la dinámica de riesgos globales está nublando aún más el panorama para los precios de los activos. El camino hacia el aterrizaje suave de la economía parece estar estrechándose cada vez más”.

La suerte de las acciones argentinas fue mucho mejor, dados sus precios muy bajos en la comparación histórica, sostenidas por las apuestas por cambios políticos y económicos en 2023. El S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires ganó unos 2.900 puntos o 2,1% en pesos, en los 139.115 enteros.

Debido a la suba del “contado con liquidación”, el tipo de cambio implícito en los precios en dólares de los ADR argentinos en Nueva York, el nivel del Merval cayó 3,2% en dólares a lo largo del mes, una pérdida moderada si se tiene en cuenta el contexto.

Fuente: Rava Bursátil-Precios en dólares.

De todos modos, el panel de acciones líderes quedó lejos del récord nominal por encima de los 150.900 puntos del 19 de septiembre, con un recorte de 7,8% en pesos desde ese máximo en pesos. Además el S&P Merval en dólares sondeó entre el 12 y el 14 de septiembre los 517 puntos medidos en dólares, un máximo desde el 20 de enero de 2020, antes de la expansión de la pandemia de COVID-19. Desde ese nivel, el Merval perdió un 12,9% en dólares en poco más de dos semanas.

Para las acciones el saldo final fue positivo. Algunos títulos ligados al sector energía, como YPF y Transportadora Gas del Sur, ganaron un 13,1% y 11,8% en dólares, respectivamente, mientras que Edenor avanzó 8,9 por ciento. Entre las perdedoras destacaron Despegar (-27,9%), Cresud (-12,6%) y Telecom (-12%).

“Boom” por el dólar soja

Al derrape de las cotizaciones de los activos bursátiles le contrastó la estabilidad en el mercado de cambios local, gracias al importante aporte de las liquidaciones del agro, incentivadas por un tipo de cambio especial de 200 pesos para las exportaciones del complejo sojero. Las ventas a un dólar 35% más caro que el tipo de cambio oficial alcanzaron los USD 7.700 millones, un récord histórico.

El Banco Central obtuvo por estos negocios un saldo neto comprador de USD 4.968 millones a lo largo del mes, cifra que duplicó los anteriores récord mensuales de diciembre de 2011 (USD 2.493 millones) y abril de 2014 (USD 2.446 millones).

El flujo récord de divisas ayudó a estabilizar a todos los segmentos donde se comercializa el dólar. El que más subió fue el mayorista, que aún con liquidación récord, avanzó 6,2% en septiembre unos 8,60 pesos, a 147,32 pesos, el mayor salto mensual en tres años, debido al arrastre de la inflación. En una comparación interanual, el dólar mayorista gana un 49,2%, desde los $98,74 del 30 de septiembre de 2021.

Después de un aumento de 5,8% para el dólar mayorista en agosto, el salto cambiario de septiembre significó la suba mensual del tipo de cambio oficial más amplia desde agosto de 2019. Hay que recordar que tres años atrás, cuando no regía el estricto control de capitales del presente, el billete verde se disparó un 35,6% a $60, después del sacudón político que provocaron las elecciones primarias de 2019, que consagraron la fórmula presidencial del Frente de Todos.

El dólar libre cerró septiembre s $288 para la venta, con una baja mensual de dos pesos y una brecha cambiaria de 95,5% respecto del tipo de cambio oficial.

“Los mercados financieros mostraron una relativa estabilidad y mejoría respecto de la dinámica que tenían algunos meses atrás. Los tipos de cambios libres redujeron su volatilidad, el sistema financiero comenzó a recuperar -muy lentamente- parte de los depósitos en moneda extranjera que habían salido del sistema y el BCRA, a través de un tipo de cambio temporal y especial para la soja, consiguió también empezar a mejorar la dinámica de sus reservas internacionales”, o el economista Gustavo Reyes, del IERAL de la Fundación Mediterránea.

Aunque el BCRA compró unos USD 5.000 millones en el mercado, los bonos Globales se desplomaron 16% y quedaron cerca de sus precios más bajos desde su emisión

Federico Furiase, director de Anker Latinoamérica, dijo que “finaliza lo que fue el dólar soja, esa ventana que dio la posibilidad al Banco Central de recomponer reservas netas de manera transitoria, porque básicamente fue un un adelantamiento de liquidación de cosecha. Le permitió al Banco Central pasar de un nivel de reservas netas que estaba en la zona de los USD 1500 millones a la zona de los 5500 millones de dólares”.

“Y eso da un margen de tiempo no menor, en una macro que viene muy complicada por el lado del ritmo de inflación y los desequilibrios macroeconómicos acumulados. Desde la asunción de Sergio Massa se vislumbran ciertos cambios que van en la dirección correcta, que si bien no conforman un programa de estabilización de anclaje de expectativas y que permita visualizar una bajada rápida de la inflación, sí son correcciones que van en la dirección correcta y bajan las probabilidad de crisis en el corto plazo”, acotó Furiase.

Por otra parte, se “recalentaron” los dólares negociados a través de activos bursátiles, por encima de los 300 pesos. El “contado con liquidación” ganó 5,5% en septiembre, a $308,96, mientras que el dólar MEP quedó en 300,82 pesos.

El economista Gustavo Ber señaló que “los operadores siguen expectantes de eventuales cambios en la dinámica del crawling-peg o las tasas a partir de la estrategia cambiaria que se defina el post dólar soja, toda vez que podría requerir rebalanceos en sus exposiciones”.

“Entre ellas, se destaca la reacción que tendrían los dólares financieros, contenidos según los operadores en las últimas ruedas a través de intervenciones, en torno a $300 y una ‘brecha’ del 100 por ciento. Ocurre que el último trimestre podría contar con una menor oferta de divisas, acentuadas restricciones sobre la demanda y una mayor emisión monetaria que podría invitar a un reacomodamiento alcista, en especial si el clima externo de aversión al riesgo y de ‘súper dólar’ continúa vigente ya que podría continuar presionando a las monedas emergentes”, puntualizó Ber.

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