Fue una semana de vaivenes para Elon Musk, el hombre más rico del mundo.
Por un lado, Robert Miller, un abogado y académico experto en fusiones y adquisiciones y que conoce muy bien las leyes de Delaware, el Estado donde se tramite la demanda que le inició Twittter, por desistir de su oferta de compra por USD 44.000 millones de la red social, analizó el litigio y llegó a la conclusión de que Musk tiene menos del 10% de probabilidades de ganar el juicio. Ya cuando la hizo, la oferta de Musk por Twitter era generosa y superaba el valor de mercado de la compañía. Después del desplome bursátil de los últimos meses, la brecha es incluso mayor: Twitter tiene hoy una capitalización de USD 33.500 millones, es decir más de USD 10.000 millones menos de lo que sería obligado a pagar el pobre Elon.
Por otro, finalmente se dio el gusto de presentar ayer, viernes, un prototipo del robot humanoide “Optimum” desarrollado por Tesla, su empresa automotriz.
Optimum es capaz, entre otras cosas, de regar las plantas, transportar cajas y mover barreras metálicas. Musk lo presentó en un evento sobre Inteligencia Artificial, una de sus pasiones, en instalaciones de Tesla en Palo Alto, California. Allí, el hombre más rico del mundo mostró su entusiasmo al explicar que el robot utiliza software de aprendizaje automatizado y sensores desarrollados por Tesla, su empresa más importante, principal activo y líder en la producción mundial de vehículos eléctricos, un segmento de la industria automotriz que él creó prácticamente de la nada y en el que hoy le van a la zaga los grandes productores y marcas de autos del mundo.
Donde los humanos no se atreven
El año pasado, Musk había adelantado que su empresa estaba trabajando en un robot para desempeñar tareas peligrosas y que su creatura tendría profundas implicancias económicas.
La jueza de Delaware, Kathaleen McCormick, tiene amplios poderes para obligar a Musk a cumplir cualquier sentencia: desde tomar el control de acciones de Tesla hasta mandarlo a la cárcel, dijo Miller
Lo del litigio con Twitter es diferente. “Para mí, todos los reclamos de Musk carecen de fuerza. Muchas son extremadamente débiles”, dijo Miller en una sesión con analistas de Wells Fargo en el que analizó el conflicto. “Creo que Musk perderá, y si lo hace, estoy seguro de que se le exigirá cerrar el acuerdo”, señaló Miller, y agregó que además el multimillonario emprendedor sería obligado a pagar los USD 44.000 millones que ofertó. .
El tribunal de Delaware en que se ventila el conflicto, a cargo de la jueza Kathaleen McCormick, tiene amplios poderes para obligar a Musk y hacerle cumplir cualquier sentencia: desde tomar el control de acciones de Tesla hasta mandarlo a la cárcel, dijo Miller.
El caso es extraño. Musk solo necesita convencer a McCormick de una de sus varias demandas contra Twitter, mientras que Twitter necesita convencerla a la jueza de todas sus acusaiones contra Musk, pero igualmente Miller estimó que el dueño de Tesla tiene menos del 10% de posibilidades de prevalecer y más del 90% de ser obligado a comprar la red social pagando efectivamente su multimillonaria oferta.
“Está bien establecido en la ley de Delaware que los incumplimientos de un acuerdo de fusión en el que un adquirente se niega a cerrar se suelen resolver a favor de la empresa adquirida; ha ocurrido cada vez que se ha litigado este asunto”, explicó Miller, según reportó la publicación Business Insider.
No son tantos
Entre las razones para retirar su oferta, Musk acusó a Twitter de exagerar su número de usuarios diarios y monetizables, una métrica conocida como mDAU, y de tener más bots y cuentas falsas de las que reconoce, algo que consideró fraudulento, y afirmó que la red social viola las leyes de privacidad de datos y no tiene derechos de propiedad intelectual sobre algunas de sus herramientas, para lo cual se se basa en la denuncia del antiguo jefe de seguridad de Información de Twitter, Peiter Zatko. Además, acusó a Twitter de violar las leyes de Texas, el lugar donde él mismo vive buena parte del año.
Según Miller, Musk debe probar no solo que sus acusaciones son ciertas sino que inciden negativamente sobre el funcionamiento y el valor de Twitter.
Por caso, dijo el abogado, Musk sabía al momento en que hizo su oferta que Twitter tenía bots e incluso había declarado en un comunicado de prensa que los iba a derrotar, pero luego alegó que no sospechó que eran tantos y que superan, alegó, el 5% de sus cuentas. Según Miller, la respuesta de Twitter a esa acusación están tan meticulosamente redactada que incluso si Musk comprobara que los bots son más del 5%, las respuestas de Twitter no serían necesariamente falsas o fraudulentas. Es más, él mismo debería probar que Twitter conocía formas “mejores o más precisas” de estimar la cantidad de bots, y no las aplicó.
En cuanto a la cuestión de privacidad, el experto legal dijo que, más allá de las declaraciones de Zatko, el ex empleado de Twitter, en el acuerdo de compra que habían alcanzado Musk y la red social no había cláusulas sobre ciberseguridad a las que el dueño de Tesla pueda aferrarse en su demanda.
Musk acusó además a Twitter de “omisiones materiales” en cuanto a la propiedad intelectual de algunas de sus herramientas, pero –de vuelta- “los archivos de Twitter ante la Comisión de Valores de EEUU “carecen de declaraciones claramente fraudulentas o engañosas” al respecto y el acuerdo firmado era muy laxo sobre esas cuestiones y, según Miller, muy favorable a Twitter. Por caso, el acuerdo dice que “según el conocimiento de la empresa”, Twitter no infringe derechos de propiedad intelectual de terceros, y que si lo hace, no tienen “efecto material adverso” sobre la empresa. “Es casi imposible imaginar que esta afirmación, así formulada, resulte falsa”, dijo Miller.
Texas vs Delaware
Por último, Elon Musk maneja tres de sus empresas, Tesla, SpaceX y The Boring Company, desde Texas, y acusó a Twitter de violar las normas bursátiles de ese estado, que son menos exigentes que las de Delaware, donde se tramita el litigio. Sin embargo, dijo Miller, “Musk tiene más posibilidades de ir a Marte y que esto se dirima bajo la ley marciana que de que le permitan hacerlo bajo la ley de Texas”.
La presentación del robot, que pesa 57 kilos, tiene una batería de 2,3 KWh, conectividad a redes de WiFi y LTE y puede recorrer hasta 8 kilómetros por hora, fue un evento mucho más grato para el dueño de Tesla, un apasionado de desarrollos como la inteligencia artificial y el autoaprendizaje. Cuando salga la venta, Optimus costará algo menos de 20.000 dólares, estimó el propio Musk.
En cualquier caso, si llega a perder el litigio con Twitter y se ve obligado a comprarla por USD 44.000 millones, necesitará vender más de 2,2 millones de hijos de gemelos de Optimus para pagar la cuenta.
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