El “dólar soja” de $ 200 superó todas las expectativas y la liquidación de divisas superó los USD 7.000 millones, un récord histórico para septiembre. Pero a pesar de la fuerte mejora en el nivel de reservas netas, al Gobierno le esperan meses duros en materia cambiaria. El último trimestre del año presenta usualmente baja liquidación de divisas, que se vería agravada por los adelantos millonarios que realizaron este mes las cerealeras.
Sergio Massa siguió trabajando durante la semana en las medidas cambiarias que regirán en breve y que apuntan a pasar los meses de primavera con el menor sobresalto posible. Las perspectivas son preocupantes, en caso de no adoptar decisiones concretas. A tal punto que podrían perderse casi todas las reservas netas que se acumularon a lo largo de septiembre, por alrededor de USD 4.500 millones.
Lo más relevante pasa por la balanza turística y los cambios al denominado “dólar Qatar”, es decir el tipo de cambio que estará vigente de ahora en adelante para quienes gasten en el exterior. En forma paralela, también se evalúa ofrecer un dólar más competitivo para los extranjeros que gasten en Argentina, con el propósito de reducir las operaciones en el mercado informal y acumular así más reservas.
Según estimaciones como las realizadas por el economista Fernando Marull, si no se avanza en esta dirección el rojo de la balanza turística solo en el último trimestre podría llegar a los USD 5.000 millones. La intención sería disminuir semejante drenaje de dólares, que coincide además con el Mundial de Qatar (arranca a fines de noviembre) y las contrataciones de pasajes, hoteles y otros gastos relacionados con las vacaciones de verano.
Más allá del denominado “dólar Qatar” para quienes gasten en el exterior, en paralelo se evalúa ofrecer un dólar más competitivo para los extranjeros que gasten en Argentina, con el propósito de reducir las operaciones en el mercado informal y acumular así más reservas
Los anuncios que prepara Massa también incluirán un régimen especial para las empresas que están dentro de la denominada “economía del conocimiento”. Tal como ya se habilito por ejemplo para las petroleras, tendrán incentivos para exportar más, ya que parte de las divisas que generen serán de libre disponibilidad, en vez de la obligación de liquidar al dólar oficial. Significa una mejora indirecta del tipo de cambio para un sector que viene creciendo muy fuerte, pero que también reclama mejores condiciones para competir con el mundo.
Otra de las “patas” de lo que se viene en materia cambiaria está relacionado con los próximos desembolsos de organismos multilaterales, algunos que incluso quedaron pendientes del primer semestre. En las próximas horas, por ejemplo, deberían llegar unos USD 500 millones del Banco Interamericano de Desarrollo, es decir una parte de lo que fue destrabado en la reciente gira de Massa por Washington.
También hay nuevos préstamos que ayudarían a fortalecer reservas por parte del Banco Mundial, la Corporación Andina de Fomento (CAF) y el propio FMI, que debe desembolsar los USD 4.000 millones por la aprobación de la segunda revisión del acuerdo.
Massa descarta totalmente la posibilidad de una devaluación brusca, que provocaría un fuerte impacto sobre la inflación, llevándola por encima del 100% y provocando un efecto negativo sobre el poder adquisitivo de los salarios
En total, llegarían otros USD 1.900 millones adicionales para engrosar las reservas netas. De esta forma, el Gobierno se acercaría a cumplir con la exigencia trimestral del acuerdo con el Fondo y también se acercaría al objetivo anual.
El objetivo del equipo económico sigue pasando por evitar una devaluación brusca y en lo posible reducir la brecha cambiaria, que se mantiene en niveles cercanos al 100%. La gran incógnita entre los inversores es si el Gobierno podrá mantener el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial, con un dólar que sube alrededor de 6% mensual aunque la inflación se mantiene por encima de esos niveles.
Massa descarta totalmente la posibilidad de una devaluación brusca, que provocaría un fuerte impacto sobre la inflación, llevándola por encima del 100% y provocando un efecto negativo sobre el poder adquisitivo de los salarios. A pocos meses para que arranque 2023, ese escenario resultaría un durísimo golpe para las aspiraciones electorales del kirchnerismo.
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