El Gobierno está más que satisfecho por el saldo del régimen del dólar soja que termina hoy, con una liquidación que superó los USD 7,700 millones y la posibilidad de enfrentar un octubre más complejo con un mayor colchón de reservas.
El ministro de Economía, Sergio Massa, se mostró muy satisfecho por el resultado de la acumulación de reservas en el Banco Central a partir del régimen diferencial que rigió este mes. Hasta ayer, se habían liquidado en términos brutos unos USD 7.000 millones y se prevé que la cifra ronde los USD 8.000 millones, cuando se haga el conteo final el martes próximo, ya que habrá otras 48 horas para las últimas operaciones de septiembre.
En términos netos, ayer se llegó a los USD 4.400 millones y la semana próxima se alcanzarían los USD 5.000 millones, un número similar a la meta anual con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que, por supuesto, habrá que sostener hasta fin de año sin este régimen diferencial y con un panorama externo más desafiante para el país por la fuerte suba del dólar contra casi todas las monedas.
En todo caso, con este panorama creen que será más fácil enfrentar un mes en el que ya no continuará el “dólar soja” y en el que el ministro, por ahora, “no está convencido” de instaurar el dólar turista o “dólar Qatar”, según pudo saber Infobae de fuentes inmejorables del Palacio de Hacienda. El ministro prefiere monitorear la evolución cambiaria día a día para no tomar decisiones que luego puedan impactar negativamente en otros mercados; por ejemplo, en una suba adicional del dólar MEP si se optara por canalizar los pagos de recreación al exterior por esta vía bursátil.
El ministro y su equipo saben que el equilibrio es todavía frágil, por lo que en los primeros días de octubre habrá una pulseada con el mercado cambiario para ver dónde se para el nivel de intervención. Si hubiera una pérdida de reservas cercano a los USD 100 millones diarios por un par de días luego de varias semanas de acumulación, allí se colocará el freno con el colchón acumulado este mes con el dólar soja.
De ahí en más, se apuesta a una mayor liquidación por el trigo y el maíz y al ingreso de unos USD 2.000 millones de los bancos multilaterales más los USD 3.900 millones del FMI por la revisión del segundo trimestre (aunque en este caso se utilizarán casi en su totalidad para repagarle al organismo).
A este flujo externo se le sumará una barrera diferente para ciertas importaciones, que se combinará con más facilidad para pagar otras.
La intención oficial es administrar mejor el acceso al Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI) y garantizar el pago de importaciones a los bienes imprescindibles para que se mantenga la producción en los próximos meses, en ese delicado equilibrio entre adoptar medidas restrictivas para cuidar los dólares y no excederse en las señales negativas.
Los datos oficiales indican que el pago de importaciones por bienes intermedios demanda actualmente unos USD 6.000 millones mensuales y la intención del equipo económico es reducir ese número en mil millones mensuales, un nivel acorde al del primer trimestre del año, afirmaron. En este sentido, consideran que, con una actividad económica más débil que en esos primeros meses, no debería haber un efecto negativo adicional por estas mayores regulaciones.
De todos modos, el equipo económico cree que deberá estar más atento que nunca al empeoramiento del contexto externo para los países emergentes, que, en el caso de la Argentina, se agrava por la falta de acceso al crédito externo y el déficit fiscal, que el Gobierno quiere reducir al 1,9% del PBI en 2023.
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