El Banco Central terminó la rueda en el MULC con compras netas por USD 370 millones, mientras que en lo que va de septiembre acumula un saldo neto a favor por su intervención cambiaria de USD 4.600 millones, récord para un solo mes.
La divisa que se negocia en el mercado paralelo cae dos pesos en el día, a $288 para la venta, con lo que recorta la brecha cambiaria con el dólar mayorista al 97,7 por ciento. También son negociados con leve tendencia bajista las cotizaciones bursátiles del “contado con liquidación” y el dólar MEP, a $305 y $296, respectivamente.
La cotización de la divisa en el mercado paralelo continúa estabilizada por tercer día seguido, y al mismo precio del cierre de agosto. La brecha cambiaria con el dólar mayorista, a $147,14, alcanza el 97,1 por ciento.
El tipo de cambio oficial aumenta este jueves unos 28 centavos, a a $147,14 para la venta. En lo que va de 2022, el dólar mayorista o interbancario anota un alza de 44,42 pesos o 43,2% en lo que va de 2022.
Además, el dólar mayorista acumula un alza de 49% en una comparación interanual, desde los $98,72 del 29 de septiembre de 2021.
A través de su cuenta de Twitter, el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, señaló que “hasta que no logremos la unificación cambiaria, habrá cierto desorden y márgenes empresariales más altos que los normales. Pero unificar el mercado de cambios, sin robusto Superávit Fiscal Primario, y casi sin Reservas, luce demasiado riesgoso. El norte (3 años?) debería ser ese”.
Entre otros puntos, el economista expresó que “atacando inercia inflacionaria y procurando una razonable caída de márgenes empresariales, podremos lograr que la inflación real se acerque a la “teórica” (impulso monetario de origen fiscal)”, a lo que añadió que “si el Congreso mejorase el Presupuesto, eliminando el déficit fiscal primario, nos brindaría una gran herramienta para podamos volver a obtener una inflación normal, del orden 10% anual, en menos tiempo de lo que casi todos creen”.
El fuerte ritmo de compra de dólares por parte del Banco Central dejaría a la entidad mucho más cerca de cumplir el compromiso asumido con el FMI, que exige un target de reservas netas para fin del tercer trimestre. El dólar soja implementado por Sergio Massa en el arranque del mes, y que termina mañana, resultó clave para conseguir el objetivo, cuando hace menos de 30 días parecía algo imposible.
Para este viernes está programado que finalice en Chile el programa de intervención cambiaria que tuvo como principal objetivo el contener el alza del dolar y la depreciación del peso chileno.
El ministro de Economía, Sergio Massa, destacó “la importancia de la búsqueda de consensos” en su exposición en la Cámara de Diputados sobre el proyecto de Presupuesto 2023, en una reunión de la que participaron autoridades del cuerpo y de los diferentes bloques.
Massa detalló las variables macroeconómicas proyectadas por el Gobierno, entre las que destacan una previsión de aumento del 2% del crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI), un déficit fiscal del 1,9%, una suba del tipo de cambio oficial del 62% (un tipo de cambio promedio de $218,90 por dólar, para llegar a diciembre a $269,90) y una inflación promedio del 60% y un gasto total de casi 29 billones de pesos.
La producción de granos, el ingreso de divisas por exportaciones y la contribución del agro a la economía podrían caer en la actual campaña agrícola. Así lo estimó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) en el lanzamiento de la Campaña Gruesa 2022/23, en la cual proyectó una caída en la cosecha total del 1,6% respecto al ciclo anterior del hasta las 127,7 millones de toneladas de los seis principales cultivos, mientras que el área a ocupar retrocedería 0,1% hasta las 34,55 millones de hectáreas.
Aunque luego de tomarse un respiro en agosto el Banco Central volvió a acelerar el paso de devaluación dólar oficial, el ritmo parece insuficiente para compensar el atraso cambiario que se acentúa. De acuerdo a las estadísticas que elabora la propia entidad monetaria, el tipo de cambio real se atrasó 17% en los últimos seis meses y se ubica hoy en el mismo nivel de diciembre de 2017, cuando todavía no se habían disparado las sucesivas corridas cambiarias y la cotización real de la divisa se acercaba peligrosamente a los niveles de fines de 2015, el período de mayor atraso del tipo de cambio desde el fin de la convertibilidad.