Las tres razones que ven los mercados para alejarse de la deuda argentina que llevaron el riesgo país a los 2.700 puntos

Los títulos públicos en dólares cayeron 15% en septiembre por la mayor aversión al riesgo inversor en los mercados internacionales

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La tendencia bajista de las bolsas internacionales es un lastre para la deuda argentina.
La tendencia bajista de las bolsas internacionales es un lastre para la deuda argentina.

Mientras que los precios de las acciones mantienen un sesgo dispar en septiembre, un mes en el que el panel S&P Merval alcanzó un récord nominal de 150.000 puntos, la deuda soberana volvió a estar bajo presión y con salida de fondos.

Los bonos en dólares profundizaron este martes las bajas del mes, que llegan a un 15% en promedio, con una pérdida de 4,4%, según la referencia de los títulos Globales del canje, mientras que el riesgo país de JP Morgan, que mide la brecha de tasas de los bonos del Tesoro de los EEUU con sus pares emergentes, escalaba 100 unidades para la Argentina, a 2.691 puntos básicos. Hay que recordar que el indicador rozó los 3.000 puntos el 21 de julio.

El riesgo país argentino, cercano a los 2.700 puntos, es el más alto en dos meses, desde el 26 de julio pasado

Los bonos del canje de deuda de 2020 acumulan una baja promedio de 15,2% en septiembre, que se amplía a un 39,9% desde que empezó el año. Y desde su salida al mercado la baja alcanza el 59,5 por ciento.

El Global 2030 (GD30), el bono más representativo de la reestructuración soberana, acumula una caída superior al 14% en los últimos diez días hábiles Y el Global 35 (GD35) volvió a negociarse por debajo de los 20 dólares. En cuanto a las tasas de retorno, algunas emisiones superan el 40%, como en el caso de los Globales 2029 y 2030 (44,1% y 40,2%, respectivamente) y los bonos con ley argentina Bonar 2029 (AL29) y 2030 (AL30) con el 44,2 y 42,7 por ciento.

Aunque los bonos Globales llegaron a marcar precios incluso inferiores a los del presente hace dos meses, en medio de la crisis por la salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía y el breve interinato de Silvina Batakis en el Palacio de Hacienda, lo cierto es que la inversión en deuda argentina perdió todo lo que había recuperado con la llegada de Sergio Massa al Gabinete.

Tres factores confluyen para que se de esta baja categórica en las cotizaciones:

1) Aversión al riesgo global. La reciente alza de 75 puntos básicos para las tasas de referencia que aplicó la Reserva Federal de EEUU confirmó el sendero agresivo para combatir la inflación norteamericana, la más alta en cuatro décadas. Los agentes del mercado descuentan las consecuencias recesivas de la iniciativa: las acciones en Wall Street registran hasta septiembre el cuarto recorrido anual más negativo de su historia. En 2022 el tecnológico Nasdaq acumula una baja de más del 30%, el S&P 500 recorta el 23% y el Dow Jones de Industriales, un 20 por ciento.

La deuda norteamericana también baja de precio. En este sentido, la tasa de los bonos del Tesoro de los EEUU, que evoluciona en sentido inverso a su precio, avanza a 3,98% para la emisión a diez años, un máximo desde el 5 de abril de 2010. Esta mayor rentabilidad por las altas tasas en EEUU desplaza a las apuestas de riesgo, lo que se plasma en la caída de los bonos soberanos y también en la devaluación de las monedas frente al dólar. Dentro de este panorama, la deuda argentina se lleva la peor parte y son los títulos que más caen entre sus pares emergentes.

Los bonos del canje se acercan a su piso de precios de finales de julio y mantienen un descenso de 60% en promedio desde que salieron a cotizar hace dos años

“El apagado comienzo de la semana se produce en medio de una prolongada caída de los principales índices. El índice de referencia S&P 500 ha perdido más de un 7% en septiembre. Las acciones se han visto afectadas por la preocupación de una inflación persistentemente alta y el riesgo de que los bancos centrales puedan empujar a las economías a una recesión mientras intentan enfriar los altos precios de todo tipo de productos, desde los alimentos hasta la ropa. Los inversores se han centrado especialmente en la Reserva Federal y sus agresivas subidas de los tipos de interés”, señalaron los expertos de Research for Traders.

2) Débiles condiciones “macro”. La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) empeoró la previsión de crecimiento económico para Argentina. El organismo estimó que en 2023 el PBI del país crecería un 0,4% (1,5 puntos porcentuales menos a la previsión de junio), tras una expansión estimada de 3,6% para este año, sin cambios respecto del reporte anterior.

Septiembre se perfila a ser el peor mes desde junio en cuanto a desempeño de la deuda soberana

El crecimiento económico es una condición indispensable para apuntalar la cotización de las acciones, pero también para los bonos públicos, cuyo repago depende de una recaudación de impuestos que aumenta con la expansión económica.

En esa línea, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del INDEC registró en julio una suba de 5,6% interanual y se mantuvo sin variación respecto de junio. De esta manera, en los primeros siete meses del año, el EMAE acumuló un crecimiento de 6,4% interanual.

Y según la Unión Industrial Argentina (UIA), la actividad Industrial registró en el mes de julio una suba de +9,2% interanual, en gran parte debido a una menor base de comparación por el impacto de la segunda ola de COVID-19 y las restricciones a la circulación de 2021. En tanto, se registró una leve caída de -0,2% en la medición desestacionalizada. Durante los primeros siete meses del año, la producción fabril acumuló una suba de +7,9% con respecto al mismo período de 2021.

Los bonos en dólares recortan todo el terreno ganado desde la asunción del nuevo ministro de Economía y sus respectivas medidas

3) Escasas reservas. El Banco Central consiguió compras récord en el mercado de cambios por unos USD 4.000 millones en septiembre, pero en función de los pagos de deuda, las reservas internacionales no lograron despegar en septiembre y se mantienen en la línea de los USD 37.000 millones, cerca de su piso en seis años.

La “lluvia de dólares” del último mes se produjo además por una devaluación encubierta del 35% por medio del tipo de cambio más alto, de 200 pesos, para incentivar las liquidaciones del agro. Esto originó una fuerte emisión de pesos -unos $800.000 millones o 20% de la Base Monetaria-, una estrategia peligrosa para una economía indexada al 100% anual.

El ministro Sergio Massa contará con desembolsos del FMI por unos USD 4.000 millones a fin de mes, mientras que aspira a que ingresen unos USD 3.900 millones más por parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco Mundial (BM) y Corporación Andina de Fomento (CAF). Pero estos créditos que refuerzan las reservas sirven para pagar exclusivamente deudas contraídas con los propios entes multilaterales. Para honrar la deuda se van a necesitar dólares frescos y líquidos, que no van a llegar sin un sinceramiento cambiario cuyo costo -inflacionario y recesivo- la dirigencia política no parece dispuesta a asumir.

Qué dicen los analistas

“Da la sensación de que en lo que respecta al clima local, considerando que estamos en Argentina y siempre hay altibajos, Massa había logrado de alguna manera traer cierta tranquilidad en una línea bastante lógica para el mercado. En consecuencia, el embate de estos días tuvo más que ver con lo que estaba ocurriendo afuera. Si logramos calma por ese lado y lo dicho por Massa se pone en práctica, creo que se puede llegar a encaminar y los activos recuperarse”, consideró Nicolás Chiesa, director de Portfolio Personal Inversiones.

“Los bonos en dólares arrancaron la semana con caídas, en medio de un clima externo negativo por los temores sobre una recesión económica global provocada por la política monetaria de la Reserva Federal de EEUU para controlar la inflación”, evaluaron los expertos de Research for Traders. “Pero además influyen las dudas sobre el desarrollo de la economía doméstica, por la elevada inflación local, alto déficit fiscal y bajo nivel de reservas internacionales -más allá del ingreso por dólar soja-”, agregaron.

“En cuanto al Banco Central, el organismo se encamina a cumplir el objetivo de cerrar el mes con la acumulación de reservas debido al dólar soja; sin embargo, las medidas para endurecer el cepo impactaron negativamente en la cotización de los títulos de deuda que ya venían golpeados por la suba de 75 puntos en la tasa de los bonos estadounidenses”, explicó Fernando Staropoli, ejecutivo de Cuentas de Rava Bursátil.

El economista Gustavo Ber señaló que “los bonos extienden el tono más pesado, con el riesgo país ya alcanzando los 2.600 puntos básicos, mientras las paridades de muchos de los títulos públicos regresan a paridades del 20% las cuales venían actuando como rango inferior para ir armando apuestas”, y advirtió que “el clima de incertidumbre sigue a flor de piel, tal como ha venido reflejando no sólo el sell-off en los principales índices sino también la dinámica de las tasas de los bonos del Tesoro de EEUU y las monedas, a partir de temores a crecientes probabilidades de una recesión por delante tras el tono más hawkish (agresivo) de la Fed”.

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