En la última semana del “dólar soja” el Banco Central aprovechó para seguir comprando y acumular reservas. Ayer fueron USD 344 millones y la estimación es que el incremento podría llegar a cerca de USD 4.300 millones a lo largo de septiembre.Sin embargo, la inquietud es lo que podría suceder en el último trimestre, cuando las liquidaciones del agro caerán sustancialmente.
Todas las miradas apuntan a la balanza turística, que viene siendo altamente deficitaria. Según cálculos realizado por el economista Fernando Marull, si todo sigue como hasta ahora, el déficit del sector turismo le podría costar USD 5.000 millones al BCRA, sólo en el último trimestre del año. En este cálculo se produce un salto fuerte del rojo en noviembre y diciembre: el Mundial de Qatar y las contrataciones para las vacaciones de verano en el caso de quienes viajen al exterior.
De esta forma, el balance del último cuatrimestre en materia de reservas terminaría neutro. Puesto de otro modo, los dólares que el BCRA compró al fijar un tipo de cambio preferencial de $ 200 para las cerealeras se irían por otra ventanilla, en particular a causa de los gastos de los argentinos que viajan al exterior.
La compra de reservas por parte del Banco Central llevó cierta tranquilidad al mercado cambiario, aún en un día complicado para las divisas a nivel internacional. Los dólares financieros cayeron y al brecha volvió a caer del 100%. Por eso, la obsesión de Massa es seguir con la acumulación de divisas
Este mismo cálculo lo hace el ministerio de Economía. Por eso su titular, Sergio Massa,está terminando de delinear los cambios al denominado “dólar Qatar”, también conocido como “dólar tarjeta”. El objetivo es dejar de subsidiar con un tipo de cambio preferencial a los argentinos que viajan al exteriory al mismo tiempo alentar a los turistas que ingresan al país a operar a través del mercado oficial para permitirle al BCRA acumular divisas por esa vía.
Según adelantó Infobae, el plan consiste en fijar un tipo de cambio para los turistas que salgan del país de $ 200, a lo que debería agregarse el 30% del impuesto PAIS y un porcentaje menor en concepto de percepción de Ganancias (que actualmente se ubica en una alícuota del 45%). Por lo tanto, el gasto en pasaje aéreo, tarjeta o alquiler de hoteles se calcularía a un tipo de cambio cercano a $ 300.
Con esto se busca por un lado desalentar los gastos en el exterior o bien pagarlos directamente en dólar billete, que podría resultar más barato. Incluso se promocionará que los gastos de la tarjeta también se puedan cancelar directamente utilizando dólares en vez de convertirlos al tipo de cambio correspondiente. Esta posibilidad ya está vigente, pero se utiliza muy poco porque los bancos no la promocionan, pero sobre todo porque es preferible pagar el resumen de la tarjeta en pesos.
La balanza turística arrojó un resultado negativo de USD 750 millones en julio, lo que encendió luces amarillas en Economía y el BCRA. Pero además se estima que ese resultado negativo se multiplicará, lo que resulta inviable en este contexto de escasez de reservas.
Por otra parte, si el Central empieza nuevamente a perder reservas en forma acelerada, como sucedió por ejemplo en junio y julio, podría sobrevenir nuevamente una fuerte presión sobre los dólares financieros. Un nuevo incremento de la brecha aumentaría los temores a una devaluación y aumentaría todavía más el impacto sobre la inflación.
La acumulación de reservas para enfrentar en mejores condiciones los meses del verano se transformó en una obsesión para Massa. Dentro de este esquema aparecen los cerca de USD 1.900 millones que el Gobierno estaría recibiendo de los principales organismos multilaterales de crédito,incluyendo el FMI (neto del último pago de la deuda, quedarían unos USD 650 millones netos en las reservas).
Este marco, también crece la presión de las cámaras empresarias, ayer fue CGERA), que piden que “los dólares baratos se usen para la producción y no para viajes al exterior o compras de bienes suntuarios”. Justamente fue el propio Massa el que le pidió a los empresarios que se pongan ellos al frente del pedido para que se ajuste el tipo de cambio destinado a turismo, con el objetivo de cuidar las reservas y fortalecer a la industria nacional.
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