La “lluvia” de divisas del agro trajo más tranquilidad a la plaza cambiaria. En lo que va de septiembre, el dólar libre recortó diez pesos o 3,4%, a $276 para la venta, mientras que la brecha cambiaria quedó debajo del 100% después de dos meses. Pero el incentivo a las liquidaciones de los sojeros no es una medida aislada, también llegó de la mano de una devaluación más acelerada.
Hay que señalar que el dólar mayorista sube 6% en el último mes, desde los $135,33 del 16 de agosto a los $143,50 el 16 de septiembre. Así, la devaluación se le empieza acercar a la inflación, mensual, algo que no se producía desde hace tres años atrás.
El dólar en la plaza interbancaria sube más rápido con el aval del Banco Central, que regula la demanda autorizada
El dólar en la plaza interbancaria sube más rápido con el aval del Banco Central, que regula la demanda autorizada en el marco de un rígido control de capitales. Si bien es cierto que el precio rector del billete para el comercio exterior todavía le “corre de atrás” a la inflación más alta desde 1991, la presión inflacionaria y las escasas reservas obligan a apurar el salto devaluatorio.
Después de un aumento de 5,8% para el dólar mayorista en agosto, el salto cambiario de septiembre sería la suba mensual del tipo de cambio oficial más amplia desde agosto de 2019. Hay que recordar que tres años atrás, cuando no regía el estricto control de capitales del presente, el billete verde se disparó un 35,6% a $60, después del sacudón político que provocaron las elecciones primarias de 2019, que consagraron la fórmula presidencial del Frente de Todos.
De todas formas, tampoco es la más importante en una etapa con “cepo”. Lejos está de un “Fabregazo”, es decir la suba del 21% para el tipo de cambio oficial aplicada en tres días por el Banco Central entre el 21 y el 23 de enero de 2014, cuando presidía la entidad Juan Carlos Fábrega y el hoy gobernador bonaerense Áxel Kicillof era el ministro de Economía.
Por esta razón, el Directorio del Banco Central dispuso elevar en 550 puntos básicos la tasa de política monetaria. De esta forma, la tasa de interés nominal anual de las Letras de Liquidez (Leliq) a 28 días pasó de 69,5% a 75% nominal anual, lo que implica una tasa efectiva anual -por el interés compuesto de renovar capital e intereses mes a mes, del 107,4 por ciento.
Ante este aumento, el BCRA decidió también un alza en la tasa mínima que pagan los plazos fijos para las personas físicas. A partir de ahora, los depósitos a 30 días realizados por personas físicas pagarán una tasa del 75% anual, siempre que no superen los $10 millones. Para el resto de los depósitos a plazo fijo del sector privado, la tasa mínima garantizada será del 66,5 por ciento.
Es la novena suba que la autoridad monetaria fija para su tasa de referencia en lo que va de 2022, tras haberla mantenido sin cambios en el 38% un largo período entre 2020 y 2021. De esta forma, el Central genera un incentivo a quedarse en pesos aún frente a una expectativa de mayor devaluación que se corrobora por la suba del tipo de cambio oficial.
La experiencia de aquel salto del tipo de cambio “discreto” es reveladora, pues se produjo un rápido “pass throug” o traslado a precios que elevó a la inflación anual a la zona del 40%. En este 2022, la inflación ya tiene un piso del 95% anual, lo que hace de la apuesta del Central una jugada de riesgo.
No pasa desapercibida la pérdida de competitividad cambiaria de la economía argentina debido a la espiralización inflacionaria que encarece a la producción local, cuando el dólar se atrasa a modo de “ancla” de los precios. En ese aspecto, el dólar mayorista, ahora a $143,50, acumula un alza de 39,7% en lo que va de 2022, frente a una inflación acumulada del orden del 60 por ciento.
La economía argentina recayó en déficit comercial de bienes en junio y julio. Al contabilizar el desbalance de la cuenta de servicios, con creciente incidencia del turismo emisivo, la cuenta corriente se volvió muy deficitaria, un obstáculo insoslayable para la intención de devaluar el peso a menor ritmo que la inflación -el llamado “crawling peg”-, habida cuenta de la pérdida de la competitividad cambiaria. En ese sentido, el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral que mide el BCRA perdió unos 30 puntos respecto de enero de 2020 y está en su punto más bajo desde enero de 2018.
El BCRA complementa el refuerzo de reservas del dólar soja con una devaluación más fuerte y también tasas reales positivas
En ese sentido, el Gobierno se resignó a convalidar un dólar de $20 para que el agro liquide, lo que da una idea del real valor que debería tener el dólar comercial para que la economía sea viable.
Lucas Yatche, Head of Strategy and Investments en Liebre Capital, afirmó que “los activos financieros locales vienen transitando ruedas positivas, con fuertes recuperaciones en los diferentes asset class, aún en semanas adversas para mercados emergentes tras las fuertes subas de los bonos norteamericanos. Los bonos soberanos en dólares respetaron las últimas ruedas la típica correlación con la compra de reservas del BCRA y la comprensión de la brecha hasta el 93% a 100% tras las caídas en los dólares financieros y la aceleración del crawling peg, con una semana de mayor ritmo devaluatorio en tres años”.
Federico Furiase, director de Anker Latinoamérica, expresó que “es difícil de precisar el tipo de cambio real, dada la inercia inflacionaria de la indexación de la economía y el ajuste de precios relativos que queda por delante. Es decir, vemos que el pass through que es ese salto entre tipo de cambio e inflación. Por eso en ese sentido nos sigue pareciendo atractivo a la curva de bonos CER como un buen equilibrio entre carry trade e inflación en un esquema donde inflación está ganando a la tasa y el dólar oficial, en un contexto donde la brecha está más calma a la espera de las correcciones fiscales, que va a ser Sergio Massa y una curva CER que además entendemos que dado el alto pass through estructural que tiene la economía Argentina, el alto traslado a precios que tendría una eventual corrección cambiaria, también sirve como cobertura cambiaria”.
“Con la fuerte aceleración del crawling peg (aumento diario) de la última semana -la media de cinco días corrió a una Tasa Nominal Anual de 76,7% o Tasa Efectiva Anual de 118,3%-, la tasa de Adelantos -TNA de 65,9% o TEA de 92,5%- volvió a quedar por debajo del ritmo de devaluación, estimulando el financiamiento en tasa en pesos para adelantar importaciones y postergar la exportación de aquellos que liquidan al dólar oficial”, aportaron los analistas de Portfolio Personal Inversiones.
“Las presiones inflacionarias son muy persistentes ante los niveles de brecha, la dinámica de salarios, precios y expectativas. Sin embargo, se empieza a estabilizar en el 95% para 2022. Considerando que estamos ya en septiembre, creemos que es momento de empezar a mirar qué puede pasar con el aumento de precios en 2023, para cuando el REM pronostica, de momento, un 84% de inflación. Creemos que 2023, en cuanto la inflación, va a tardar bastante en estabilizarse”, señalaron los expertos de Adcap Grupo Financiero.
“En este sentido, las tasas reales volverían a terreno positivo por primera vez desde noviembre de 2021 en línea con el objetivo del FMI”, consignaron los expertos de Portfolio Personal.
Jorge Carrera, director del Banco Central, comentó que “esta decisión sobre las Leliq y toda la estructura de tasas de interés que regula el BCRA busca reforzar las expectativas respecto a un sendero decreciente de las tasas mensuales de inflación. Puntualmente son relevantes las expectativas de inflación porque es probable que los pronósticos de inflación conocidos hasta el momento no hayan tenido en cuenta el impacto de las políticas en curso y, en particular, de este aumento de tasas sobre la inflación futura”.
“Adicionalmente, esta suba en la tasas de política monetaria permitirá consolidar la estabilidad financiera y cambiaria y potenciar la acumulación d reservas. Tres elementos claves para reducir consistentemente la inflación en el mediano plazo”, completó Carrera.
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