Este martes, el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (Odsa-UCA) y la Fundación Navarro Viola presentaron el nuevo documento de su “Barómetro de la Deuda Social con las personas Mayores, titulado, “Condiciones de vida de las personas mayores (2017-2021). Vulnerabilidades en clave de pandemia por COVID-19″.
El estudio reveló que el 26% de las personas mayores argentinas viven en condiciones de pobreza estructural o lo que es lo mismo decir, una de cada cuatro tiene condiciones de pobreza en su hogar.
“La insuficiencia de ingresos es una de las variables que más afecta a las personas mayores. Aunque hay una tendencia creciente a seguir formando parte de los mercados laborales, la gran mayoría obtiene sus ingresos del sistema previsional, que en Argentina es prácticamente universal y para todos. Sus otras fuentes de ingresos son los ahorros propios y la ayuda de terceros”, indicaron en el informe.
Según el estudio, se encuentran en una mejor situación relativa las personas de más de 75 años, las personas mayores que han finalizado sus estudios secundarios, quienes viven solos o con otras personas también mayores, y quienes viven en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La insuficiencia de ingresos es una de las variables que más afecta a las personas mayores
Por otra parte, el Barómetro reveló que el 40% de los hogares con personas mayores declaró ingresos insuficientes; tan sólo un 20% dijo que “les alcanza y pueden ahorrar algo”.
Sumado a ello, solo el 27% de los hogares con personas mayores dijo recibir ayudas (ya sean estatales o no estatales), “mucho menos que en los hogares sin personas mayores”, indicaron en el estudio.
En cuanto al hábitat y vivienda, el estudio de la UCA reveló que el 12% de las personas mayores no accede a una vivienda digna. “Esto se encuentra totalmente asociado al nivel educativo y al nivel socioeconómico. Tener el secundario completo es un ‘seguro’ y se encuentran en mejor situación las personas mayores de 75 años y las personas que no conviven con menores de 60″, indicaron, y añadieron que el 23% de las personas mayores tienen un déficit de acceso a los servicios básicos.
En lo que respecta a la salud de las personas mayores argentinas, el Barómetro reveló que existe una gran heterogeneidad en las respuestas, mientras 1 de cada 3 respondió que no tienen problemas de salud, 1 de cada 4 dijo tener su salud comprometida. Por otra parte, en promedio respondieron que necesitan al menos una visita médica por año, pero el 19% contestó que no las realiza.
“El 73% de las personas mayores no hace alguna actividad física al menos una vez a la semana. También entre los sub 60 el déficit es alto, pero menos pronunciado que entre las personas mayores. Casi 5 millones de personas mayores deberían incorporar ejercicios físicos en su rutina semanal”, indicaron. En la Ciudad de Buenos Aires el déficit es menor, al menos la mitad hace prácticas deportivas.
Otro segmento del informe sobre las personas mayores argentinas reveló que 2 de cada 3 cree que es bastante probable que sea víctima de un delito. “El problema de la inseguridad afecta al bienestar psicológico y social, específicamente sobre el malestar psicológico y la percepción de soledad”, dijeron en el informe.
En lo que respecta al malestar psicológico, que busca medir la frecuencia de síntomas de ansiedad y depresión, se vislumbró que afecta al 21% de las personas mayores, misma proporción que el grupo de menores de 60 años.
Por último, el Barómetro reveló que el 22% de las personas mayores padecen de un déficit de Bienestar subjetivo, es decir la capacidad para pensar proyectos mas allá del día a día, “la capacidad de proyectarse”; la sensación de insatisfacción y tristeza afecta al 15% de las personas mayores (alrededor de 1 millón); y la sensación de soledad (pese a estar rodeados de personas queridas) afecta al 18% de los adultos mayores argentinos.
“La instancia de envejecimiento de la población argentina representa una ventana de oportunidad favorable para detectar y orientar recursos que promuevan a la construcción de una agenda enfocada en las diferencias sociales, económicas e individuales de los mayores al idear intervenciones y políticas públicas que mitiguen estas deudas”, detallaron.
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