El sueño de volar en dirigibles parecía haber sido abandonado por los entusiastas de la aviación luego del gran desastre del Hidenburg del 6 de mayo de 1937, cuando el zeppelin de pasajeros alemán se incendió y quedó destruido durante un intento de aterrizaje en la Estación de Aire Naval Lakehurst en Manchester Township, New Jersey, Estados Unidos.
De 97 personas a bordo (36 pasajeros y 61 tripulantes), hubo 35 fallecidos más el deceso de un trabajador en tierra, contabilizando un total de 36 muertes. Desde ese fatídico hecho, el sueño de un futuro con los cielos llenos de estas peculiares aeronaves parecía haber sido descartado para siempre.
Sin embargo, hoy en día, la empresa Lighter Than Air (LTA) ha retomado el proyecto de los dirigibles y se encuentra en las tareas de desarrollar el Pathfinder 1 que, cuando se finalice su construcción, pasará a ser el dirigible más grande jamás creado.
Detrás del proyecto se encuentra también Sergey Brin, uno de los co-fundadores de Google, que comenzó a interesarse por los dirigibles en 2014, cuando visitó el Centro de Investigación Ames, que se encuentra cerca de la sede de Google en Mountain View, California, según recoge Business Insider.
Ames fue el hogar del USS Macon, un dirigible gigante de la Marina de los Estados Unidos de la década de 1930, este aparato habría sido la inspiración de Brin que lo llevó a idear el Pathfinder 1 junto a LTA. Pero, al igual que como pasó con el LZ 129 Hidenburg, tuvo un final trágico cuando se estrelló en el Océano Pacífico a más de 72 kilómetros de la costa de San Francisco.
Estos aparatos aéreos no necesitan de una pista de aterrizaje como los aviones.
Sin embargo, el proyecto del Pathfinder 1 no prevé un uso militar, sino todo lo contrario. Se espera que esta sea la nueva generación de aeronaves humanitarias, que servirán para el transporte de alimentos y suministros a áreas remotas del mundo, ya que estos aparatos aéreos no necesitan de una pista de aterrizaje como los aviones.
“Con estas aeronaves de próxima generación, nos esforzamos por mejorar la entrega de ayuda humanitaria y reducir las emisiones de carbono, al tiempo que brindamos oportunidades económicas y nuevos empleos a los estadounidenses”, reza el sitio web de LTA.
El Pathfinder 1, que se prevé que estará listo para volar a finales de este año, podrá levantar 28 toneladas, navegar a una velocidad de 110 kilómetros por hora y recorrer una distancia máxima de 4.500 kilómetros, todo ello con una estructura de 120 metros de largo.
La estructura interna del dirigible está a cargo de la compañía Kilwell Fibrelab, que ha diseñado un sistema de tubos de fibra de carbono específicamente para LTA, según detalla El Español que, además del desafío de desarrollar este complejo aparato, debe ajustar la construcción a las normas de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos que, en última instancia, dará luz verde al vuelo del Pathfinder 1.
“El Pathfinder 1 ha sido diseñado para soportar una capacidad de elevación masiva en relación con su propio peso. Cuando se trataba de encontrar los materiales ligeros y rígidos necesarios para la estructura de la aeronave, los tubos de fibra de carbono de grado aeroespacial eran la elección obvia”, dijeron desde Kilwell Fibrelab.
Como ya se mencionó, la construcción de PathFinder 1 y sus sucesores apunta a un tipo de aeronave más respetuosa con el medio ambiente. Según el sitio SFGate, los zeppelines son más rápidos que los buques de carga y generan entre un 80 y un 90 por ciento menos de emisiones de carbono que los aviones tradicionales.
En un principio el Pathfinder 1 funcionará con una batería a bordo, pero se prevé instalarle un sistema de celdas de hidrógeno, lo que reduciría considerablemente los tiempos de carga, además de tratarse de un combustible de baja contaminación.
Pero esto no es todo, LTA y Brin ya están desarrollando el Pathfinder 3, que se prevé sea de 183 metros de longitud y 30 de diámetro, pero el desarrollo de este aparato dependerá enteramente del éxito o no que vaya a tener su antecesor el ya descrito Pathfinder 1.
De conseguir sus objetivos, en el futuro se estará hablando de una nueva generación de aeronaves humanitarias que no sólo respetarán más el medio ambiente que otros transportes contemporáneos, sino que además posibilitaría el alcance humanitario a las partes más remotas del planeta.
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