Las acciones argentinas lideraron en las últimas semanas la suba de los rendimientos a nivel regional. La renta variable en la región continuó con la dinámica exhibida en julio y mostró un tenue aumento de 0,1% en el último mes, medido a través del índice MSCI de América Latina. Sin embargo, Argentina lideró frente a sus pares de la región, con una suba del S&P Merval de 13% en dólares “contado con liquidación”.
Medido en dólares “contado con liqui”, el Merval superó los 500 puntos esta semana, un nivel que no se daba desde enero de 2020, previo al impacto económico de las restricciones contra el COVID-19.
“Los factores locales contribuyeron a la diferenciación de la renta variable local a pesar de que la prima de riesgo implícita en los bonos Globales se mantuvo en un nivel -establemente- elevado. En lo que va del año los índices accionarios de Argentina junto a Brasil y Chile se encuentran entre los únicos dentro de la región en exhibir retornos positivos, mostrando subas de 19,9%; 15,2% y 21,1%, respectivamente”, indicaron los expertos de Balanz Capital.
¿Podrán seguir en alza las acciones argentinas?
Aunque el S&P Merval porteño terminó este viernes en los 144.642 puntos, cerca de su máximo histórico nominal de 145.859 unidades, anotado de manera intradiaria durante los negocios del lunes 29 de agosto, no pasó inadvertida la reciente toma de utilidades en el arranque de septiembre, cuando recortó a los 136.000 puntos el viernes 1 de septiembre.
Dado que el S&P Merval conserva una ganancia de 70% en pesos y de 22% en dólares en lo que va de 2022 ¿Es momento de desarmar posiciones? En el corto plazo aparecen algunas luces rojas que hay que tener en cuenta:
1) Factor “macro”. La falta de índices consistentes con un crecimiento económico firme son un desaliento para los precios de los títulos privados. “La economía ya ha dado señales de agotamiento, con relevamientos privados que muestran caídas mensuales de 0,9% en la Industria y 0,3% en la actividad económica general”, advirtieron desde Portfolio Personal Inversiones.
Medidas en dólares las acciones argentinas tocaron esta semana sus precios más altos desde enero de 2020, previo a la pandemia
La llegada hace un mes de Sergio Massa al Ministerio de Economía, con un mensaje de ajuste de las cuentas fiscales, suba de las tasas de interés, interrupción del financiamiento monetario del déficit, alza de las tarifas de los servicios públicos e iniciativas para impulsar las exportaciones, revitalizó a los golpeados papeles bursátiles. Pero las débiles condiciones para que la Argentina vuelva a crecer siguen presentes y le juegan en contra a las apuestas inversoras.
“No cabe ninguna duda que transitamos una profunda crisis al mismo tiempo que la Bolsa del piso despega, es que sabe anticiparse y adelantarse a la crisis, como así también levantar y tomar vuelo del piso”, dijo Jorge Fedio, analista de Clave Bursátil. “Con la presente incertidumbre y en las tinieblas, con una inflación súper alta y sujeta a un muy agresivo ajuste, por el momento tapado por estremecedoras noticas, nadie se ilusiona con ninguna solución en el presente, pero si se abraza a la expectativa del 2023″, apuntó.
“Mientras que en la primera mitad de 2019 el S&P Merval valía en promedio unos USD 900, desde las PASO de ese año el índice difícilmente pudo superar los USD 500″, recordaron desde GMA Capital.
“Con la llegada de agosto y de un nuevo equipo económico, parecería haberse alcanzado una tregua por parte del mercado, lo cual se evidencia en la desaceleración -y hasta cierta corrección- en la escalada de los dólares financieros, el riesgo país y una mejora en la cotización de las acciones de empresas argentinas en la bolsa. Pero como dijimos, el escenario parece más una tregua que un voto de confianza”, sintetizó José María Segura, economista Jefe de PwC Argentina.
2) “Viento de frente” desde el exterior. El 2022 fue, hasta ahora, ruinoso para las acciones de Wall Street. El Dow Jones de Industriales cae 11%; el S&P 500, un 15%, mientras que el tecnológico Nasdaq se dejó un 23 por ciento.
Las especulaciones acerca de una posible recesión por el endurecimiento monetario en los EEUU, con el objetivo de cortar el avance de una inflación récord en cuatro décadas, tumbó las cotizaciones de las mayores compañías del mundo. Si la actividad global se contrae, es improbable que las acciones argentinas puedan salir indemnes de esa corriente vendedora.
Los bonos Globales en dólares acumulan una pérdida promedio del 30% en 2022
Los analistas de TSA Bursátil afirmaron que “las perspectivas económicas ante el aumento y persistencia de la inflación en Estados Unidos, junto al conflicto geopolítico entre Rusia y Ucrania, fueron los factores por detrás de la mala performance que mostraron los mercados durante este año y continuarán marcando la evolución futura de los mismos. De esta manera, atrás quedaron los tiempos de laxitud en que cualquier retroceso en las cotizaciones de las acciones era una oportunidad inmejorable de compra en un mercado con sesgo alcista”.
“Ante este tono más agresivo y un contexto más hostil para la renta variable, vuelven a aparecer en foco las alternativas de inversión más conservadoras. En consecuencia, creemos que la prudencia debe ser la voz cantante a la hora de tomar posiciones en activos de riesgo”, añadieron desde TSA Bursátil.
Los expertos de Balanz Capital precisaron que “el ajuste monetario viene siendo altamente coordinado a lo largo de las diferentes geografías y creemos que es un riesgo para la actividad económica hacia 2023 y, por lo tanto, para la renta variable. La elevada inflación requerirá de condiciones monetarias ajustadas por un tiempo prolongado, en línea con lo sugerido por (Jerome) Powell, lo que probablemente pondrá en foco las dinámicas de deuda/PBI, particularmente para aquellos países con elevados índices de deuda/producto”.
3) Amenaza de la inflación local. La Argentina sufre su propio proceso inflacionario. Algunos analistas estiman que podría alcanzar el 100% anual por primera vez desde la hiperinflación de 1989-1991. En este plano incide con fuerza el ascenso de las tasas de interés en pesos, que son el principal rival para el dólar, pero también para las acciones.
En ese sentido, se prevé que el Directorio del BCRA podría incrementar este mes su tasa de referencia hasta un nivel en torno al 75% nominal anual para mantener atractiva la inversión en pesos ante la presión inflacionaria y la constante demanda de dólares. El economista Gustavo Ber comentó a Reuters que en este contexto, “el Banco Central también debería continuar el alza en la tasa este mes, y en dicho sentido el rango de 500 a 600 puntos básicos sería el lógico”.
4) Falta de dólares. En el caso particular de los los bonos públicos, las escasas reservas netas que figuran en el balance del Banco Central son un obstáculo infranqueable. Más allá de la recomposición de reservas de la última semana, por efecto del dólar “soja”, no puede ignorarse que sin dólares no hay posibilidad de repago y esto explica el desempeño accidentado de las emisiones de la deuda.
En efecto, la reacción positiva para las acciones no se replicó en la misma magnitud en los bonos reestructurados. La deuda en dólares de la Argentina sigue en zona de mínimos. Y aunque el riesgo país cedió desde los casi 3.000 puntos de finales de julio a los 2.300 del presente, los bonos Globales con ley extranjera acumulan en 2022 una pérdida de 25% promedio.
Si se tienen en cuenta las cotizaciones de salida al mercado secundario hace exactamente dos años, los Globales se desplomaron 50% en promedio. Y el riesgo país, que tocó los 1.101 puntos el 10 de septiembre de 2020, se incrementó un 110% o 1.200 puntos.
Serán la clave los resultados que pueda obtener Sergio Massa de las reuniones que mantiene en Estados Unidos con funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI) y empresarios. Dólares “frescos” podrían darle un nuevo incentivo a los negocios en la Bolsa.
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