La escasez de reservas internacionales en las arcas del Banco Central es claramente el problema más urgente que el Gobierno necesita resolver. Así lo interpretó el equipo económico encabezado por Sergio Massa, que aplicó en el último mes una serie de medidas que persiguen el mismo objetivo: ingresar la mayor cantidad de divisas a la economía en el corto plazo.
En septiembre la irrupción del dólar “soja” irrumpió como un “salvavidas” para la llegada de dólares “frescos” a la economía. Ante el fracaso del anterior esquema para mejorar las condiciones de liquidación de divisas del agro, se optó esta semana con establecer un dólar diferenciado solo por este mes, de $200 para los sojeros, casi $60 por encima del valor de mercado mayorista.
En términos del ingreso del exportador, el dólar ‘soja’ equivale a una eliminación temporal de las retenciones
Un informe de la consultora PxQ lo resume: “Sin Dólares No hay Paraíso” y subraya que “ese parece ser el diagnóstico que está detrás de las últimas medidas del equipo económico”.
El domingo se anunció la creación de un régimen especial para la liquidación de divisas provenientes de la exportación de soja. Durante el corriente mes de septiembre, el BCRA pagará por los dólares provenientes de este tipo de exportaciones 200 pesos.
“Lo primero para destacar es que los exportadores están comprometidos a liquidar unos USD 5.000 millones durante septiembre ¡al dólar oficial! Es que $200 neto de retenciones significa 140 pesos. En términos del ingreso del exportador, el dólar ‘soja’ equivale a una eliminación -temporal- de las retenciones que se le aplican a ese cultivo”, explica el informe.
“Existen razones político-jurídicas y, por otro lado, económicas para entender el por qué del dólar-soja en lugar de una eliminación temporaria de las retenciones”, argumentaron desde PxQ
Según PxQ, existen dos alternativas de análisis. Una es que la mejora de un 30% del tipo de cambio para el exportador es suficiente para generar un aumento permanente de la venta de dólares al BCRA. La otra es que el exportador aprovecha la suba temporal del tipo de cambio -o bien la baja temporal de las retenciones-, para adelantar parte de la venta de dólares que de todas maneras iba a hacer durante lo que resta del año.
“Es evidente que el Gobierno desea que la situación sea la primera, mientras que lo más probable es que la descripción adecuada sea la segunda. Se podría pensar que entonces la medida es ‘pan para hoy y hambre para mañana’ y eso sería estrictamente justo. Sin embargo, no debe perderse de vista que con nada más que USD 2.620 millones de reservas netas en el BCRA -si se suman los depósitos de SEDESA en el cálculo-, la situación antes del ‘dólar soja’ era de ‘hambre para hoy y hambre para mañana’”, evaluó el informe de la institución que dirige Emmanuel Álvarez Agis, ex viceministro de Economía de Axel Kicillof.
¿Por qué el gobierno decide hacer algo tan exótico como un “dólar soja” mientras que, en lo que respecta a la situación del exportador, el mismo efecto podría haberse conseguido con una eliminación temporaria de las retenciones? “Existen razones político-jurídicas y, por otro lado, económicas para entender el por qué del dólar-soja en lugar de una eliminación temporaria de las retenciones”, argumentaron desde la consultora.
Y detallaron que “desde el punto de vista político-jurídico, modificar en el sentido contrario al deseado por el Gobierno una herramienta que ya ha sido objetada desde el punto de vista judicial en el marco de la no aprobación de la Ley de Presupuesto podría implicar el riesgo de perder definitivamente la herramienta de la retención -por ejemplo, porque se declare ilegal y/o un amparo suspenda su aplicación-”.
Y señalaron que " la razón económica es evidente, el dólar-soja es una herramienta que contribuye a cumplir con las tres metas comprometidas con el FMI:
1) Meta de Reservas Internacionales. Al tratarse de venta de dólares provenientes de la exportación de granos (y no de pre-financiación de exportaciones), el BCRA está comprando reservas netas (y no reservas brutas.
2) Meta Fiscal. Al tratarse de un tipo de cambio más alto y un mayor volumen de exportación del esperado, el fisco incrementa su recaudación por retenciones, mejorando el resultado fiscal primario en un estimado de 0,3% del PIB.
3) Meta de Financiamiento Monetario del Déficit. Dado lo anterior, el mayor ingreso por retenciones reduce las necesidades de financiación del déficit primario, sacándole presión no solo al BCRA, sino también al mercado de capitales local.
Sin embargo, estas ventajas parecen venir de la mano de una desventaja algo confusa. Desde PxQ advirtieron que “el BCRA incurriría en una ‘pérdida’ puesto que compra reservas a $200, pero en su balance ese activo se valúa a $140 -tipo de cambio oficial-. Esto genera una diferencia patrimonial para el BCRA que será cubierta vía la emisión de Letras del Tesoro nacional. Es decir, el fisco estaría emitiendo un pasivo para neutralizar la ‘pérdida’ patrimonial del BCRA”.
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