Cuáles son los 3 factores que están provocando una fuerte desaceleración de la economía

La renuncia de Guzmán generó un chubasco cambiario e inflacionario que menguó en las últimas semanas, pero no se revirtió la desaceleración de la economía

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Martín Guzmán, en una de
Martín Guzmán, en una de sus últimas exhibiciones

Aunque con la iniciativa del “dólar-soja” el gobierno tuvo éxito en descomprimir ventas y aflojar la presión sobre el dólar y las reservas del Banco Central, resultado que reforzó con las gestiones de Sergio Massa en Washington, donde destrabó desembolsos del BID y del Banco Mundial, al equipo económico le será más difícil revertir las fuertestendencias a la desaceleración de la economía.

De hecho, un estudio del Ieral de la Fundación Mediterránea en base a datos del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del Indec, el Indicador General de Actividad (IGA) que elabora el estudio de Orlando Ferreres y un índice propio sobre la recaudación de impuestos asociados al mercado interno marca que después de un crecimiento de 7,5% del PBI en el segundo trimestre, para el tercero (julio-agosto-septiembre) los datos apuntan a un avance interanual del 2,6%, una desaceleración de 4,1 puntos porcentuales respecto del trimestre previo.

El ÍGA fue en julio 1% menor a diciembre de 2021, contracción que refleja que la actividad económica empezó a “devolver” parte del arrastre estadístico positivo con el que había arrancado 2022

Detrás de tan fuerte desaceleración del nivel de actividad están la aceleración inflacionaria de julio-agosto, que afectó el poder adquisitivo de la demanda agregada, las crecientes dificultades para el abastecimiento de partes y piezas importadas, que frenaron la actividad en varias cadenas de valor y, a partir de agosto, el impacto restrictivo sobre el crédito a empresas que empezó a generar el endurecimiento de la política monetaria, precisaron Jorge Vasconcelos y Agustín Cavallo, autores del informe.

El IGA del estudio Ferreres muestra para julio un crecimiento interanual del 5.9%, pero – desestacionalizado- una contracción mensual de 0,3% respecto de junio. Y comparado con diciembre de 2021, ya muestra una contracción de 1,0% y refleja que la actividad económica empezó a “devolver” parte del arrastre estadístico positivo con el que había arrancado el año. El sector que más impulsó el crecimiento es la Construcción, en el acumulado de siete meses medido por el IGA creció 11.2% en relación a igual periodo del año anterior.

Las series de actividad y
Las series de actividad y recaudación mercado-internista empezaron a declinar

En julio comenzaron a pesar los problemas. En primer lugar, la intempestiva renuncia del ministro de Economía, Martin Guzmán. El chubasco cambiario e inflacionario empezó a calmarse en agosto, “pero ni la aparente pausa cambiaria de los últimos días permite esperar una rápida reversión de la tendencia al enfriamiento”, dice el informe, que empalma los datos del IGA con los de la serie de recaudación impositiva “mercado-internista” (IVA, Cheque, Aportes y Contribuciones y Derechos de Importación) que en agosto mantuvo la tendencia declinante iniciada en julio.

Si esos datos valen como indicadores adelantados del PIB, resulta que el promedio móvil de actividad de 3 meses daba 0% de variación a julio y – 0,3% al trimestre móvil cerrado en agosto, lo que confirma la tendencia negativa. De hecho, dice el informe, una serie indica que el ciclo descendente se inició a mediados de 2022, luego de “cierto estancamiento en las mediciones desestacionalizadas”.

El chubasco cambiario e inflacionario empezó a calmarse en agosto, “pero ni la aparente pausa cambiaria de los últimos días permite esperar una rápida reversión de la tendencia al enfriamiento

Así las cosas, dicen los autores, los datos adelantan que el tercer trimestre de 2022 empezó a fagocitar parte del arrastre estadístico positivo que dejó el fin de 2021. “La herencia del 2022 al 2023 será mucho menos generosa en términos de actividad que la del 2021 al 2022, mientras que la herencia de inflación de 2022 a 2023 será mucho más apremiante”, notaron Vasconcelos y Cavallo.

Crédito: IGA
Crédito: IGA

El efecto del aumento de las tasas de interés es el más reciente y está ganando tracción. “Hasta Julio, las renovaciones de los vencimientos de operaciones crediticias a empresas ocurrían en piloto automático a juzgar por los datos diarios del stock de préstamos medido a pesos corrientes (pero) desde principios de agosto esa dinámica cambió en forma perceptible, y el stock de créditos se empieza a contraer en términos reales”, dice el informe, que acompaña un gráfico (arriba) muy revelador, que compara la evolución del crédito a lo largo de los últimos 3 meses.

La suba de tasas dispuesta por el Banco Central, concluye el informe, sí está impactando en forma restrictiva vía el canal crediticio y refuerza la idea de un tercer trimestre de marcada desaceleración del nivel de actividad.

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